La Fundación Encuentro y sus cifras sobre violencia: una crítica
1. Dice la Fundación Encuentro: "En España se ha producido durante los últimos años un fuerte incremento de la criminalidad, con un grave deterioro de la seguridad pública. Según los datos del Ministerio del Interior, entre 1998 y 2003, la criminalidad creció en España un 12,6%: de 1.867.386 infracciones penales (delitos y faltas) a 2.102.476 (tabla 1)."
No niego el incremento de la criminalidad, pero las cifras son dudosas, al menos su manejo. Sumar delitos y faltas no está mal, pero también pueden presentarse desagregados. Quizá no tengan los datos desagregados para la policía autónoma catalana, pero sí, seguro, para el resto. Lo interesante es que, en ese periodo, es el número de faltas el que arrastra la cifra hacia arriba (de 856.928 a 1.047.863, sin contar las cifras "catalanas"), pero el número de delitos conocidos "cae" (de 965.835 a 955.802; después de alcanzar un máximo de 1.036.716 en 2002). En realidad, el número de delitos ha oscilado alrededor de 900.000 / 1.000.000 en la última década y media, después de subir muy acentuadamente entre 1982 y 1988. Normalmente son más graves los delitos que las faltas, por lo que consuela algo saber que los delitos conocidos casi no varían.
Además, habría que ver el número de delitos y faltas en proporción de la población, sobre todo porque ésta ha crecido mucho en los últimos años. El número total de delitos y faltas que maneja la Fundación Encuentro habría pasado del 46,4 al 48,7 por mil, lo que equivale a un aumento del 4,8%, bastante menos de la mitad del aumento del 12,6% en términos absolutos. Los delitos (excluyendo las cifras "catalanas") habrían pasado del 24,0 al 22,1 por mil, con una caída del 7,9%. Vaya.
2. El título de la sección que nos ocupa es "Aumenta la criminalidad violenta en España". Puede ser, pero, paradójicamente, en el primer párrafo de esta sección se dice: "la criminalidad violenta ... representa más del 12,6% de toda la criminalidad: 591 infracciones por cada 100.000 habitantes, frente a las 632 de finales de 1998". O sea, que ha caído. ¿En qué quedamos? Más adelante sí parece comprobarse un cierto aumento: con datos de diligencias previas iniciadas se pasa de 3.805 a 3.964 por mil, con un aumento del 4,1% (menos del 11,7% de variación absoluta que destaca el texto). Pero los autores no parecen conscientes de esta contradicción.
3. "Resultan especialmente preocupantes los incrementos que se registran en los malos tratos en el ámbito familiar (62,3%)...". Igualmente, más adelante, incluyen las cifras de denuncias de 1991, 2001 y 2003. No sabemos si han aumentado esos malos tratos entre 1998 y 2003. Lo que sí sabemos es que las series de denuncias contienen varias rupturas en ese periodo, de tal calado que impiden comparar los dos años. ¿No deberían saber esto los redactores del informe?
4. El principal error lo cometen en la comparación de las tasas españolas de homicidio con las del resto de países de la Unión Europea. Espero que la cifra que ellos proporcionan no se convierta en la cifra mágica que agiten una y otra vez los periodistas, porque es falsa. Según la tabla 4, en España se habrían cometido 1.192 homicidios en el año 2000, lo cual situaría nuestra tasa por 100.000 habitantes en la más alta de Europa (3 por 100.000, incluso por encima de la habitual "campeona" en estos ránkings, Finlandia).
Cualquiera que conozca mínimamente las estadísticas de homicidio en España se habría dado cuenta de que esa cifra es elevadísima. En realidad, corresponde tanto a homicidios dolosos como a homicidios no dolosos. Los que han elaborado la tabla se han limitado a copiar los datos de la fuente que citan, sin darse cuenta de que la fuente está equivocada, pues para el resto de países sólo recoge homicidios intencionados ("Intentional killing of a person excluding attempts: murder, manslaughter (excluding death by dangerous driving), euthanasia and infanticide; excluding abortion and help with suicide"), lo que vendría a equivaler a los dolosos en España. Según las estadísticas de defunciones por causa de muerte del INE, las muertes por agresión (homicidios) fueron 411 en el año 2000, esto es, la tercera parte de las que ellos recogen.
Lo peor de todo es que en la misma fuente que ellos citan, sólo que de un año posterior, sus autores han corregido los datos, que para el año 2000 son de 460, esto es 2,6 veces menos que el dato "original" (1.192), lo cual dejaría la tasa española, más o menos, en 1,16 por 100.000, esto es, no en el primer lugar de la tabla sino en el 12º de 15. Una pequeña diferencia.
