¿Homeschooling en Alemania?
Es muy llamativo que una revista como Der Spiegel se ocupe de este tema en Alemania, en el que, en principio, la escolarización en casa es poco menos que tabú y son poquísimas las familias que intentan enseñar a sus hijos en el hogar (ésta es la página web de su asociación). Lo interesante es que acompaña el artículo con una encuesta en su página web (ya saben: no es representativa de la población alemana; si acaso, puede serlo de los lectores de Der Spiegel por internet). A pesar de estar hecha, probablemente, a un público "selecto" (y a pesar de una redacción que deja algo que desear), los resultados me parecen interesantes, pues revelan un cierto grado de apertura a la idea de la homeschooling. Vean:
"¿Debería permitirse a los padres dar clases a sus hijos en casa?
–Sí, si la calidad de la enseñanza está garantizada, a fin de cuentas esto no plantea problemas en otros países: 34,4%
–Sí, debe garantizarse la libertad religiosa: 6,8%
–No, sólo pueden garantizarse las mismas oportunidades educativas y experiencias sociales para todos a través de la escolarización obligatoria: 30,6%
–No, nada de privilegios para las sectas [confesiones religiosas]: 28,2%."
No son pocos, por tanto, los que, en principio, podrían ser persuadidos de permitir relajar el criterio de "escolarización obligatoria" convirtiéndolo, en un primer paso, en "enseñanza obligatoria", como ocurre en muchos países europeos, entre ellos España. Dicha enseñanza obligatoria podría darse en casa, tal como la reciben más de un millón de niños en Estados Unidos.
A título de comparación, vean lo que pensaban sobre el tema los padres y madres de niños en educación primaria y secundaria en España hace cinco años:
Opinión acerca de permitir la homeschooling en España:
–Favorables, sin matices: 13,5%
–Favorables, si se hacen exámenes para comprobar la calidad de la enseñanza: 17,5%
–Contrarios: 64%
–Ns/nc: 5%
Una mayoría clara se opone, pero, de nuevo, hay un sector aparentemente abierto a la posibilidad. Eso sí, recuerden, del dicho al hecho hay un gran trecho, especialmente si lo dicho ha sido motivado por una encuesta.
ACTUALIZACIÓN: no se pierdan el comentario de Dodgson, el cual, por cierto, suscribo casi al cien por cien.
7 Comments:
Pero al final esa minoría puede ser determinante si tiene las ideas claras. La escolarización obligatoria me parece cada vez más un atentado a la libertad individual. Y por motivos tanto teóricos como prácticos. Los teóricos están claros, el estado no es nadie para inmiscuirse en los asuntos de libertad individual y, hoy por hoy, la familia (es decir, quien detente en cada caso la patria potestad) es la que tiene como responsabilidad el cuidado del menor. De esta cuestión teórica fundamental aparecen las primeras chapuzas de orden más práctico. La legislación alrededor de la escolarización obligatoria es incapaz de ser otra cosa que una vaga amenaza en la medida que no se cuestiona la patria potestad de los padres. Es decir, ante las enormes dificultades de quitar la patria potestad de los hijos ante hechos gravísimos, la legislación que prevé sanciones para los padres que no escolarizan a sus hijos no pueden hacerse efectivas sin un enorme agravio comparativo. De hecho no se cumplen en casos como el de los gitanos, que muy raramente mantienen en la escuela a sus niños a edades mayores que los 12 años (menos aún con las niñas). La ley se hace efectiva sancionando a las empresas que contratan menores (ahí son implacables). Es la primera chapuza cuando se confunden derechos con libertades o, como siempre pasa con el socialismo, se insiste en los derechos y se acaban laminando libertades.
En el plano práctico no puede ser una estafa mayor a los que menos tienen la escolarización obligatoria. El sistema se ve obligado a adaptarse a los que menos pueden puesto que no tienen opción (no adaptarse supone directamente convertir la escuela en una cárcel). Los que pueden y quieren tienen que sufrir que los títulos que se dispensan carecen de validez real. Pero lo peor son los que menos pueden porque no quieren estudiar puesto que se los mantiene dentro de una institución que rechazan. Mantenerlos sin que haya verdaderos motines sólo se consigue con enormes dosis de engaño a todo el mundo: a los padres asegurándoles que sus hijos aprenderán algo (mentira); a los alumnos asegurándoles que pasarse todo el día con trabajos manuales es en realidad la mejor manera de aprender un oficio (mentira); a la sociedad entera presentando estadísticas sobre titulación (el título no vale nada); al profesorado con los infinitos parches que se van incorporando al sistema y que los voceros se empeñan o bien en poner sordina (si inciden en la disciplina y la segregación) bien proclamar a los cuatro vientos (si por una feliz casualidad tienen la apariencia de aproximarse al igualitarismo).
