WonkaPistas

30.9.05

Acoso escolar, una vez más (+)

Ayer se hicieron públicos los resultados de un nuevo estudio sobre acoso escolar en España. A diferencia del que comenté el otro día, este parece moverse dentro de los límites de la sensatez: estima la prevalencia del acoso en el 3% de los escolares de 1º a 4º de la ESO (1); el del otro día, aproximadamente, implicaba una tasa del 19% para esos cursos, esto es, seis veces más. En esta ocasión, no he sido capaz de encontrar el estudio (quizá todavía no está "colgado" en la página del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia), pero con la información de los periódicos, aun pareciéndome una estimación sensata, algunas de las conclusiones que se extraen me parecen algo dudosas (qué quieren, uno es así de picajoso).

El estudio, parece, cubre toda España y está basado en 800 entrevistas telefónicas a alumnos de los cursos de la ESO ya mencionados. Ese número de entrevistas es el mínimo para no tener excesivos problemas con el margen de error. Pero una cosa es el margen de error de una encuesta así (+- 3,54%, para 800 casos) y otro el margen de error de una submuestra de esos 800 casos. El problema es que una de las afirmaciones destacadas hoy por los periódicos y, me temo, por el informe, es que entre los acosados son mayoría, del 65%, las chicas. El Diario de León no se corta un pelo y titula: "Un estudio apunta que el acoso escolar se ensaña con las chicas". Pero no me extraña el titular, pues el responsable del estudio parece haber afirmado lo siguiente:

Tras asemejar la violencia escolar a la doméstica, Sanmartín hizo alusión a la existencia de un componente sexista «fortísimo» en el acoso escolar, por lo que abogó por una educación no sexista y una formación en la empatía (ponerse en lugar del otro).

Lo que ocurre es que ese 65% se calcula sobre una submuestra de ... 24 casos (3x800/100), la cual, si estuviera elegida aleatoriamente, tendría un bonito intervalo de error de +-20%. Es decir que, según la encuesta, el porcentaje de chicas entre los acosados estaría entre el 85% y el 45%.

Pero, además, necesitamos saber el porcentaje de chicas tanto en el universo al que se corresponde la muestra (estudiantes de 1º a 4º de la ESO en el conjunto de España) como en la propia muestra. Sólo a título de hipótesis, imaginen que en esos niveles, la población estudiantil se repartiera así: 65% de chicas, 35% de chicos. Obviamente, no es así, pero si así fuera, un 65% de chicas entre los acosados no nos diría nada en especial. Sobre la composición por sexos de la muestra, no tenemos información en los periódicos. Si estuviera bien hecha, tendría cerca de un 48% de chicas (según los últimos datos disponibles, los del curso 2002-2003). Según esto, el riesgo relativo de sufrir acoso por parte de las chicas iría de 6 veces más que los chicos ([85/48]/[15/52]) a 0,9 veces el de los chicos ([45/48]/[55/52]), y la estimación intermedia correspondiente al 65% sería de un riesgo 2 veces superior.

La verdad es que el mismo estudio que comentamos reconoce que, entre los que dicen haber sufrido alguna violencia ocasional (el 15% de la muestra), la mayoría son chicos. Asimismo, en algún otro estudio sobre maltrato escolar entre iguales, como el del Defensor del Pueblo de 1999 (ojo: archivo zip un poco gordo: 13,5 megas), que cuenta con una muestra de 3.000 estudiantes de ESO, se afirma:

Aunque en todos los tipos de maltrato, excepto uno —hablar mal—, hay más víctimas masculinas que femeninas, sólo en tres de ellos esta diferencia es estadísticamente significativa: no dejar participar, poner motes y amenazar para meter miedo. En el caso de hablar mal de mí, la situación se invierte respecto de la general, siendo más numeroso el grupo de las chicas que han sufrido este tipo de agresión, y también aquí la diferencia es estadísticamente significativa.

¿A qué viene todo el rollo anterior? Viene a que, siempre, hemos de mantener una actitud cautelosa frente a las encuestas, especialmente cuando los informes hacen afirmaciones basados en submuestras muy pequeñas. Esa actitud cautelosa habrá de disuadirnos de emplear verbos ("ensañarse") o adjetivos ("fortísimo") demasiado duros y, sobre todo, de sacar conclusiones demasiado rápidas, en este caso, que las chicas son más "acosadas" que los chicos: quizá sea así, pero, con estos datos, nos quedamos con la duda.

__________
(1) En la línea, por ejemplo, del último estudio publicado para el País Vasco.


ACTUALIZACIÓN (24-10-2005).

Por fin he encontrado el texto del informe. Está aquí. Es peor de lo que yo pensaba, aunque tiene la ventaja de ser casi del todo transparente (contiene el cuestionario y la distribución de frecuencias de las respuestas). Se trata de una encuesta telefónica, aparentemente bien diseñada y llevada a cabo, pero el cuestionario deja que desear. Lo principal es que, en lugar de utilizar descripciones de conductas violentas y preguntar por la frecuencia con que se observan o sufre (como bien hace el otro estudio sobre acoso referido más arriba), deja a la libre interpretación del jovencito entrevistado qué es lo que entiende por maltrato físico, emocional o de otros tipos.

