No me rechaces en el tiempo de mi vejez
Así, en síntesis, argumentan (mi traducción):
En última instancia, no hay 'solución' a los problemas de la edad anciana, al menos no una solución que pudiera tolerar una sociedad civilizada. Pero hay maneras mejores y peores de enfrentarse a nuestro envejecimiento. La mejor manera comienza por pensar en nosotros mismos menos como individuos totalmente autónomos y más como miembros de familias; por abandonar nuestra equivocada creencia en que la medicina podrá, milagrosamente, liberarnos o liberar a nuestros seres queridos de la debilidad y la decadecia, y, al contrario, por aceptar nuestro papel como cuidadores; y por abjurar de la fantasía de que podemos controlar el modo y la hora de nuestra muerte, aprendiendo, en cambio, a aceptarla en su propia estación como los seres mortales que somos, reemplazados y renovados por las generaciones venideras.
Muchos textos, sobrios y duros como éste nos van a hacer falta para afrontar con humanidad el gran reto del envejecimiento de la población, y el del tipo de ancianidad y muerte que lleva aparejado.
2 Comments:
Meneada http://meneame.net/story.php?id=3574
¡Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...
http://www.poesia-castellana.com/dario.html
By maty, at 1/20/2006 12:13 a. m.
Todo hombre debiera ser capaz de decir (y llegado el caso, de hacer, también):
¡A mí me nacieron pero yo me moriré!
By Anónimo, at 1/20/2006 9:05 a. m.
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