4. "En cuanto al número de asesinatos y homicidios de mujeres en España, los datos oficiales y de las organizaciones no son coincidentes, entre otros motivos por la interpretación y los criterios empleados al registrar cada caso". Se referirá al número de mujeres fallecidas a manos de su pareja, pues el número de mujeres fallecidas por homicidio está perfectamente recogido en una fuente oficial, de nuevo, la estadística de defunciones según la causa de la muerte del INE, tal y como comentamos aquí en su momento. Según esas cifras, no se detecta una tendencia al alza en los últimos quince años.
5. Sólo comentaré un dato dudoso más, para no alargarme demasiado. Es el del "5% de las personas mayores de 65 años [que] sufren violencia", dato con el que se han deleitado hoy los periódicos. ¿Se dan cuenta de cuántas personas supone ese 5%? Unas 370.000, muchas como para no habernos percatado de la gravedad del problema. ¿Tiene alguna base esa cifra? Quizás sí, aunque la referencia que da el informe de la Fundación Encuentro se aleja muchísimo de los estándares habituales de referencia. Buscando, buscando en Internet he llegado a la que puede ser la base del cálculo: un estudio con datos de 2000 elaborado por la catedrática de Sociología en la Universidad del País Vasco, María Teresa Bazo.
En sus propias palabras: "En el estudio que realicé en 2000, en cinco municipios de El País Vasco, Canarias y Andalucía, salió que alrededor del 5% de las personas mayores [de 65 años] lo sufre [maltrato físico o psicológico]; en el 75% por parte de sus familiares".
O sea que, en principio, no tenemos ni idea de si el estudio es representativo del conjunto de España.
En otra referencia de prensa se dice: "el único estudio realizado en España sobre el maltrato de ancianos. En un principio, la idea de Bazo era recoger los casos de agresiones en los servicios de urgencia de los hospitales, pero las reticencias de sus responsables le obligó a reconducir el trabajo y obtener la información a través de los servicios sociales de los ayuntamientos españoles. El resultado de este estudio reflejó que en un 4,7% de los mayores atendidos padecieron algún abuso. En total, se estudiaron 2.351, de los que se detectaron 111 situaciones de abuso. La mayoría eran negligencias y situaciones de abandono, aunque en ocho casos se detectaron episodios de violencia física y en uno sexual." (mis negritas). Es decir, no son todas las personas mayores sino sólo las que usan los servicios sociales de los ayuntamientos.
Y en una tercera fuente: "Situaciones como la que describe B.S., empleada de una empresa de ayuda a domicilio de Madrid, suceden cada día en al menos 5.300 hogares españoles. Así se desprende de un estudio realizado por la catedrática en Sociología ... Mª Teresa Bazo, del que se deduce que alrededor del 4,7% de los mayores que reciben asistencia domiciliaria sufren algún tipo de maltrato por parte de sus cuidadores. ‘Ésta es una cifra que hace referencia únicamente a las personas que están atendidas por los Servicios Sociales –señala la autora del informe–, así que no es difícil suponer que sólo es la punta de un enorme iceberg'." Es decir, se trata de las personas mayores que usan, no cualquier servicio social, sino el de asistencia domiciliaria.
Pues no, no creo que sea la punta de ningún iceberg. Muy al contrario. ¿Cuántas y, sobre todo, quiénes son las personas mayores que reciben asistencia domiciliaria? En principio, han de ser una minoría muy, muy pequeña de los mayores; en especial, porque los servicios de asistencia domiciliaria están muy poco desarrollados en España. Además, ¿no serán las que reciben asistencia domiciliaria, precisamente, las que se encuentran menos atendidas por sus familiares? Si están menos atendidas por sus familiares, ¿no será más probable encontrar en ese colectivo, precisamente, más casos de malos tratos que en el común de las personas mayores? Van a tener que darme mejores datos para convencerme de ese 5%, la verdad.
No entro en si son buenas o malas las cifras del aumento del maltrato a mayores, pues tampoco hay una buena referencia que llevarse a la boca.
6. Por último, una curiosa omisión. En un capítulo en el que fuerzan la máquina para mostrar el gran incremento de la violencia en los últimos cinco años en España (1998-2003), no hay ni una sola mención a los delitos cometidos por extranjeros, aunque sabemos que su tasa de delincuencia es superior a la de los españoles y, lo más importante, que el número de extranjeros ha crecido muchísimo en ese periodo. Con datos de los anuarios estadísticos del Ministerio del Interior, sabemos, por ejemplo, que el número de detenidos por delitos y faltas (excluyendo la "estancia ilegal" en España) de nacionalidad extranjera pasó de 32.676 en 1998 a 74.357 en 2003, es decir, de un 16 a un 34% del total de detenidos. En realidad, descontando el número de extranjeros, la cifra global de detenidos no habría aumentado (de 203.598 a 221.022) sino que habría caído (de 170.922 a 146.665). Quizá lo mismo pueda decirse del número de delitos conocidos, pero no hay manera de saberlo.
