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31.1.07

Ahora sí: fecundidad de las extranjeras en España por nacionalidades (2004)

Gracias al aviso de Isabel en un comentario a la anotación anterior, me dí cuenta de que podían utilizarse los ficheros de "microdatos" del Movimiento Natural de la Población del INE para calcular el Índice Sintético de Fecundidad según nacionalidad de la madre. Aquí están los cálculos. Antes de leerlos, hay que tener en cuenta un par de precauciones:

--primera, se trata de la foto fija de 2004; las cosas pueden haber variado en 2005, aunque no es de esperar que mucho; sí pueden variar significativamente los datos de las nacionalidades con un número bajo de nacimientos;

--segunda, hay que tener en cuenta que el cálculo se hace teniendo en cuenta las mujeres empadronadas de las distintas nacionalidades extranjeras, y que cabe que las tasas de empadronamiento varíen según nacionalidad (estarían sesgados al alza los ISF de aquellas nacionalidades que menos se empadronan, ¿China?);

--se trata de las primeras 40 nacionalidades extranjeras por tamaño de la cohorte de mujeres de 15 a 49 años.

En el cuadro siguiente se recoge el ISF y el tamaño de dicha cohorte.


Fecundidad de las mujeres extranjeras en España (2004)
Nacionalidad
ISF
Número de mujeres
de 15 a 49 años

Senegal
4,40
3.015
Marruecos
4,00
96.975
Argelia
3,74
5.818
China
3,14
21.770
Paraguay
2,32
2.945
Bolivia
2,20
23.717
Nigeria
2,12
6.982
EEUU
2,02
6.184
India
1,92
3.055
Rumanía
1,84
75.736
Ecuador
1,72
185.722
Guinea E.l
1,71
5.133
Uruguay
1,71
10.257
Filipinas
1,69
7.596
Polonia
1,68
10.760
Lituania
1,62
3.686
Honduras
1,61
2.570
Moldavia
1,60
2.337
Brasil
1,57
20.875
Reino Unido
1,56
33.626
Rusia
1,54
13.965
Irlanda
1,51
2.110
Portugal
1,48
17.479
Holanda
1,36
6.478
Argentina
1,34
42.773
Francia
1,33
20.867
Colombia
1,32
111.465
Chile
1,32
9.721
Perú
1,30
29.183
Venezuela
1,25
15.661
R. Dominic.
1,23
23.881
Cuba
1,20
15.909
Ucrania
1,19
20.827
Bulgaria
1,18
23.543
Suecia
1,14
3.209
Italia
1,14
20.110
Bélgica
1,11
5.385
México
1,08
8.476
Alemania
1,00
25.537
Suiza
0,76
2.327
Fuente: elaboración propia con el fichero de microdatos de Movimiento Natural de la Población del INE, www.ine.es.

Ahora, hagan ustedes sus cábalas. A mí, lo que más me llama la atención es que muchísimas nacionalidades están por debajo de los 2 hijos por mujer (32 de 40 en el listado) y que lo estén nacionalidades con muchos efectivos, como Ecuador (1,72) o Colombia (1,32) (aunque quizá ocurra que muchas de estas mujeres hayan venido a España con sus hijos, o los hayan dejado en sus países de origen). Y, claro, también es llamativo que las marroquíes tengan una tasa de las más altas, de 4 hijos por mujer. Yo apostaría a que está sobredimensionada, pues ni siquiera en Marruecos el ISF es tan alto: debe de rondar los 3 hijos por mujer. Sin embargo, aunque fuera "sólo" de 3 hijos por mujer, seguiría siendo la nacionalidad de extranjeros con cierto tamaño con más fecundidad en España.

