El espejismo del "proceso de Bolonia"
Anticipo las tres conclusiones más importantes a que he llegado tras mi modesto estudio. La primera es que, en efecto, la única cuestión sustantiva es la de las competencias profesionales que se concedan a los estudios cortos y a los largos. La segunda es que el programa de Bolonia no conduce ni siquiera lógicamente a los objetivos que dice pretender. La tercera es que en cualquier caso nuestra ordenación universitaria actual está ya tan adaptada al Espacio Europeo de Educación Superior (en adelante EEES) como cualquier otro país y que estamos haciendo otro ejercicio de hipereuropeismo.
Si caben adaptaciones nominales, flexibles o drásticas a los compromisos adquiridos en el proceso de Bolonia, los españoles, más europeístas que Zeus, hemos optado, sin que nadie nos obligara, por una drástica, a pesar (un gran pesar, en realidad) de que nuestra estructura de títulos, pues de esto se trata, fuera de las más similares a la propuesta en Bolonia. Dice Carabaña que esto es así, ejem, nada menos que desde la Ley General de Educación de 1970, y tiene razón. Así lo dice:
Resultado en parte de la inercia de la tradición y en parte de los impulsos de reforma y renovación, nuestro sistema universitario está actualmente formado por primeros ciclos de tres años, segundos ciclos de dos años y títulos integrados de cuatro o cinco años muchos de ellos con dos ciclos. Esta estructura cumple ya con el programa de Bolonia mucho más que la adoptada en Alemania en 1998, que se limita a establecer títulos cortos sin prácticamente estructura cíclica. Podríamos incluso describir los acuerdos de Bolonia diciendo que consisten en que todos los países europeos adopten el modelo español de ordenación universitaria. Quizás sea esto un poco exagerado, pero no es mala manera de decir que podíamos habernos quedado quietos.
Josu, de Malaprensa, advirtió hace tiempo acerca de algo parecido:
Primero, el proceso de Bolonia no tiene ninguna fuerza legal. No hay directivas, ni tratados internacionales, ni nada. La declaración de Bolonia es un acuerdo informal de ministros de educación [...] al que se han ido adhiriendo países, que sólo les "obliga" en la medida en la que ellos mismos lo vayan determinando, y hasta donde, con su buen juicio les parezca oportuno.
Segundo, y más importante. La interpretación que se ha hecho en España del acuerdo es en muchos aspectos contraria a la que se hace en otros países, y en mi modesta opinión, opuesta a sus propios principios. Me podría pasar muchas horas escribiendo sobre esto, pero me concentraré (por hoy) en el punto de la reducción de las carreras, de 140 a 77, según la última propuesta que anda circulando [...] Eso, simple y llanamente, no es un mandato de Bolonia, como se puede demostrar por dos vías. Por la lógica y por la empírica.
La lógica: si Bolonia obligara a reducir y armonizar los títulos, para que supuestamente fueran similares u homogéneos ¿no debería esto hacerse coordinadamente entre todos los países participantes? Pero no es así como se está haciendo aquí: la propuesta de reducción de títulos que se está discutiendo ahora es un proceso solamente español. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Proponer a todos los europeos que adopten nuestra lista de 77 carreras? ¿O quizá, dentro de 2 ó 3 años, hacer una segunda ronda de armonización, esta vez sí europea, de modo que las carreras en España cambien dos veces en un lustro? Es absurdo.
También muy crítico con el proceso se mostró un estudioso de nuestro sistema universitario, José-Ginés Mora, de lo que ya nos ocupamos aquí hace varios meses.
En una línea más optimista, algunos, como Juan Freire (quien, por cierto, tiene juicios de lo más razonables sobre educación superior), pensaron que este nuevo proceso de reformas podía ser un buena excusa u oportunidad para mejorar la calidad de la enseñanza universitaria, aunque no parece que esa oportunidad se esté aprovechando, al decir del mismo Freire. Les copio el comentario que puse en su momento en su blog:
He estado revisando últimamente las declaraciones de los ministros del Proceso de Bolonia, así lo llaman. Puro hueso, y un poco de piel. Cuando leo lo de la "comparabilidad", "compatibilidad" y, lo peor, la "legibilidad" (readability) de los sistemas universitarios como medio para conseguir que sean mucho mejores, me quedo mudo. Juan es, claramente, un optimista antropológico. Yo, no tanto. No sé cómo de ahí, a pesar de toda la astucia de la razón hegeliana que queramos, puede salir una mejora. Sobre todo, no veo por qué estudiantes, profesores y demás implicados van a optar por el cambio. ¿Qué ganan haciéndolo? Y ¿qué pierden no haciéndolo?
Pues eso, que me quedo mudo, pero otros, como Julio Carabaña o el mismo Josu (o Juan Freire), no. Léanlos, please.