En definitiva, cabría esperar un mayor esmero en el manejo de los datos sobre delincuencia y violencia, especialmente si se hace de este tema una de las banderas del informe anual.
12 Comments:
Estimado Wonka, hace tiempo que no te visitaba, debo reconocer que había perdido la dirección de tu blog. Ahora me gustaría poner un enlace a tu blog en el mío, si no tienes nada en contra.
Sigue tan interesante como siempre, de un nivel muy alto y, además, los temas me interesan mucho.
Sobre el tema violencia en España, basta leer la prensa española para quedar sorprendida del grado de violencia y agresividad con que se escribe. Pienso que sería muy raro si eso no se reflejara en la violencia física.
A propósito de la violencia juvenil, a años luz de tu blog, escribí algo esta semana, te doy el link por si te interesa leerlo, pero, por favor, con benevolencia.
http://alemaniaeconomiasociedadyderecho.blogspirit.com/archive/2005/05/12/día_del_señor_o_día_del_padre.html
By Anónimo, at 5/13/2005 7:55 p. m.
Marta. Por supuesto, eres libre de poner lo que quieras en tu blog. Yo lo visito a diario; aunque me gustaría, no puedo leer todo lo que publicas con detenimiento, pues es muy interesante. En pocos sitios pueden leerse cosas sobre Alemania en castellano y de primera mano (bueno, también en "Desde el exilio", otro blog que seguramente conoces). Un saludo.
By Wonka, at 5/13/2005 9:06 p. m.
Tengo para mí que el manejo de los datos en "Expaña" está preparado para hacer irreconocible "científicamente" la realidad. No creo que sólo sea la ignorancia periodística (también algunos pasaron por la LOGSE); sino una mezcla entre premeditación y chapuza para poder manejar cualquier dato a favor de quién lo maneja, partiendo de que el sujeto que lo tiene que blandir ignora casi todo sobre el asunto en cuestión. Además,ya se sabe, la estadística siempre da la razón a quien la hace. Un saludo.
By Anónimo, at 5/13/2005 9:11 p. m.
Para más inri el trabajo de 'la Encuentro' es un informe sobre temas sociales que hacen año tras año ..... es decir que ellos debería estar apilando datos de diversas fuentes una y otra vez y que no deberían tener semejantes problemas con las fuentes como para no entenderlas y manejarlas así de mal. Una auténtica pena de dinero perdido. Por cierto, ¿quién les financia estas 'glorias' de la investigación sociológica?. Habría que empezar a hacer el listadito de quiénes viven los que luego tratan de vendernos semejantes burras (sin perdón).
By Salvatierra de Barros, at 5/14/2005 12:27 a. m.
Gracias a Malaprensa llego a este blog.
IMPRESIONANTE.
Perdona mi ignorancia, pero ¿envías esta información a los medios o "sólo" la publicas en tu blog?
Pongo "sólo" porque sería una pena que tanto conocimiento no se difundiera de forma masiva.
Te seguiré en bloglines.
By octaviorojas, at 5/14/2005 9:45 p. m.
Gracias, Octavio. Esta información, que no es tanta, es para disfrute de mis amables lectores, que, poco a poco, gracias a menciones como la de Malaprensa, van siendo unos poquitos más. Los periodistas, algún día, empezarán a leer los blogs con cierta asiduidad; cuando nos quiten los negativos sambenitos que llevamos puestos.
By Wonka, at 5/14/2005 9:51 p. m.
Mi intención es felicitarlo por este blog al que también accedí por malaprensa.
La crítica al artículo me parece fantástica, salvo por un detalle de interpretación. Cuando se habla de "la punta del iceberg" caben muchas conjeturas y, por un lado, sería tan lícito hablar de que es posible que el porcentaje aunmentase como de que disminuyese. De hecho, ni siquiera sería lícito hablar de ninguno de ambos casos porque se desconocen otras variables que puedan modular (en su beneficio o en el de la socióloga) el porcentaje.
Me uno a la intención de que cada día lo lean más periodistas.
Un saludo
By Anónimo, at 5/18/2005 5:36 p. m.
Segundo "anonymous": muchas gracias por sus felicitaciones, y por su comentario. Espero que vuelva por aquí.
