La asignación tributaria a la Iglesia en España (gráficos curiosos XII)
Buscando datos sobre cuántos contribuyentes marcan la casilla de la Iglesia, y, ejem, no encontrándolos, sí he dado con una serie bastante larga de esos dineros públicos asignados a la Iglesia, la cual recojo en el gráfico siguiente (click para ampliar).
En el gráfico se observan varias cosas. Primera, que, desde 1991, exceptuando el "parón" de 1993, esos dineros no han dejado de crecer en términos corrientes. Segunda, que ese crecimiento es constante desde, más o menos, 1999. Al parecer, el Estado se comprometió a aumentar la dotación de la Iglesia en un 2% anual y creo que ése es el compromiso vigente. Tercera, se ve cómo, en moneda constante, la historia es bastante distinta: a un primer crecimiento entre 1991 y 1994 le siguió una fase de estancamiento hasta 1999 y, desde entonces, una caída paulatina, al ser desde entonces la inflación superior al 2% anual antedicho.
Es decir, poco a poco el dinero destinado a la Iglesia va siendo cada vez menos en términos reales (habría caído un 7% desde el máximo de 1998). No he incluido en el gráfico lo que le supone al estado esos dineros en términos de la recaudación total por IRPF, pero han de saber que le supone un porcentaje cada vez menor desde 1996, debido al notable crecimiento de esa recaudación gracias al también notable crecimiento económico desde esa fecha.
7 Comments:
Hablo de memoria, pero cuando se incluyó la casilla (con el consiguiente revuelo eclesial y alborozo onegeico) se acordó también un colchón para la iglesia que paliara la posible toma de posición de parte de la ciudadanía a favor de la opción ongs. Así que la iglesia siempre va trampeando, sufriendo su declive económico(que, en cualquier caso, es muy inferior al de su pérdida de clientela en las iglesias - su gran asignatura pendiente, porque de la institución se habla mucho pero ésta nos cuenta muy poco de cómo le va el patio en su tarea fundamental -la pastoral).
By Salvatierra de Barros, at 7/12/2005 12:09 p. m.
La información que buscas está en la Memoria Estatal de la Administración Tributaria, libro que has de "coleccionar" en sus diferentes ediciones. La última, del 2003, tiene el dato en la tabla 1.34, página 129, dentro del subcapítulo 2.1.2.7: asignación tributaria a la iglesia católica y a otros fines sociales.
Si analizas la tabla con detenimiento, comprobarás que las declaraciones en las que o la mitad de la cuota se dirige a otros fines o toda se dirige a fines distintos que a la iglesia son franca mayoría. Sin embargo, las cuotas líquidas son prácticamente iguales. De donde se deduce que, a mayor nivel de renta, mayor densidad de aportaciones a la iglesia.
By Juan de Juan, at 7/12/2005 12:18 p. m.
JdJ, muchas gracias por la fuente. ¿Tú tienes varios años? Sería interesante observar la evolución en el tiempo de la gente que marca cada una de las casillas.
By Wonka, at 7/12/2005 12:35 p. m.
Afortunadamente, la fuente que cita JdJ está en Internet. Luego actualizo la anotación con los datos.
By Wonka, at 7/12/2005 12:39 p. m.
Se me olvidaban un par de cosas.
La imposición sobre el IRPF parte de la base, y así lo recoge el Concordato vigente, de que el objetivo de la iglesia es conseguir su autofinanciación. No obstante, resulta pueril considerar que la asignación vía IRPF es la única forma de financiación pública de la iglesia. Por orden:
1) Todas las limosnas y aportaciones que reciba están exentas de impuesto sobre la renta, consumo o similares.
2) Toda la labor de publicación de la iglesia está exenta de impuestos.
3) También lo está toda actividad de enseñanza realizada en seminarios diocesanos o religiosos.
4) También está exenta la adquisición de objetos para el culto.
5) Las iglesias, edificios anexos, residencias de obispos y sacerdotes, oficinas parroquiales, seminarios, casas y conventos, están exentos de pagar el IBI.