13 Comments:
La universidad española va mal. De hecho, lo milagroso es que no se caiga a cachos. Es un sistema sin retroalimentación, en el que mejorar la calidad no tiene recompensa alguna, como no lleva a ningún castigo empeorarla. Se busca homogeneizar la universidad, lo que reduce la creatividad y experimentación de modos nuevos. Se impone que, si hemos de saltar al precipicio, lo hagamos todos de la mano y a la vez.
Así las cosas, en España han optado por utilizar el comodín de Europa para ver si lo cambian todo... probablemente para que todo quede igual. El comodín de Europa te permite no tener que asumir responsabilidades si algo no gusta, si el invento sale mal. Pero las bases del sistema (funcionariado, ausencia de consecuencias de lo que se hace...) siguen sin tocarse. Otro parche más.
Creo que el proceso de Bolonia, algunos, lo han cogido como revulsivo para introducir cambios en los procesos de enseñanza-aprendizaje. La secta de la pedagogía constructivista sobrevuela nuestros campus. Espero que nos quedemos en mejorar nuestros modos de dar clase, que no busquemos aplicar un manual que no sirve, que no fue bueno para primaria y secundaria y que tampoco lo sería para la universidad.
By Anónimo, at 3/29/2006 7:47 p. m.
Juan Ramón: no puedo estar más de acuerdo contigo. Lo de la pedagogía constructivista lo he visto mencionar de pasada alguna vez, pero no he leído ninguna referencia sobre ello. ¿Alguna pista?
By Wonka, at 3/29/2006 9:18 p. m.
Llevo diciendo algún tiempo que el proceso de Bolonia español esconde una "logsización" de la Universidad: y no sólo en lo que se refiere a la difuminación de los contenidos y a la introducción de la pedagogía constructivista; también en la disolución de todas las estructuras universitarias para cambiarlas por otras fácilmente controlables, estructuradas en torno al poder de los mediocres y en la eliminación de todo mérito y pensamiento independiente.
En la no universitaria, en tan sólo 15 años han conseguido que una profesión digna y amable se convierta en un infierno. Los que lo hemos visto, sabemos lo que esconden las bonitas palabras del iluminado Salvador Ordóñez. Que se vayan preparando los que dan clase en la universidad, y los que aspiran a darla. Luchar o huir, es mi consejo.
Sobre el constructivismo, sus bases filosóficas y su aplicación en la "Nueva Pedagogía", está bastante bien "Repensar la educación", de Inger Enkvist, recientemente aparecido en España.
By teramenes, at 3/29/2006 10:08 p. m.
¿Logsificacion?
¿Es que los nuevos españoles que ahora empiezan la adolescencia no tienen derecho a ser universitarios algun dia?
By Anónimo, at 3/30/2006 1:05 a. m.
Reconozco no haberlo leído todavía, pero yo espero que la biblioteca de mi facultad traiga La secta pedagógica de Mercedes Ruiz . Lo pedí hace poco; a ver si tengo suerte. Creo que ahí pueden leerse las razones básicas por las que se está perdiendo calidad de enseñanza a toda velocidad en nuestras aulas.
Sobre las bases del contructivismo, partiendo de que no soy para nada especialista en el tema:
1
a) el conocimiento no reproduce la realidad, sino que es una interpretación de la misma;
b) el conocimiento caduca cada vez más rápidamente;
c) por tanto, lo importante no es enseñar (únicamente) contenidos, que serán obsoletos en breve, sino que hay que aprender a que los estudiantes sean capaces de aprender a aprender;
2
a) la reproducción de los contenidos no conlleva la asimilación de los mismos;
b) lo relevalente es la elaboración por parte de los estudiantes de los contenidos, de tal modo que generen su propio conocimiento.
Palabras para manejarse en este mundillo: procesos de enseñanza-aprendizaje, comunidades de aprendices, aprender a aprender, aprendizaje significativo, aprendizaje cooperativo, auto-motivación, auto-regulación...
Para ver un poco de qué el tema aplicado a la universidad, este powerpoint de García-Mila puede ser útil.
¿Los riesgos? Primero de todos, que esta teoría está montada sobre unos datos recogidos con un diseños metodológicamente pobres y analizados con unas técnicas estadísticamente insuficientes. Segundo, que, por lo genearl, desde mi punto de vista, llevan a una círculo vicioso de descenso de los niveles de exigencia. Primero se comprueba que una parte importante de nuestros estudiantes están por debajo de un nivel que estimamos como mínimo. Por esto aplicamos medidas erróneas que rebajan aún más el nivel. Y vuelta a empezar.
By Anónimo, at 3/30/2006 4:51 p. m.
Juan Ramón, me temo que no has puesto bien el link al powerpoint de García-Mila :-)
By Wonka, at 3/30/2006 5:06 p. m.
www.unizar.es/ice/rec-info/general-05/aprendizaje-univ.ppt
Ahora sin enlaces...
Si es que la frontera entre el perfeccionismo y la chapuza es taaan tenue.
By Anónimo, at 3/30/2006 6:18 p. m.