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28.1.07

Las españolas, 1,27 hijos; las extranjeras, 1,75

Con las cifras de Movimiento natural de población que publica el INE en su página web no podemos calcular la fecundidad según la nacionalidad de las mujeres que tienen hijos en España, pero al menos sí podemos distinguir entre españolas y extranjeras, y calcular su Índice Sintético de Fecundidad aproximadamente. El ISF es lo que comúnmente se llama "número de hijos por mujer", el indicador más usado para medir la evolución de la fecundidad en una población. Como se dice aquí, "representa el número de hijos que acabaría teniendo una mujer de la cohorte sintética (de ahí lo de índice sintético) que sobreviviera las edades fértiles y tuviera hijos de acuerdo a las tasas específicas de fecundidad por edades del momento actual". La cohorte sintética es, grosso modo, una cohorte arbitraria, por ejemplo, las mujeres de 15 a 49 años, de las que se examina su evolución a lo largo del tiempo.

El ISF se calcular sumando las tasas específicas de fecundidad por edades (número de hijos nacidos de mujeres de tal edad dividido por el número de mujeres de esa edad en el país o área en cuestión). Si no tenemos datos por edades una a una, podemos tomar los datos por tramos de edad, teniendo cuidado de multiplicar la cifra resultante por el número de años de cada tramo.

Los datos del INE nos permite calcularlo por tramos de edad de cinco años, tal como se recoge en el siguiente cuadro.

España, 2005. Fecundidad de las mujeres españolas y extranjeras

Mujeres extranjeras Mujeres españolas
Edad Empadronadas (A) Nacimientos. (B) Tasas específicas de fecundidad (B/A) Empadronadas (D) Nacimientos (E) Tasas específicas de fecundidad (E/D)
15-19 91.905 4.026 0,044 1.061.319 8.852 0,008
20-24 182.322 15.968 0,088 1.295.335 28.387 0,022
25-29 263.137 21.641 0,082 1.592.387 93.504 0,059
30-34 235.200 17.604 0,075 1.621.800 165.611 0,102
35-39 188.775 8.752 0,046 1.607.884 85.353 0,053
40-44 143.571 2.064 0,014 1.556.516 13.665 0,009
45-49 103.749 131 0,001 1.414.383 602 0,000







Índice Sintético de Fecundidad (suma tasas específicas de fecundidad x 5) 1,752

1,267







Fuente: elaboración propia con datos de Movimiento Natural de la Población y Explotación estadística del Padrón, ambos del INE.


Como se observa, las españolas están en un nivel bajito, bajito, de 1,27 hijos por mujer, pero las extranjeras no están en un nivel mucho más alto (al menos por ahora), escasamente de 1,75 hijos por mujer. Es cierto que entre las extranjeras debe de haber grandes variaciones. Por cierto, me pregunto cuándo va a publicar el INE los datos de nacidos por edad de la madre según la nacionalidad de ésta. Así podríamos calcular los ISF para cada nacionalidad, e imaginarnos mejor la evolución demográfica de la población extranjera en España.

Por ahora, con esta fecundidad de las extranjeras, olvídense de equilibrar en el futuro el sistema de pensiones. Siguen naciendo demasiado pocos niños--para esto, me refiero.

ACTUALIZACIÓN (30 de enero)

Nos avisa Isabel, en un comentario, de que los microdatos del Movimiento Natural de la Población están disponibles en Internet, y, al parecer, gratis. Yo no tenía ni idea. Hace mucho tiempo que no miro esa parte del INE. Están aquí. Todavía no están los de 2005, pero para calcular los ISF por nacionalidades nos sobran los de 2004.

24.1.07

Matrimonios de varones y edad de los cónyuges 1 y cónyuges 2 (gráficos curiosos XLV)

El INE publicó ayer los resultados definitivos para 2005 de las estadísticas de Movimiento Natural de la Población. Hay, como siempre, datos interesantes, pero los más atractivos, por la novedad, son los de las características de los matrimonios entre personas del mismo sexo, que pudieron celebrarse por primera vez en España en el segundo semestre de 2005.