Respecto de la submuestra de "acosados", lo primero es que, a pesar de que el estudio contiene una definición de acoso, en ningún sitio se nos dice cómo se aplica ésta a los datos obtenidos. Da la impresión de que han utilizado el criterio de que la violencia experimentada haya sido "en privado", pero no nos lo dicen en ningún momento. Muy notable, tratándose del objeto central del estudio. Segundo, la submuestra tiene un tamaño todavía inferior al que yo supuse. Es de 20 individuos. Por tanto, el porcentaje de chicas entre los acosados (recordemos: 65%) iría desde, más o menos, 43 a 87%. Un lujo, vamos.

29.9.05

Alfabetización económica

Hace una semana publicó el Wall Street Journal un intercambio de opiniones muy interesante sobre el tema de la "economic literacy" (¿alfabetización económica?) entre dos bloggers especializados en estos temas, Russell Roberts (de Cafe Hayek) y William Polley, que también lleva un blog con su nombre. Hablando de la dimensión "factual" del desconocimiento de sus estudiantes sobre Economía dice Roberts:

Even among highly-educated groups such as journalists or congressional staffers, the median answer is depressingly similar -- they think 20% of the American work force earns the minimum wage or less. In fact, the actual number is something less than 3%. Usually a non-trivial portion of each group thinks that our material well-being is lower today than 100 years ago. Their median answer is that we are 50% better off than we were 100 years ago. In fact, the average American is at least five and maybe 30 times better off than we were in the good old days. There's a dramatic range because it's hard to value the opportunity to listen to your iPod while recovering from open heart surgery. But 50% is a very bad answer.

Es la misma sensación que yo tengo, año tras año, con muchos de mis alumnos de Sociología, tanto por sus conocimientos / desconocimientos de economía (tanto conceptual como factualmente) cuanto por sus desconocimientos / conocimientos de la sociedad española. En este último caso, buena parte de los fallos tiene que ver con que los estudiantes proyectan alegremente su conocimiento local (el que tienen por formar parte de un grupo de amigos, de una familia, de un barrio, de una clase en la Facultad) al conjunto de España. Y así, cuando les digo, por ejemplo, que sólo un 6% de las parejas en el año 2001 son parejas de hecho, no acaban de creérselo hasta que les enseño los datos del Censo. Una de las razones por las que escribo estas anotaciones tiene que ver con esos desconocimientos; de ahí la "serie" de gráficos curiosos con que les aburro de tanto en tanto.

Pero el argumento de Roberts va más allá, claro, pues los problemas conceptuales quizá son más graves. En ello abunda Polley, hacia el final de la conversación, con un par de frases que me parecen de relieve:

I'm not even sure that a single word or short phrase could capture the range of things that you and I consider to be elements of economic literacy. Perhaps a return to the ideas of Adam Smith as expressed in both "The Wealth of Nations" and "The Theory of Moral Sentiments" would yield some suggestions though, because I think it would reveal how much more broadly we have to think.

"The Wealth of Nations" is a treatise on man's interaction with his fellow man in the marketplace. That is, it's a study of prudence. Today, it ends up being taught as constrained maximization, and in the rush to cover all of the techniques, essential insights can be lost if you're not careful. A thorough examination of the virtue of prudence as Adam Smith perceived it would be time well spent, and it's a nice complement to the idea of constrained maximization for those who are technically inclined.

"The Theory of Moral Sentiments," on the other hand, is a treatise on temperance. It is a study of propriety, sympathy, and justice. Sadly, many people don't even know the book exists or that it was written by the man who is sometimes called the "father of capitalism." Ignorance of Smith's other major work leads people to think that economics is only about greed, self-interest, and rational maximization. As a result, many intelligent people who would be quite capable of becoming economically literate are turned off to economics because they see it as promoting a "greed is good" mentality that doesn't square with their world view. Unfortunately, this perception is so well embedded in the pop culture view of economics and economists that it may be very difficult to reverse.

Se les olvida, quizá, que lo que ellos llaman "economic way of thinking" sea una manera de ver las cosas que no nos sale naturalmente, tal como nos recordaba hace unos meses Memetic Warrior al recomendarnos un excelente texto, "Folk economics", de Paul H. Rubin.

De todos modos, quizá convendría que hubiera más economistas (y sociólogos, claro) que se preocuparan de que los "laicos" nos enteremos de qué va la cosa. El ruego de Daniel Klein en "A plea to economists who favour liberty: assist the everyman" merece ser escuchado.

27.9.05

A vueltas con las cifras de la prostitución en España

Josu vuelve a ocuparse en Malaprensa de las abultadísimas cifras sobre la prostitución en España que alegremente repiten los periódicos. Su comentario y otro que hizo tiempo ha son suficientemente claros, aunque a algunos comentaristas de su blog no se lo parezcan.