6) Los religiosos y órdenes están exentos de IRPF y patrimonio, salvo en los rendimientos de los negocios que pongan en pie y derivados de patrimonios cuyo uso esté cedido y los rendimientos del capital.
7) Importantísimo: están exentos del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, siempre y cuando los bienes que reciban se dediquen al culto, sustentación del clero, sagrado apostolado y ejercicio de la caridad. Eso, en mi pueblo, quiere decir que se puede heredar una parcela y construir en ella, bajo el paraguas de la exención, un edificio de apartamentos en cuyo sótano se construya una capilla (no creo que fuese la primera vez).
By Juan de Juan, at 7/12/2005 12:41 p. m.
JdJ. No pretendía entrar yo en la cuestión sustantiva, pero se puede hacer. La financiación pública que tú mencionas supone, básicamente, una exención de impuestos. Es discutible que eso sea una forma de financiación: es como pensar que el punto de partida es que el estado es propietario de toda la riqueza que generamos y luego nos da una parte "no cobrándonos" más que un 30 o un 40% de impuestos.
En cualquier caso, no veo mayor problema en esas exenciones. Se supone que la Iglesia cumple una finalidad especial (se supone que buena) y por eso le ahorramos impuestos. Genial: apliquémosla a todas las entidades equivalentes a la Iglesia Católica y todos felices, ¿o no?
Por otra parte, para completar el balance, habría que tener en cuenta las aportaciones que hace la Iglesia al conjunto de la sociedad y, en particular, lo que le ahorra al Estado. Un ejemplo: la enseñanza concertada (casi toda en colegios de órdenes religiosas) es bastante más barata que la enseñanza pública. Multiplíquese lo que el Estado se ahorra por cada alumno por el total de alumnos y se obtendrá la aportación indirecta de las órdenes religiosas al Estado. Otro ejemplo: la asistencia social que hace la Iglesia, a través, de nuevo, de sus órdenes religiosas, es amplísima. En una pequeña parte, esa asistencia social está financiada por subvenciones públicas, pero en gran parte no: se nutre de trabajo voluntario o no remunerado en tanto que dicho trabajo (monjas, frailes, curas, etc.). Habría que calcular el monto de esa aportación, y no es pequeño.
En definitiva, entrando sólo de refilón en la discusión sustantiva y sin tener yo una posición clara en el tema, creo que, para hacer un balance, habría que recordar que la contabilidad tiene doble entrada: debe, pero también haber.
By Wonka, at 7/12/2005 1:08 p. m.
La clave del asunto, tal y como yo la veo, es que quien sostiene las ideas de la iglesia católica es un estado. Esto supone llegar a una serie de acuerdos, no se olvide, diplomáticos, basados también en la tradición y en el hecho, que tú señalas, de que la institución favorecida realiza labores consideradas positivas.
El concepto de que lo bueno esté exento de impuestos es defendible, pero también atacable. La enseñanza concertada es más barata, cierto. Pero también sirve para domeñar a no pocas personas con una determinada forma de pensar por la cual, cuando mueren, legan bienes a la iglesia... exentos de impuestos. La contabilidad real nos llevaría ad nauseam.
Para mí es mucho más sencillo.
La iglesia es una institución privada. Esto se vio claramente cuando palmó un montón de dinero en Gescartera: ante los intentos de auditar esas pérdidas, el obispado de Valladolid contestó que el dinero era suyo y sólo suyo y que ahí no metía nadie las narices. Estoy de acuerdo con eso; tú tampoco tienes por qué meter las narices en mi cartera.
Consecuencia: que se le dé el mismo tratamiento que recibo yo: paganini. Y si eso supone que los curas y monjas pasen a cobrar salarios como es debido, pues bueno, lo mismo así resolvían la crisis de vocaciones.
Yo estoy en contra de la casillita. Para la iglesia y para las ong. Una persona tiene perfecto derecho a ser insolidaria. Para la solidaridad obligatoria ya están los impuestos en sí mismos.
By Juan de Juan, at 7/12/2005 1:54 p. m.
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