Cuando hacemos análisis de matrimonios entre personas de distinto sexo, nos hacemos preguntas como si el esposo es mayor que la esposa, si su nivel educativo es superior o inferior, si su ocupación es similar o distinta. Ustedes quizá piensen que este tipo de comparaciones no tiene mucho sentido en el caso de, por ejemplo, matrimonios entre varones. Pero estarían equivocados.

En el registro civil, creo, cuando se celebra un matrimonio entre varones (o entre mujeres), a uno de los cónyuges se le recogen sus datos en la casilla de "cónyuge 1" y al otro en la de "cónyuge 2". En principio, la población de "cónyuges 1" y la de "cónyuges 2" no tendría por qué ser distinta en edad, o en ocupación, o en estudios. Pero eso sólo sucedería si los contrayentes se distribuyeran aleatoriamente entre ambas categorías.

Los datos de 2005 sugieren que esa distribución quizá no sea del todo aleatoria. Al menos, no parece serlo según la edad de los contrayentes.

En el caso de los matrimonios entre personas de distinto sexo, es sabido que la media de edad de los varones es superior a la media de edad de las mujeres. En el siguiente gráfico puede apreciarse a simple vista.



Aproximadamente, los varones que contrayeron ese tipo de matrimonios en 2005 tenían una media de 32 años; las mujeres, algo menos de 30.

Vean el mismo gráfico para el caso de matrimonios entre varones, distinguiendo las edades de "cónyuge 1" y "cónyuge 2".


Como se ve, los "cónyuges 1" son mayores que los "cónyuges 2". Un cálculo aproximado arroja una media de edad para los primeros de 44 años, y de 41,5 para los segundos.

Obviamente, puede haber sido casualidad que la distribución de edades haya coincidido de esta manera en 2005, pero quizá apunte a que las casillitas de cónyuge 1/2 no se estén rellenando aleatoriamente, sino según algún tipo orden, debido a alguna causa que no conocemos.

Como añadido, si comparan los dos gráficos verán que la distribución de edades en uno y en otro es muy distinta. Los matrimonios de personas de distinto sexo están muy concentrados entre los 25 y los 34 años (más o menos, un 69% del total), mientras que los de varones están mucho más repartidos. Esto admite dos interpretaciones. Por un lado, puede que las pautas de edad de los matrimonios entre varones sean, efectivamente, muy distintas de las de los matrimonios de siempre. Por otro, puede que los matrimonios entre varones de 2005 (y los de 2006, quizás) sean muy especiales, en la medida que "regularicen" situaciones de hecho que se han mantenido durante muchos años; de ahí la edad más avanzada de los contrayentes. Mi impresión es que debe de haber mucho más de lo segundo que de lo primero. Ya veremos.

16.1.07

Los adolescentes y el Messenger (gráficos curiosos XLIV)

Ando un poco liado acabando un informe sobre los adolescentes y las nuevas tecnologías de la comunicación y por eso tengo bastante desatendido el blog. De todos modos, me apetecía compartir con ustedes la existencia de una fuente bastante útil para estudiar ese tipo de temas. Se trata de la encuesta a internautas que hace la AIMC, bastante conocida; seguramente alguno de ustedes la habrá contestado en alguna de sus olas anuales.

No es una encuesta estrictamente representativa de los internautas españoles, pues la muestra no es aleatoria, sino autoseleccionada, y, me temo, entre los internautas más asiduos. Sin embargo, teniendo en cuenta que se extrae de internautas que visitan sitios de lo más diverso, podemos suponer que la muestra tiene, a su vez, la suficiente diversidad interna como para decirnos cosas interesantes, siquiera en términos gruesos y, más que en términos absolutos, en la comparación de los comportamientos de distintos segmentos de población.

Como tampoco tenemos tantas encuestas de internautas que llevarnos a la boca, a falta de pan... Además, y esto es lo principal, la AIMC ha puesto a nuestra disposición una aplicación mediante la cual podemos elaborar nuestras propias tablas, con todo tipo de cruces, incluso múltiples.