La cifra mágica, esta vez, es el millón o millón y medio de varones que utilizan los servicios de prostitutas cada día en España. En algún periódico se dice millón de servicios, pero, supuesto que la inmensa mayoría de los clientes sólo consumirán un servicio, podemos pensar que estamos hablando de millón/millón y medio de clientes diarios. Independientemente de la bondad o no de las cifras, de lo que se ocupa Josu, aquí sólo quiero resaltar lo serio y lo concienzudo de dichas estimaciones. Como muestra, dos botones.

Primer botón. La cifra del "millón de hombres" tiene casi curso legal en Internet, además de cierta solera. Procede de un artículo muy citado, el de Irene Hernández Velasco, "Un millón de hombres al día va de prostitutas", El Mundo, 27 de diciembre de 1996, p. 26 (de pago). Vean cómo se construye la cifra:

Tirando por lo bajo, en España debe de haber unas 300.000 prostitutas -calcula Pepa Barahona, de la organización Médicos del Mundo-. Pon que cada una de ellas atienda diariamente, tirando también por [sic] la bajo, a tres clientes. Significa que, en total, casi un millón de españoles requieren cada día de los servicios de prostitutas. Y creo que incluso me quedo corta.

O sea, una tal Pepa Barahona, con todo el desparpajo del mundo, se saca la cifra de la manga (tirando por lo bajo, eso sí). Reconozco que la cifra de las 300.000 prostitutas ha tenido su éxito. Hace poco la utilizaba para cuantificar el tamaño del sector la propia asociación de clubes de alterne (su página web, por cierto, es utilísima como dossier de prensa sobre este tema). Hasta han llegado a endosar la estimación al Instituto de la Mujer de aquel entonces (1996).

El mismo artículo de Hernández Velasco ofrece un par de pistas sobre la calidad de la estimación:

Ya en el año 1970, la Fiscalía General del Estado calculaba que en España habría medio millón de prostitutas. Es el único número oficial que existe al respecto. «Y ni siquiera esa cifra es fiable», comenta Pepa Barahona. «Nadie puede saber a ciencia cierta [sic] cuantas prostitutas hay. Es imposible», sostiene Asunción Miura. «Teóricamente, y a causa de la mayor libertad sexual, desde 1970 la prostitución tendría que haber bajado. Pero ha ocurrido justo lo contrario. La demanda de prostitutas es cada vez mayor, y la oferta también», añade Pepa Barahona.

O sea, que (supuestamente) hay una cifra "oficial" de 1970, nada menos que de 500.000 prostitutas. Pero nos dice Barahona que ni siquiera esa cifra es fiable y que nadie puede saber cuántas hay (ella tampoco, claro). Yo tampoco creo que sea fiable, ¿se imaginan? Según la cuenta de la vieja estilo Barahona, a tres servicios diarios, esas mujeres estarían atendiendo diariamente a un millón y medio de españolitos ¡en 1970! Si es que no hay nada como la represión sexual franquista para el negocio del sexo.

Pero lo mejor viene después: desde 1970 la prostitucion ha subido. ¿En qué quedamos? ¿300.000 es más o es menos que 500.000? No sé si esa cifra "oficial" existe o no. En cualquier caso, Barahona parece contradecirse.

Segundo botón. La cifra que se maneja estos días es la del "millón y medio" de clientes diarios. Por lo que he podido indagar (corríjanme, si no), esta cifra tiene su antecedente más reciente en la convocatoria de la así llamada "Comisión para la investigación de malos tratos a mujeres" a una jornada de trabajo sobre tráfico internacional de mujeres para su explotación industrial. No he acabado de encontrarla en la página web de dicha asociación, pero sí aquí. El texto es:

Más de cuatro millones de mujeres y niñas en el mundo son traficadas con fines sexuales, anualmente. El mercado del sexo representa económicamente, la segunda industria no declarada, por delante del tráfico de drogas. En España un millón y medio de hombres acuden al día al mercado de la prostitución.

Ya está, no hay más. No hay ningún informe tras esa cifra (búsquenlo, yo no lo he encontrado). Parece una cifra sacada, una vez más, de la manga. Lo cual no es óbice para que los periodistas la hayan repetido ad nauseam, igual que repitieron la del millón de clientes, la de las 300.000 prostitutas, y así.

Buscando, buscando, hasta ahora, lo más razonable que he encontrado sobre este tema son estos dos demoledores párrafos (especialmente lo que resalto en negrita), procedentes de esta publicación de 2001:

Estimaciones realizadas por Médicos del Mundo en 1996 sobre el total de trabajadores sexuales en España, cifraban el sector en trescientos mil; esa misma entidad estimó para 1998 que sólo en el segmento de calle en Madrid habría unos dos mil prostitutas/os. Estimaciones anteriores, como la ofrecida por la Fiscalía del Tribunal Supremo en 1970, dieron la cifra de quinientas mil prostitutas en España y otras fuentes jurídicas en 1978 las estimaron entre 300 y 400.000. La base de tales estimaciones en ningún caso ha sido un estudio contrastado. Las reacciones a las mismas han ido haciendo descender el número total desde la década de los 70 pero sin ofrecer tampoco otras bases de contraste, por otro lado, tales cifras han quedado como referente tópico.