By Wonka, at 5/18/2005 5:42 p. m.
Me uno al coro de elogios. Es espectacular comprobar hasta que punto la estadística está manipulada, cuando no directamente falseada.
By Diego González, at 5/21/2005 3:04 p. m.
Estimado Sr. Wonka:
Ante todo, quiero manifestarle mi agradecimiento por su interés, esfuerzo y el tiempo empleado en comentar y criticar los datos sobre la violencia aparecidos en nuestro último informe. En la Fundación Encuentro siempre hemos pensado que se aprende mucho más de las críticas –cuando están bien fundamentadas y no caen en la tentación de la descalificación fácil y generalizada a partir de lo que aparece en los medios- que de las alabanzas. Y lo pensamos tanto de las críticas que asumimos –porque nos señalan nuestros errores- como de aquellas que no compartimos o consideramos discutibles –porque son indicios de que, cuando menos, hay algo que no ha sido suficiente o claramente explicado-.
Creo compartir también con usted la crítica al fetichismo del dato que caracteriza a nuestros medios de comunicación y lo difícil que resulta corregir un dato una vez que ha entrado en la argumentación pública. El número de pobres en España o la diferencia porcentual entre lo que cobran los hombres y las mujeres son sólo algunos de esos indicadores que parecen haber adquirido carácter de inmutables, inmunes a los extraordinarios cambios producidos en la sociedad española en las últimas décadas.
Acepto que los datos que aportamos pueden ser objeto de crítica, todo lo contundente que sea necesaria –en algunos hay errores que reconocemos y comentaré a continuación-, pero le puedo asegurar que siempre buscamos el uso más riguroso y actualizado de los datos disponibles. No voy a entrar en la discusión acerca de la objetividad de las estadísticas y de los datos. Entiendo que en la elaboración de los indicadores necesariamente se hacen opciones que han de ser, al menos, suficientemente explicitadas y explicadas.
Es cierto lo que dice usted en el punto 1 respecto a la desagregación de delitos y faltas. De hecho, en nuestro informe 10, al abordar el tema de la inseguridad ciudadana, también utilizamos esa desagregación. Este año optamos por tomar los datos de delitos y faltas de forma agregada no para “justificar” una opinión previa o porque los datos que se obtenían eran “más llamativos”, “más mediáticos”; lo hicimos porque, aun reconociendo que existe una evidente gradación en la violencia, nos interesaba destacar que es importante que no cerremos los ojos ante manifestaciones de violencia que son signos de una realidad que con frecuencia tendemos a obviar mientras no nos afecta directamente. Ése es el planteamiento del estudio: destacar la multitud de ámbitos y manifestaciones de una violencia estructural que se va instalando como sustrato de nuestra sociedad y respecto a la cual cada uno de nosotros tenemos una responsabilidad como ciudadanos, y la primera responsabilidad es reconocerla. ¿No contribuyen también las faltas a crear y consolidar ese sustrato violento en nuestra sociedad? Nosotros creemos que sí.
Tiene usted razón en el punto segundo de su comentario. En las notas de prensa –no así en el informe- decimos en titular que aumenta la “criminalidad violenta” en España. Al leer el texto que acompaña a este titular habrá comprobado que no hay correspondencia entre ambos, pues en el texto sólo se dice que aumenta la criminalidad en su conjunto (el total de delitos y faltas). Ya hemos corregido ese error no intencionado en las notas de prensa que cuelgan en nuestra página web.
El punto 4 es, efectivamente, el principal error en los datos aportados en el capítulo. No es, sin embargo, fruto ni del desconocimiento del dato más actualizado y corregido en la propia fuente ni de una omisión deliberada de este último para buscar un mayor impacto. Cuando elaboramos el capítulo buscamos la actualización de los datos de la tabla. Había, en efecto, una estadística de 2001, en la que se habían corregido los datos de homicidios en España, pero no se aportaba ninguna información de por qué se había realizado esa modificación de la serie. Las notas explicativas a pie de página son exactamente las mismas en la estadística de 2000 y en la de 2001. La estadística de 2000 ya la utilizamos en el informe 10, también apareció en los medios –aunque no tuvo la repercusión del informe de este año- y nadie nos informó del error que recogía dicha estadística. En una publicación posterior a dicho informe del Sindicato Unificado de Policía –el boletín nº 15 del Instituto de Estudios de Seguridad y Policía- se situaba también a España a la cabeza de Europa en la tasa de homicidios, con un dato incluso superior al que aparecía en el estudio comparativo y que nosotros recogimos. Ante la opción de corregir sin saber la causa la estadística publicada en el informe 10 –cayendo en una flagrante contradicción- o referirnos a la estadística de 2000 –cuyos datos coincidían además con las tasas de homicidios que aportamos en otro apartado del estudio-, nos decidimos por la segunda. Nuestro error ha sido, por tanto, no habernos dado cuenta –como a partir de sus comentarios hemos descubierto- de que la razón de la corrección fue que en la estadística de 2000 se recogían no los datos de homicidios dolosos y no dolosos -como usted afirma-, sino los homicidios dolosos y asesinatos consumados y en grado de tentativa, mientras que en la estadística de 2001 se consignó la cifra de homicidios dolosos y asesinatos consumados. Además, tampoco nos dimos cuenta de que en la misma estadística de 2001 hay un dato más coherente con nuestra argumentación de fondo que el que ha aparecido: en el período 1997-2001 España sufre el segundo mayor porcentaje de aumento del número de homicidios (34%), muy por encima de la media de la UE (11%) y también claramente superior al reflejado en la estadística de 2000 para el período 1996-2000 (24%). Asumimos este error y procuraremos subsanarlo en cuantas situaciones nos sea posible.
