Matrimonio, cohabitación y divorcio
David Friedman, en contra de la hipótesis de la autoselección (los que se casan habiendo cohabitado son demográfica, psicológica y sociológicamente distintos del resto de los que se casan), o complementándola, nos propone otras explicaciones, basadas, dice, en su propia experiencia de divorciado:
1. Humans, like some species of birds, pair mate--not exclusively, but as an important element in our reproductive strategy. Part of what makes that workable is a link between sexual activity and our emotions, hardwired by evolution. Sleeping with someone, especially on a regular basis, creates emotional bonds. Breaking them can be hard. Those bonds, once created, may result in your marrying someone who, absent those bonds, you would have recognized as insufficiently well suited to you for a permanent relation.
2. Humans have a tendency to heavily discount future benefits in their decisions. This makes evolutionary sense, since we evolved in a very risky environment. Giving up benefits today in order to get larger benefits ten years from now is a bad bet--unless the benefits are a lot larger--if you are quite likely to starve to death in a famine or get eaten by a predator before the benefits arrive. We deal with the conflict between hardwired inclination and rational calculation by a variety of devices, such as Christmas clubs to precommit us to save and awarding status to wealth as well as to consumption.
For many people, cohabitation is much pleasanter than search. Not only does it result in a lot more sex, it also provides a range of emotional and practical support. If you are cohabiting with someone sufficiently well suited to you to make cohabitation workable but not to justify marriage, abandoning cohabitation in favor of continued search means giving up a current benefit in exchange for a distant and uncertain future benefit. So you may continue to cohabit, which means you are not searching--or at least searching much less. Lack of search means you don't find a better partner, so you eventually marry the one you have.
Es decir, comenzar cohabitando tiene ventajas inmediatas que no tiene el cortejo o el noviazgo, ventajas (sexuales, emocionales) de las que resulta difícil de prescindir. Ahora, dejarse llevar por esas ventajas puede implicar conformarse con una pareja menos adecuada de la que sería menester. Y por otra parte, preferimos los beneficios presentes a los futuros, sobre todo si los futuros no son de una magnitud mucho mayor, luego nos cuesta prescindir de los beneficios inmediatos de la cohabitación en aras de unos hipotéticos beneficios mayores que habría que buscar cuidadosamente. La idea, por tanto, es que el proceso de búsqueda es peor en el caso de las cohabitaciones, y, claro, de los matrimonios precedidos por éstas. Como no se dedica el tiempo suficiente a buscar la pareja adecuada, las cohabitaciones fracasan, por término medio, antes que los matrimonios, y también fracasan antes los matrimonios precedidos por cohabitación que los más tradicionales. No me parece mala hipótesis. Y eso que, dice Friedman, sólo está basada en dos casos, los de sus dos matrimonios...
3 Comments:
Muy sugerente. Ya que estamos ¿qué evidencia tenemos en España de la diferente duración de parejas que cohabitan y otras que no?
Gracias por anticipado, sociólogo del barrio.
By Josu, at 12/28/2005 12:43 a. m.
Hay algo en el libro de Gerardo Meil, Las uniones de hecho en España (CIS, 2004, creo), pero no estoy seguro de que sus cálculos sean los más apropiados. No he visto nada más. Tampoco es un tema que se haya estudiado mucho.
By Wonka, at 12/28/2005 10:53 a. m.
hola
¿y hay datos de cuantos divorcios son en parejas que primero cohabitaron o diferencias en tiempos de duración de matrimonio y divorcio entre uniones de hecho y matrimonio? personalmente no creo que convivir sea garantía de menos posibilidades de divorcio, porque las intolerancias surgen con el tiempo...
By Marcela Mendoza R., at 12/28/2005 5:17 p. m.
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