Así se estableció la proporción que significaba este sector sobre el conjunto de la población femenina en España con más de 15 años en el 3%, que ha pasado como dato sin contrastar a diversos informes sobre este tema. Por su parte, los resultados que ofrecen estudios empíricos realizados en áreas geográficas reducidas suponen un gran contraste con los anteriores: según estudios sobre la situación en Asturias, la proporción de prostitutas sobre mujeres mayores de 15 años era del 3,6 por mil y en Castilla y León del 1,9 por mil. Obviamente la situación en dos regiones no puede extrapolarse al conjunto del estado, ni tampoco se trata de la misma fecha de realización en ambos estudios ni con la de las estimaciones anteriores; pero de hacer una proyección a efectos heurísticos, se concluiría que el total de mujeres ocupadas en España en este sector estaría en torno a las cincuenta mil; cifra que tampoco parece recoger a todas las ocupadas en los diversos segmentos de la industria del sexo en todo el estado español.

Menos mal que todavía hay investigadores (como Laura Mª Augstín, la autora de esta última publicación) que se toman suficientemente en serio su trabajo, y nos ayudan a tener una imagen no demasiado distorsionada de la realidad. Menos mal.

25.9.05

La lucha por la vida

Vean, vean los efectos de la sobrepoblación de peces en el estanque de un parque al sur de Madrid. Cualquier trozo de pan duro arrojado por los visitantes del parque convoca a una o dos docenas de peces (carpas, dicen).



















Aquí, más de cerca, el malthusianismo es mucho más evidente.



















Encima, han de cuidarse de los abundantes predadores, sedientos de proteína.



















Toda esta violencia, paradójicamente, en un parque con una belleza así de pacífica.



















Y que tiene unos recovecos de los que nadie diría que se ocultan en un parque al lado de una población de casi 200.000 habitantes.



















Disfrútenlo, aunque sea en foto.

21.9.05

Acoso escolar, ¿tanto?

Acaba de hacerse público el estudio Violencia y acoso escolar, del que han dado amplia noticia los medios de comunicación. Lo que más me ha llamado la atención ha sido el elevado porcentaje de niños/jóvenes que se encontrarían en una situación "técnica" de acoso escolar según el estudio, nada menos que un 24% de los estudiantes de 2º de Primaria a 2º de Bachillerato en la Comunidad de Madrid, y son todavía más (un 39%) los que están expuestos a algún tipo de violencia. Parece mucho.

La verdad es que todo depende de lo que entendamos por acoso escolar y cómo lo midamos. En esto último, el informe es algo confuso, aunque puede averiguarse, con dificultad, dónde marcan el límite que distingue a los acosados. Se utiliza un test que, en principio, rellena por su cuenta el estudiante, supongo que en condiciones adecuadas, aunque sobre el trabajo de campo no se dice casi nada en el informe (tampoco se dice mucho en este documento sobre la "validez" del estudio). En este otro documento se explica cómo se corrige el test.

En el test se enumeran 50 formas de "violencia" que puede haber sufrido el estudiante ("me amenazan", "no me hablan", "me llaman por motes") y se le pregunta para cada una con qué frecuencia se da en su colegio, ofreciéndole las alternativas de "nunca", "pocas veces" y "muchas veces". Cada vez que marque "nunca", se suma 1 punto, 2 puntos por "pocas veces" y 3 puntos por "muchas veces". Yo no estoy nada de acuerdo ni con la forma de preguntar la frecuencia ni con la puntuación (para mí la distancia entre pocas y muchas veces debería ser mayor de 1 punto), pero cada maestrillo tiene su librillo. Tampoco entro en que pesen por igual todas las conductas enunciadas, por ejemplo, que pesen lo mismo "me tienen manía" que "me amenazan con armas" o "me pegan con objetos".

Una vez completo el test, se suman los puntos y se obtiene un índice que va, lógicamente, desde un mínimo de 50 a un máximo de 150. Sólo queda clasificar a los niños según ese baremo. Sobre eso hay pistas en este documento, del cual procede el siguiente cuadro.


Es esa clasificación la que más me llama la atención.

No entiendo por qué si la puntuación es de 50 (esto es: se dice "nunca" a todas las formas de "violencia", luego no sufre ninguna de las conductas de "violencia") se califica el "índice global de acoso" de muy bajo o bajo. ¿No debería ser "nulo"? A fin de cuentas quien contesta dice que nunca se ha visto sometido a ninguna de las formas de "violencia" enumeradas. Decir que es "casi bajo" el índice de acoso porque la puntuación pase a 54 (equivale a decir "nunca" 46 veces y "pocas veces" 4 veces) va en la misma línea de exagerar un poco las cosas. El nivel "medio" también es llamativo, pues va de 55 a 58 (esto último equivaldría a 43 "nunca", 6 "pocas veces" y 1 "muchas veces"). Recordemos que si el índice va de 50 a 150, si aplicáramos una mera lógica matemática, el punto medio se situaría en el número 100. Pero, claro, entonces, casi se quedarían sin niños en los niveles altos.