Respecto al punto 5, el maltrato a las personas mayores, habrá comprobado en las notas de prensa que también afirmamos en titular que apenas existen datos específicos sobre este problema, en el que además del maltrato físico consideramos también el maltrato psicológico. La fuente de los datos está citada en el texto: el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, una de las instituciones más prestigiosas en este ámbito en nuestro país; se afirma expresamente que son estimaciones de un problema difícil de identificar y de reconocer, al igual que en su momento lo era el maltrato a las mujeres en la pareja. Podríamos haber utilizado las estadísticas que ofrece el propio Centro Reina Sofía sobre víctimas de 65 años y más en el ámbito familiar, elaboradas a partir de datos del Ministerio del Interior, pero ni cubren todo el espectro posible del maltrato a los mayores ni permiten un análisis específico del fenómeno, además de estar condicionadas a la presentación de la denuncia de los hechos. Con todo, presentan incrementos relativos todavía más llamativos que los citados en nuestro informe (un 86% en el período 2001-2003), aunque es cierto que sobre una base mucho menor. No pretendíamos marcar los contornos precisos del problema –no podemos hacerlo con los indicadores disponibles actualmente-, sino llamar la atención respecto a una realidad que parece estar aumentando y que puede aumentar más dados ciertos procesos sociales que se van consolidando. El informe es interpretativo y a veces, aunque no dispongamos de datos incontrovertibles, creemos que es necesario apoyarse en estimaciones de instituciones de prestigio para llamar la atención sobre realidades para nosotros preocupantes.
Quisiera, por último, hacer una breve referencia a la omisión que usted señala en el punto 6. En el capítulo sí se menciona el tema de la inmigración, aunque no se analiza con detenimiento. Ya lo hicimos en el informe 10, al cual le remito y del cual me gustaría recibir sus interesantes y fundamentados comentarios. Seguramente coincidirá conmigo en que se trata de un tema que requiere un análisis muy riguroso y matizado de los datos para establecer comparaciones realmente significativas y válidas, algo que excede las posibilidades de estos comentarios, pero de lo que me gustaría poder dialogar en algún momento con usted con mayor detenimiento, pues lo consideramos un asunto de extrema importancia social.
También del resto de sus comentarios –de algunos de los cuales discrepo- me gustaría poder intercambiar opiniones, porque seguro que nos servirán para hacer un informe mejor. Voluntad de mejora no nos falta y comentarios rigurosos y objetivos como los suyos nos ayudan.
Atentamente.
By Anónimo, at 5/26/2005 11:02 a. m.
Estimado Sr. Blanco,
Muchísimas gracias por participar en la conversación que mantenemos en este blog. Entre todos, intentamos que el debate público en España sea de la mejor calidad, y, desde luego, la Fundación Encuentro, con sus publicaciones contribuye a ello. Por eso, merece la pena criticar sus datos, porque Ustedes procuran que sean los mejores y, como ha ocurrido, aunque sea por medios tan poco habituales como los de los blogs en Internet, aceptan esa crítica.
Mi mayor problema era, desde luego, con las tasas de homicidios en España. Las otras cuestiones eran más interpretativas. Me alegro de que al menos en el error gordo, la cifra que "sobreviva" (y sea citada por los periodistas) sea la buena.
Un saludo,
Wonka
By Wonka, at 5/26/2005 11:25 a. m.
Me uno a la alegría de Salvatierra.
Si al final va a resultar que en España también se puede debatir, y no nos habíamos enterado.
Un saludo
malaprensa.com
By Josu, at 5/30/2005 11:43 a. m.
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