En el fondo late la desconfianza a la libertad de siempre. "No se puede dejar a los padres que decidan" es algo que se oye con una frecuencia alarmante entre un profesorado sin norte. Estiman que los ciudadanos tienen que ser pastoreados porque son incapaces de decidir sobre sus asuntos particulares a pesar de la evidencia diaria en contrario: la enorme mayoría lleva a sus hijos al médico sin dudarlo cuando hay problemas; cuidan la higiene hasta el punto de que la mayor epidemia suele ser la inevitable de la gripe; cuidan las vacaciones de la familia, hijos incluidos, claro; etc. Pero siempre hay diferencias entre las vidas que han elegido seguir estas familias y un ideal de perfectos hábitos nutricionales; amplitud de miras en las vacaciones; sobriedad en los hábitos de consumo; etc. Y estas diferencias, junto con menores, estos sí, en situación de abandono, las que sirven de coartada para meter a todos en el engaño masivo de la educación obligatoria. Por cierto que los casos de menores en situación de abandono o de desidia de los padres son imposibles de tratar dentro del sistema escolar puesto que, es harto evidente, hasta los jueces se las ven y se las desean para tratar las derivaciones penales que suele haber.
A lo mejor hay una minoría que dice que muy bien, que si la mayoría quiere llevarlo a la escuela que están en su derecho pero que a ellos no los enredan. A lo mejor dicen que qué hay de sus libertades.
Dodgson.
By Anónimo, at 5/18/2005 6:56 p. m.
Que hay de organizar una franquicia de madrasas islámicas? He oido que el iman de Fuengirola esta sin trabajo.
LA ignorancia tiene externalidades. No se lo pongamos facil a los islamofascistas
By Kantor, at 5/18/2005 10:55 p. m.
Dogson ha sido demasiado benevolo al atribuir al supuesto miedo a la libertad la causa de rechazo a la enseñanza en casa.
A mi me asusta que el 30% este en contra porque considera que asi se garantiza la igualdad de oportunidades.
Eso es ,para mi, resentimiento.
Es como prohibir los coches y obligar a todo el mundo a ir en bicicleta.
Me recuerda la lucha de clases:
Antes los ricos comian pan y ahora todos vamos a comer mierda.
By Anónimo, at 5/19/2005 12:19 a. m.
Les aviso ya que voy a opinar en sentido contrario al liberalismo, les ruego que me consideren con dosis mayores de comprensión y paciencia de las habituales, y no sean por favor muy agresivos ni desagradables con este pobre pecador.
Mi problema es que sigo creyendo en el Estado a pesar de la realidad de cada día.
Como consecuencia, sigo creyendo que hay una serie de cosas que tienen que ser potestad del Estado. Pienso que el Estado es el único que debe de tener la potestad de elaborar leyes y hacerlas cumplir, de retener a alguien contra su voluntad (encarcelar), de organizar la seguridad, la solidaridad y la educación. Pienso que nadie debería estar autorizado a llevar armas excepto el Estado, ni para defenderse. Un ladrón que sepa que estás armado te matará primero y luego te robará. Un ladrón que sabe que no puedes estar armado te robará únicamente, lo cual es mejor puestos a elegir. Yo sigo confiando en que el Estado me protegerá.
Cuando el Estado renuncia a la solidaridad y la educación, estas siguen siendo necesarias, y quién las ejerce entonces? Algún tipo de organización religiosa, como en USA o los países musulmanes. El precio a pagar es el adoctrinamiento religioso, que puede volverse tan radical como se quiera. Puede llevar al terrorismo suicida, y no es una especulación, ocurre en ciertos países musulmanes. El Estado también adoctrina, pero en mi ateísmo radical, prefiero el adocrinamiento neutro religiosamente del Estado que el adoctrinamiento en el fanatismo religioso.
Soy un conservador, lo reconozco, y un antiliberal, pero pienso que si el Estado renuncia a ejercer aquello que le corresponde de pleno derecho, el resultado es violencia y radicalismo religioso.
By EVF, at 5/19/2005 9:49 a. m.
A título anecdótico. Hace poco un amigo que ha residido en los EEUU me contó el caso de unos vecinos suyos que llevan a cabo el Homeschooling con sus hijos.
Los inspectores del condado se pusieron en contacto con esta familia para pedirles permiso, en orden a realizar algunos tests con los niños y compararlos con los resultados de los niños que reciben educación pública.
Concedido el permiso, una mañana se presentaron en casa dos inspectores con la batería de test. Empezaron con la mayor, una niña de 8 años. Comienzan a pasarle tests y la cría los pulveriza en tiempo record. Siguen pasando test y la niña como si fuera un juego. En un momento dado, le enseñan una imagen, le preguntan qué le sugiere y la niña les dice que le recuerda a un dibujo de Sócrates. Los inspectores, acojonados, creyendo que Sócrates es un personaje de dibujos animados le preguntan.
- No, no, Sócrates, el filósofo griego. Responde con naturalidad la niña.
- Pero ¿Tú sabes quien fue Sócrates? le vuelven a preguntar.