Lo que ocurre es que esos niveles (bajo, medio, alto y sus variantes) no son intrínsecos al índice, sino que dependen de decisiones totalmente arbitrarias del investigador, en este caso, basadas en la distribución de la muestra ordenada de menor a mayor puntuación. Entonces, un nivel "medio" vendrá a ser, como se ve en el cuadro, aquel en el que esté entre el percentil 41 y el percentil 60, esto es, 10 puntos más arriba o más abajo de la mediana, que es el valor que divide a esa muestra, así colocada, en dos mitades iguales. Y así los demás niveles.

Lo que quiere decir esto es que, sea cual sea la distribución según puntuaciones, siempre va a haber los mismos porcentajes de niños situados en los niveles bajo, medio o alto (y sus variantes), pues esos porcentajes no tienen nada que ver con la puntuación sino que son así por definición.

En ese cuadro puede verse que el 39% de niños sometidos a algún tipo de violencia se corresponde con los niveles "casi alto" + "alto" + "muy alto". Pero ese 39% de niños sometidos a violencia lo único que quiere decir es que es el 39% con puntuaciones más altas en la distribución. Nada más. En realidad, está incluyendo, por ejemplo, a los calificados como "casi alto", cuya puntuación media en el test rondaría los 63 puntos, no muy alta, la verdad: equivaldría, por ejemplo, a 39 "nunca", 9 "pocas veces" y 2 "muchas veces".

Según el cuadro, da la impresión de que para llegar al 24% de niños que sufren acoso, los investigadores se quedan con las categorías de "alto" y "muy alto" y con una parte de "casi alto". De nuevo, lo único que significa ese 24% es que se trata del 24% superior en términos de puntuación. ¿Por qué no el 10% o el 20% o el 30%? En el informe no se nos dice por qué, por lo que, a falta de una buena explicación, yo tiendo a pensar que el corte es totalmente arbitrario y (esto ya es un juicio de valor) destinado a conseguir titulares.

Ni en el informe ni en el cuadro se nos dice nada del 3% de niños sometidos a un acoso "muy alto". ¿Qué puntuación media tienen? ¿Una puntuación de 120, como sugiere el intervalo de 89 a 150? ¿Cómo está distribuido ese 3%? No es lo mismo que su distribución esté inclinada hacia el 89 que el que lo esté hacia el 150. ¿Cuántos hay por encima de la puntuación 100? No lo sabemos.

Una segunda cosa llamativa es la tremenda variación por edades del porcentaje de "acosados": del 6% de los de 2º de Bachillerato al 43/44% de los de 2º ó 3º de Primaria. Es normal que, cualquiera que sea la medida, caigan los índices de acoso a medida que aumenta la edad. Los niños más pequeños son, claramente, más crueles o, al menos, más proclives a caer en alguno de los comportamientos "violentos" enunciados. Cuando se tienen 18 años, nadie coincidirá con afirmaciones como "no me dejan jugar con ellos" o "se meten conmigo para hacerme llorar". Sin embargo, a mí la diferencia me parece excesiva. Vista de otra manera no parece tanta. El gráfico de la página 10 (uno de esos gráficos truncados que tanto le gustan a Josu) permite, grosso modo, conocer las medias del índice de acoso por cursos. La de 2º de Bachillerato (sin tener en cuenta el error, que ha de ser grande) sería de 53, la de 2º de Primaria sería de 69, 16 puntos de diferencia en una escala de 100 puntos. Pero alarma mucho más decir que en 2º de Primaria hay 7 veces más acosados que en 2º de Bachillerato (1).

Realmente, si nos fijamos en el cuadro de la página 20, las conductas que pueden estar aumentando esos índices en los más pequeños no parecen tan graves. Como decía Serlio (quien, por cierto, tiene una estupenda y sensata página web para ayudar a dejar de fumar) en un comentario a una anotación de Malaprensa:

Después de echarle un vistazo, veo que se basa en un autotest, lo cual introduce elementos subjetivos difíciles de valorar, y más en niños, pero es que además, si yo hiciese ese test cuando era pequeño me hubiese salido que era acosado, lo cual no creo que sea cierto.

A mí siempre me llamaban por motes, me rompían cosas, me daban collejas, me chillaban, etc., etc., pero es que yo también hacía lo mismo a los demás. Joder, que éramos niños. Y los mismos que nos pegábamos, gritábamos, etc., etc., estábamos después en el recreo jugando al fútbol tan contentos. Yo creo que para que haya acoso tiene que haber acosadores sistemáticos, y no creo que esto se refleje de ninguna manera en el autotest.

Otra cosa que me llama poderosamente la atención es la alegría con la que el estudio habla de desórdenes psicológicos asociados a una situación de acoso escolar. Se supone que los han medido con el mismo cuestionario, con preguntas que recogen "objetivamente" los estados psicológicos de los niños. Yo, sinceramente, tengo mis dudas sobre la idea de que un test administrado en el colegio, pueda (casi) diagnosticarse estados como la depresión, el estrés postraumático (¿post- qué trauma?), la ansiedad, el malestar somático o la autolisis (no pregunten). Todos ellos, por cierto, estados fácilmente definibles, claro.