Me he decidido a usarla, en esos términos, porque los resultados no parecen descabellados al cruzarlos por distintas variables, como el sexo o la edad de los internautas. No pongo, de ninguna manera, la mano en el fuego por que las diferencias reales según esos criterios sean las que refleja la encuesta, pero, grosso modo, me sirven para imaginar cómo se comportan varones y mujeres internautas, jóvenes, maduros y viejos.

Aquí les dejo una muestra de los gráficos que se pueden hacer. Lo relevante no son tanto los datos exactos para cada sexo y edad, sino la forma del gráfico, y la comparación a primera vista entre varones y mujeres, y por edades. A partir de ahí se puede investigar con más cuidado, o plantear hipótesis plausibles.

El gráfico tiene que ver con el uso que hacen los internautas españoles, a la altura de otoño de 2005, de la "mensajería instantánea" (los distintos Messenger, vamos). Miren qué bonito queda.


No dejen de jugar con la aplicación y de hacer sus propios cruces. Siempre sale alguno que nos sorprende--o nos confirma lo que ya sabíamos.

10.1.07

Donantes de órganos en España, de 1991 a 2006 (gráficos curiosos XLIII)

Cumpliendo con un ritual que se repite, al menos, desde los últimos tres años por estas fechas, el Ministerio de Sanidad ha dado a conocer las cifras de donación de órganos en el año 2006. Como este año han caído las cifras (un 2,4%) no toca mencionar la variación anual en el titular de la nota de prensa (como sí se ha hecho en años anteriores: 2006, 2005), pero no hemos de extrañarnos por ello. Lo que a mí me llama la atención de las cifras del último lustro y pico es que sugieren un estancamiento de la tasa de donantes por millón de habitantes, como puede verse en el siguiente gráfico.



La trayectoria creciente de la tasa por millón de habitantes se detuvo hacia 1999 y escasamente se ha recuperado después. Quizá sea cierto lo que dice la Ministra en la nota de prensa y la caída de 2006 se deba al menor número de víctimas en accidentes de tráfico. El estancamiento de las tasas de los años anteriores también ha podido deberse, en parte, a lo mismo: probablemente, ha seguido creciendo el número de donantes mayores, no fallecidos en accidente de tráfico, pero, al no crecer, o caer, el número de donantes fallecidos en estos accidentes, la cifra de donantes no ha aumentado tanto como la población. Consecuencias negativas en una política (la de transplantes) de resultados positivos en otra (la de tráfico). Nunca se puede estar del todo contento.

6.1.07

Diálogo y negociación con Perikito el matón

Acabo de enterarme de que el “diálogo y negociación” como medidas de resolución de conflictos entran dentro de las competencias básicas que nuestros alumnos de la educación obligatoria han de desarrollar. Santo y bueno. Muy “alianzo-civilizacional”, verdaderamente. No es que yo esté en contra del diálogo y la negociación como modo de resolver conflictos. Hay algunos que sí pueden resolverse así; o, al menos, pueden comportar un elemento importante de diálogo o negociación, aunque luego tengan que resolverse ante una instancia superior con la autoridad suficiente para hacer cumplir la resolución. No está mal curtirse en las habilidades de la negociación, aunque no sea para resolver un conflicto. Y siempre conviene cultivar el arte del diálogo, aunque sea para una conversación pacífica y amigable.

Pero no siempre son suficientes el diálogo y la negociación para resolver conflictos, y ni siquiera pueden ser el elemento principal de la resolución. No siempre se producen los conflictos por responsabilidad de los partes. Muchas son el resultado de una pura agresión de una persona sobre otra. A lo mejor con un poco de veras y de bromas se entiende esto.