- Y la niña, con toda naturalidad les respondió ¡Claro! ¿Quién no sabe quien fue Sócrates?.
Ahí se acabó el test.
Acabo de recibir en casa el ejemplar mensual de la revista libertaria Reason, que contiene un artículo sobre el Homeschooling. No lo he leído todavía, pero en todo caso, en el tema de la educación no debemos siquiera caer en la trampa socialista de discutir si los niños aprenden más o menos con ese sistema. La única posición decente en una sociedad sana es que la educación es un asunto estricto de responsabilidad paterna en la que el Estado no debe intervenir. Punto.
Pablo
By Anónimo, at 5/19/2005 1:06 p. m.
Nuevamente un artículo muy interesante Wonka. Hay varios puntos. En primer término, la educación en los colegios alemanes (en su inmensísima mayoría públicos) decae cada día más.
1) Entre otras razones -aunque no es la única- por falta de fondos, de dinero estatal para financiar la educación.
2) Se tiende cada vez más -por razones ideológicas- a la homogenización de la instrucción. Se iguala hacia abajo.
3) Hay pocos colegios buenos y son Gymnasien, esto es, la forma escolar que permite llegar al bachillerato, condición indispensable para visitar la Universidad. El resto de los colegios es, simplemente, muy malo.
4) Como la educación está tan mal, ha surgido un sinnúmero de escuelas de recuperación (extraescolar y que se pagan del bolsillo de los padres). De manera que, algunos padres se preguntan para qué el colegio si los niños aprenden más con las clases particulares. Cualquiera que lea los anuncios de algún diario local alemán, se dará cuenta de la rapidez con que están creciendo estos institutos o estas personas que ofrecen clases particulares.
5) Las madres alemanas están tan concentradas en su(s) hijo(s) que muchas de ellas se dedican toda la tarde a explicarle a su(s) niño(s) lo que no entendió(eron) en el cole. Entonces, ¿cuál es la diferencia con la Home School? Se preguntan algunos.
6) Ha surgido una serie de nuevos colegios privados, muchos internados. Un vistazo a los diarios nacionales nos muestra que la oferta ha crecido enormemente durante los últimos años. Como preparación para un internado, ¿qué mejor que un sistema de enseñanza personalizada? ¿Del tipo institutriz? Si total, el estado invierte poco y nada en la enseñanza primaria.
Han sido sólo un par de ideas basadas en mi experiencia en este país...
By Anónimo, at 5/27/2005 9:52 a. m.
Creo que podemos estar todos de acuerdo en que el derecho y deber de educar a los hijos recae inicialmente en los padres. Aunque han existido experimentos sociales en los que los niños se han dejado enteramente al cuidado de la comunidad, la mayoría de las sociedades confían en que sean las unidades familiares las que busquen las mejores oportunidades para sus hijos. Históricamente, los estados han desarrollado un sistema de enseñanza universal con el fin de asegurar la alfabetización y, progresivamente, un mímino educativo que se ha dado en llamar “educación básica”. Es obvio que este desarrollo tiene sentido en sociedades con desarrollo tecnológico muy bajo. Sin embargo también es obvio que los recursos educativos en los países desarrollados son múltiples. Es un hecho que la escuela no es el único lugar donde se puede encontrar conocimiento, de hecho, la mayor parte de los conocimientos relevantes se adquieren fuera de la escuela y los contenidos que se consideran típicamente escolares están al alcance casi todas la familias, fuera de los centros de enseñanza.
Por este motivo existen familias en este país que desde hace muchos años han ejercido y ejercen el derecho de asumir directamente la educación de sus hijos. Es solo un prejuicio imaginárselos secuestrando a sus hijos o retirándolos del contacto con su comunidad. La realidad es que son niños con suficiente tiempo libre e interés para interaccionar con su entorno en la misma o mayor medida que los niños escolarizados. También es un prejuicio pensar que se trata de una elección ligada a élites o a confesiones religiosas. La realidad es que somos familias de lo más variadas que hemos pensado, por motivos diversos, que lo mejor que podemos ofrecer a nuestros hijos es una educación y enseñanza en el hogar. Apreciamos el esfuerzo del estado y de los colegios privados para ayudarnos en la tarea educativa, pero declinamos la oferta al considerar que no es la mejor para nuestros hijos. Sinceramente, creemos que la igualdad de oportunidades no está en recibir obligatoriamente lo mismo, sino en poder acceder a los recursos que se ponen a disposición cuando se necesitan. De momento necesitamos que nuestros hijos puedan demostrar sus conocimientos, en convocatorias libres, para obtener la titulación que les corresponda.
Si lo que se teme es que los niños educados en el hogar se pierdan algún tipo de adoctrinamiento en un determinado pensamiento político o social, no hay motivo de alarma, ya que los medios de transmisión de los usos y los lugares comunes tampoco son, en nuestra sociedad, patrimonio de la escuela.
JOAN RAMON
By Anónimo, at 6/06/2005 11:41 a. m.
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