En definitiva. Es probable que el instrumento de recogida de datos no esté mal, en lo que toca a la especificación de conductas desagradables (o decididamente agresivas) que puede sufrir un escolar. Es dudoso que el diagnóstico de enfermedades o estados psicológicos como la depresión o la ansiedad pueda hacerse con un mero cuestionario autoadministrado. Y, sobre todo, es más que dudoso que los criterios para estimar quién sufre acoso escolar puedan ser tan amplios como los que utiliza este estudio. En cualquier caso, los criterios deberían ser más transparentes y mejor fundamentados. Los investigadores se lo debemos al público, especialmente en temas que pueden ser tan graves como éste.


POST SCRIPTUM

Y no quisiera terminar esta, nada exhaustiva, anotación sin referirme a lo más divertido de todo el texto, al menos para mí, maniático del origen de las palabras y, sobre todo, marido de una filóloga clásica. Vean esta perla (p. 5):

La palabra acoso, presenta la misma raíz que acuso. El termino “acusatio”, del latin (sic) “ad causam” nos remite a las “acusaciones” cuyo papel es central en los comportamientos de Acoso Escolar.

La etimología de "accusatio", no "acusatio", está bien, pero que "acoso" tenga la misma raíz es más que dudoso. El RAE en Internet dice de "acoso":

acosar.

(Del ant. cosso, carrera).

1. tr. Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona.

2. tr. Hacer correr al caballo.

3. tr. Perseguir, apremiar, importunar a alguien con molestias o requerimientos.

Y "coso":

coso1.

(Del lat. cursus, carrera).

1. m. Plaza, sitio o lugar cercado, donde se corren y lidian toros y se celebran otras fiestas públicas.

2. m. Calle principal en algunas poblaciones. El coso de Zaragoza.

3. m. ant. Curso, carrera, corriente.

No me digan que no son deliciosas las etimologías que nos inventamos psicólogos y sociólogos que no tenemos ni idea (bueno, una idea bastante limitada) de Latín. Son mejores que las de Ortega y Gasset, que era capaz de escribir ensayos sugerentes y de gran gusto sobre la base de etimologías dudosas, tal como reconocía al final de los susodichos ensayos. Pero qué bien te lo habías pasado hasta entonces. Si non e vero...


__________
(1) En realidad, el porcentaje del 43% para los niños de 2º de Primaria (N=238) sería el punto medio del intervalo 37-49% y el 6% de los de 1º de Bachillerato (N=73) correspondería a 2-14%, de manera que igual podríamos decir que los acosados en 2º de Primaria son 24 veces (49/2) los de 2º de Bachillerato hasta que son sólo 2,6 veces (37/14).

20.9.05

El éxito reproductivo de los varones aumenta con su status (+)

Al menos, esto es lo que dicen comprobar unos investigadores de la Universidad de Viena en "Status and Reproduction in Humans: New Evidence for the Validity of Evolutionary. Explanations on Basis of a University Sample", que acaba de publicarse en la revista Ethology. Afortunadamente, puede encontrarse una versión pre-print gratuita, aquí. El resumen suena interesante:

A strong positive relationship between reproductive success (offspring count) and status (position in the institutional hierarchy) is demonstrated in a contemporary sample of male university employees (n = 2693). Male academics in leading positions have more children than do other male employees. In female university employees (n = 2073), a negative relationship between status and reproductive success was found, but only if childless women were included in the analysis. Although a positive relationship between male status and offspring count has been predicted by evolutionary theory and was found in animal species and 'traditional' human societies, in modern societies most of the studies found no or even a negative relationship between status and reproductive success in males. We suggest that status may be a more important dimension for particular subsamples of modern society than for samples representing entire societies, so that associations might actually differ among subsamples. We suggest that analyses on a small and rather uniform level using modern large-scale hierarchical organizations (such as universities) are candidates for the investigation of appropriate 'society subsets'.

Me lo llevo de lectura de metro (no saben lo que se aprovecha el vivir fuera de Madrid y viajar en transporte público). Cuando lo lea, les digo si me resulta convincente. A priori, sí me resulta sugerente, a pesar de que contradice mi experiencia cotidiana con los profesores de mi facultad que conozco.


ACTUALIZADO (21:20)

El paper tiene su aquél. Utilizan los registros de personal de la Universidad de Viena, llenitos de datos ellos: hasta incluyen el número de hijos que tiene el profesor. Algo así no podría hacerse en la universidad española, al menos, no en la mía. Comparan el número de hijos entre tres categorías de status (en España, vendrían a ser algo así como: catedráticos, resto de profesores, personal no docente) por tramos de edad (pues, obviamente, tanto el número de hijos como el status varían con la edad). Los varones de status superior tienen siempre más hijos que los de los otros status, aunque la relación no es siempre significativa (debido al pequeño tamaño de las submuestras, supongo). En el caso de las mujeres la relación, si la hay, es negativa: a mayor status, menos hijos. En principio, la asociación que ven para las varones parece sólida, aunque a mí se me habría ocurrido relacionarla con otras variables que también se asocian, al menos en España, con el número de hijos, tal como la situación de pareja (matrimonio, pareja de hecho). No creo que cuenten con esa variable en su base de datos.