Pongamos que soy el típico empollón (cuatro-ojos, además), con poco poderío físico, más bien retraído, en fin, un caso arquetípico, pero real. Y que tengo como compañero a Periquito (perdón, Perikito, que encima es un poco alternativo), el típico matón (bully, dicen ahora nuestros expertos), bruto, físicamente poderoso, que me hace la vida imposible. Yo no le he hecho nada, no me he inmiscuido en sus asuntos, no le he provocado, a no ser que mi mera existencia sea una provocación (¿causan externalidades negativas los listos a los brutos?). No le he perjudicado de ninguna manera (¿o sí? ¿el que saque mejores notas que él es un perjuicio por señalarle como de status académico más bajo?), pero me machaca: me quita el bocadillo, me roba dinero, me obliga a dejarle los apuntes y los ejercicios para que los copie, de vez en cuando me da una colleja, o dos, etc., etc. Ya he intentado resolver las cosas por el diálogo: comprende, Perikito, que esto no está bien, que las cosas que me quitas son mías (pero quizá el derecho de propiedad privada es una terrible agresión, ¿no?), que cada uno es responsable de sus apuntes y ejercicios, que las notas nos las ponen por nuestro mérito y esfuerzo, y así sucesivamente. Es decir, he intentado convencerle de que todo lo que me hace carece de justificación. Pero sigue haciéndomelo. Intento la negociación, pero no sé me ocurre qué más darle para que deje de quitarme el bocadillo, que es lo que más me importa (empollón como soy, sigo al pie de la letra las recomendaciones de nuestras autoridades sanitarias). Quizá si le doy más dinero... Pero mis recursos son limitados; mi paga es la que es. Además, la necesito para comprar libros (y la lectura, ya se sabe, es otro de los fines fundamentales, según nuestras autoridades). Además, además, es mi dinero y, de nuevo, se lo estaría dando bajo coacción. De todos modos, le da igual. No quiere más dinero, sólo quiere fastidiarme. Le gusta, quizá porque la “sociedad” le ha hecho así (o porque su cuerpo produce demasiada testosterona, o qué sé yo). Le va la marcha de machacarme—bueno, a mí y a otros cuantos, y no todos como yo.

Sólo me quedan tres alternativas. Una es la huida. Cambiarme de colegio. Pero en el colegio nuevo seguramente hay también un Perikito bruto. A fin de cuentas, todos los colegios son muy parecidos: no les dejan ser distintos. Además, no es fácil cambiarse.

De modo que sólo me quedan dos alternativas, y ambas implican coacción sobre el pobre Perikito. La primera es acudir a la autoridad de profesores y directivos del centro: que controlen y disciplinen a este salvaje, que nos tiene sojuzgados a unos compañeros y a mí. Esperemos que funcione, aunque no lo veo muy claro. No sé qué armas tienen. Parece que pocas. Además, horror, quieren, primero que resolvamos el problema dialogando y negociando entre nosotros. La ley es la ley. Vuelta a empezar. Horror, repito. ¿Y si Perikito no acaba de ver que es él el único responsable de lo que me hace—y le hace a otros? Habrá que aplicar, entonces, la correspondiente sanción. Pero, ¿qué sanción? Expulsarle una semana, dos, pero luego volverá—y quizá vuelva a las andadas. Expulsarle del centro, pero entonces tendrá que ir a otro centro (educación obligatoria, ya saben). Y se encontrará con otro como yo a quien machacar. O tendrán que "reeducarle", para lo cual, de nuevo, tendrán que doblegar, de un modo u otro, su voluntad.

La segunda es otro tipo de coacción. Poner de acuerdo a los compañeros sojuzgados para, primero, presentarle una amenaza creíble a Perikito y, en caso de que no la crea, llevarla a cabo. Incentivos negativos le llaman a esto los economistas. A lo mejor los entiende, si prueba de su propia medicina. Claro que para conseguir esto voy a tener que poner de acuerdo a un buen número de compañeros, distintos entre sí, cada uno con su punto de vista y sus intereses. Ardua tarea. No, si al final, me van a venir muy bien las competencias básicas en diálogo y negociación. Vengan esas competencias. Pero ya.