He trabajado tanto en la enseñanza secundaria como en la universitaria. El año pasado, para explicarnos las novedades boloñesas y para que nos fuéramos acostumbrando a ellas, se nos 'ofreció' un minicursillo sobre el nuevo sistema de créditos. En cinco horas que duró aquello, la expositora (pedagoga ella) nos repitió las mismas generalidades, la misma palabrería vana, los mismos presupuestos "políticamente correctos" con los que años atrás se nos había bombardeado cuando se inició el proceso de destrucción de la enseñanza secundaria.
Aparte de la propia “logsización” de la Universidad, está claro que los pedagogos no pierden el tiempo: a partir de ahora, quien quiera dedicarse a la enseñanza secundaria, deberá hacer el correspondiente postgrado en pedagogía. En fin, el objetivo de los pedagogos de que el “CAP” dure dos años ya está logrado (a costa, claro, de disminuir aún más la formación específica del profesorado). A ver si al menos se deciden los pedagogos a dotar a su “ciencia” de algún contenido un poquito sólido.
By Anónimo, at 3/30/2006 6:26 p. m.
Siento decirte que no pueden dotarla de ningún principio sólido, porque no lo tienen. Lo que sostienen no tenía ninguna base científica entonces y ningún resultado satisfactorio hoy. Al menos, lo que la mayoría de la sociedad entiende un resultado satisfactorio.
Lo de ir bajando los niveles -alguien lo ha llamado el "pigmalión inverso"- es uno de los dramas de los centros. Por eso no hay manera de que exista un índice, una lista concreta de contenidos que se supone que un alumno debe saber a cierta edad. Si eso se publicase, los padres de hoy en día alucinarían por lo escueto. Pero uno de los principios de la secta pedagógica es hablar siempre de democracia, pero manteniendo al pueblo a distancia. La educación está sumida en el despotismo ilustrado.
By teramenes, at 3/30/2006 10:39 p. m.
Acabo de echarle un vistazo al Power Point "recomendado" por Juan Ramón. Cielos, no pensé que la cosa estuviera tan perdida. Lo tienen claro los profesores de universidad. El plan es perfecto: destrozas la Primaria, hundes la Secundaria, y luego pones el resultado como justificación para aplicar métodos similares en la universidad. Si es que son unos genios.
La secta pedagógica es un espléndido libro, muy divertido si no fuera por lo que nos estamos jugando.
By teramenes, at 3/30/2006 10:59 p. m.
Anda por Internet un precioso "Panfleto Antipedagógico" que recomiendo vivamente. Puede encontrarse en la siguiente página electrónica (es posible allí, además, encontrar una versión en PDF para imprimir).
http://www.colectivobgracian.com/panfleto/indice_panfleto_antipedagogico.htm
By Anónimo, at 4/02/2006 6:27 p. m.
Cuento cómo se ha aplicado ya Bolonia en Francia, donde son más listos que nosotros. La estructura antigua era:
(a) License: 3 años
(b) Maitrise: License + 1 año
(c) DEA/DESS: Maitrise + 1 año.
Existían además cosas como la "agregación" (que sirve para ser docente y se suma a la maitrise, más o menos...)
Sistema Bolonia francés.
(a) Primer ciclo = License (3 años)
(b) Segundo ciclo = Maitrise + DEA/DESS (con una pequeña novedad sobre estancia/práctica) = 2 años
Al final del primer año del segundo ciclo se sigue obteniendo la antigua maitrise, de aplicación "no europea". La agregación sigue existiendo.
Aún así (no han cambiado más que los nombres y han conseguido obligar a muchos alumnos a estudiar los cursos de doctorado, de los que aquí nos vamos a deshacer con enorme alegría), la Ecole Polytechnique y otras grandes escuelas de prestigio ya han anunciado su intención de no adaptarse. Y tienen razón, porque ellos tienen el prestigio y los otros dan los títulos homologados. ¿Qué vale más en el mercado laboral?
By Anónimo, at 4/03/2006 2:20 p. m.
Para Wonka y Juan Ramón: si queréis leer sobre pedagogía constructivista (y todo el nocivo "behaviorismo" asociado a la pedagogía moderna), buscad la web de "Sauver les lettres". Se puede no estar de acuerdo con ellos, pero desmontan la mitificación (mistificación) de que los pedagogos saben de qué hablan más allá del aprendizaje infantil en sus primeros estadios.
Por cierto, como profesor de la Universidad de Zaragoza, os confirmo que aquí estamos viviendo toda esta basurilla de mezclar pedagogía, Bolonia, Europa y cualquier idea peregrina que pasa por ahí. Por suerte o desgracia, la inercia del profesorado de estas universidades "antiguas" es enorme. En su mayoría va a ser cambiarlo todo para que todo quede igual. La pena es que la inercia actual es descendente (en calidad, exigencia, tratamiento del alumno en su condición de adulto, etc) y el descalabro del sistema educativo e investigador está garantizado a medio plazo.
By Anónimo, at 4/03/2006 2:26 p. m.
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