Como refleja uno de los comentarios a esta anotación, lo habitual, en las sociedades actuales, es pensar que son las personas de status socioeconómico más bajo quienes menos hijos tienen. Vistas las sociedades en su conjunto es claramente así. En España, por ejemplo, las comunidades autónomas con mayor tasa de natalidad son aquéllas en que el nivel educativo medio es menor. Pero otra cosa es lo que ocurre en el seno de organizaciones o de medios sociales muy concretos. Ahí, argumentan los autores, sí pueden operar más claramente nuestras disposiciones, digamos, naturales (adquiridas a través de la evolución de la especie).

No lo acaban de explicar bien, aunque imagino que la explicación se encuentra en las referencias que citan. A mi modo de ver, la explicación requiere dar dos pasos, que, muy simplificados, son los siguientes. Primero, tenemos que darnos cuenta de que la competencia en el "mercado matrimonial" no se da entre varones de muy distinto (distante) origen social, sino que se da entre gente, digamos, similar; gente que se mueve en ambientes laborales o de ocio muy concretos. Desde luego, yo nunca he competido, es un decir, con hijos de grandes empresarios o de profesionales de alto standing, por lo pronto porque en mi mundo de referencia no los había. Entonces, segundo, si la competición se da en medios sociales más concretos o "estrechos" es en ellos en los que habrá que observar si las diferencias de status son relevantes. En esos medios sociales de dimensión limitada (los compañeros de trabajo en una empresa, los que coinciden en una discoteca los fines de semana, los que estudian juntos una carrera, el grupo de amigos que se conoce desde hace tiempo, etc.) quizá sí opere el mecanismo por el que las mujeres, ceteris paribus, prefieren varones con un status superior porque serán mejores proveedores para ellas y su progenie.

El probema es que investigar esta hipótesis (bueno, ese protobosquejo de hipótesis) es complicado. De ahí la gracia del estudio de los vieneses, que cuentan con una base de datos que les permite conseguir alguna evidencia empírica en apoyo de este tipo de ideas. Qué lujo.

19.9.05

Una interesante discusión blogueril sobre think-tanks

Daniel Drezner comenzó preguntándose por el valor añadido de los think-tanks. Virginia Postrel contestó con una anotación bastante crítica con este mundillo, al que ve en decadencia (en Estados Unidos, se supone), por dedicarse cada vez más, digamos, a la agitación ideológica y menos a la investigación y la producción de nuevas ideas. Postrel ha publicado varias anotaciones más al respecto, algunas recogiendo reacciones de gentes que trabajan en think tanks americanos o de otros países: aquí, aquí, y aquí. Entre otros, se ha hecho eco de esta conversación Tyler Cowen, quien, tomando pie en un comentario de la anotación de Postrel sobre think-tanks y blogs, dice:

I view the interaction between blogs (and other decentralized information and opinion sources) and think tanks as a key question for the future. Will blogs "smack down" the rot of lower-quality think tank outputs, thereby leading to intellectual improvements? Or will blogs push think tanks out of serious policy discourse altogether, making them more like churches? Will blogs amplify the influence of some kinds of think tanks, at the expense of others? On these questions, all bets are off.

Note that scholars no longer need think tanks to take their ideas to larger audiences. The think tank sector has yet to absorb the import of this fact. Could Google -- and not universities -- be the real competitor to policy think tanks?

Probablemente, la discusión continúe, pues el tema tiene su interés, tanto por si mismo como si lo vinculamos con el potencial de los blogs.

A uno, en su modesta opinión, y escribiendo desde España, ya le gustaría que su país estuviera en la misma decadencia thinktanqueril que Estados Unidos: señal sería de que nos habríamos pasado veinte o treinta años produciendo ideas y recomendaciones políticas interesantes y de que nuestra discusión pública habría llegado a cotas mínimamente decentes. Como decían en aquella viñeta de Mingote unos bárbaros (dispuestos a acabar con lo poco que quedaba del Imperio romano) asomados por encima de la pared de un patio en el que unos romanos se entregaban al disfrute sensual de la vida: ¡qué decadencia!

E-cognocracia

Les prometo que no es un insulto ni una broma, sino, se supone, un nuevo término para la nueva sociedad del conocimiento que viene, que está llegando, que ya está aquí. Al parecer, los inventores del palabro, en un paper de 2003, son J. M. Moreno-Jiménez y W. Polasek. Seguramente ustedes, más letrados en Internet que yo, ya lo conocían. Yo me acabo de enterar a través de un e-paper de los mismos autores que no e-leeré, pues esta e-parte de la e-introducción ha sido e-demasiado para mí:

To deal with these challenges, the paper proposes a new procedure that is based on the notion of e-cognocracy, a new e-democratic implementation system, which was proposed by Moreno-Jiménez and Polasek (2003). Such an approach will increase the e-participation of citizens in European societies and will establish a new framework to accumulate and enrich the formation of knowledge in the countries where the immigrants are involved: the original and the destination country.
No entro en las bondades del trabajo. Quizá pueda interesarles a los lectores más tecnófilos y tecnoparticipativos; a mí, el lenguaje que usa, desde luego, me e-echa un e-poco para e-atrás. A Josu seguro que le encantan sus propuestas sobre voto electrónico.

17.9.05

Índice Sintético de Abortos en España, 1986-2003 (gráficos curiosos XVI)

Leyendo este estupendo artículo de Barbara Boyle Torrey y Nicholas Eberstadt sobre la divergente evolución de la natalidad en dos países tan próximos como Estados Unidos y Canadá, he dado con un indicador que no conocía hasta ahora. Como saben, se puede calcular el Índice Sintético de Fecundidad (Total Fertility Rate en inglés) conociendo cuántos niños nacen cada año, las edades de las madres y la composición por edades de la población de mujeres (explicación aquí), obteniendo así una estimación del número medio de hijos que tendrían las mujeres en edad fértil a lo largo de su vida si su fertilidad se correspondiera con el comportamiento de esas mujeres en un año dado.

Lo que han hecho los autores ha sido aplicar la misma idea para estimar el número medio de abortos a lo largo de la vida de una mujer, pues también podemos saber cuántos (legales) se practican cada año, la edad de las mujeres que abortan y, claro, la composición por edades de la población de mujeres. El Índice Sintético de Abortos (Total Abortion Rate) que obtienen para EEUU en la actualidad es muy elevado, pues ronda los 0,7 abortos por mujer (con un máximo superior a los 0,8 hacia 1990); el dato de Canadá es de 0,5 (en máximos en la actualidad).

Como no he visto nunca este indicador para España, he pensado en replicarlo, con los datos más a mano (i.e.: en Internet). El resultado provisional (aunque no creo que con datos más desagregados por edades varíe mucho) es el que refleja el gráfico siguiente (click para ampliar).



En él comparo el número medio de hijos por mujer (ISF) con el número medio de abortos (ISA). Como se ve, el ISA asciende desde 1986 (primer año con datos, tras la legalización de tres supuestos de IVE) hasta alcanzar unos primeros máximos, aparentemente estables, alrededor de los 0,15-0,16 a mediados de los años noventa. Desde 1996/1997 no ha dejado de subir, hasta situarse en un máximo de 0,27 en 2003 (el ISF para ese año se estimó en 1,30). No son datos tan elevados como los norteamericanos, pero no dejan de ser bastante tremendos.


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Fuentes del gráfico:

--Número de IVEs por edad de la madre, de 1986 a 2002, aquí (fichero zip, con varios ficheros excel comprimidos).
--Población de mujeres por grupos quinquenales de edad, en las estimaciones intercensales de población, de 1981 a 1991 aquí; de 1991 a 2001, aquí.
--Tasas de IVE por 1.000 mujeres por grupo de edad, aquí.
--Índice Sintético de Fecundidad, aquí.

15.9.05

Dineros y educación, una vez más

Como casi siempre que se dan a conocer resultados del sistema de enseñanza comparados por países, en cuyas comparaciones España no suele salir muy bien parada, la "comunidad educativa" en pleno (bueno, en realidad, un segmento de dicha comunidad, como nos recuerda Josu) pide más inversión en educación para mejorar los resultados. Esta vez, toca el último Education at a glance, de la OCDE.

Una vez más habrá que recordar que la relación entre gasto (por alumno, se entiende) y resultados educativos es todo menos clara. Vean un ejemplo de esa supuesta relación en el siguiente gráfico (click para ampliar, ya saben).



El gráfico pone en relación el gasto medio acumulado por alumno en primaria y secundaria (6-15 años), expresado en dólares según paridades de compra, y los resultados medios obtenidos por los estudiantes de 15/16 años en los tests de Matemáticas de las pruebas PISA 2003. Los puntos son países de la OCDE. Las líneas son líneas de regresión, que nos indican gráficamente si puede haber una relación entre una variable o la otra. El numerito al lado de las líneas es , una medida de la fuerza de la asociación entre las variables.

Como puede verse, si tenemos en cuenta a todos los países con datos, la línea azul sugiere una cierta relación positiva entre gasto por alumno y resultados. Lo que pasa es que la fuerza de la asociación sería muy pequeña (R²=0,15) y, además, apenas es significativa al 5%. Además, como dicen los estadísticos, la asociación, de haberla, sería poco "robusta", pues, a poco que quitamos un país como México (véase la línea roja), la asociación casi desaparece (R²=0,03) y, además, deja de ser significativa.

Es posible que, teniendo en cuenta otras variables (nivel educativo y/o socioeconómico medio de los padres, grado de desigualdad en el país, nivel de renta, presencia de centros privados, etc., etc.), pueda observarse alguna influencia de los recursos en los resultados. Nunca se sabe, pero, desde luego, no es una relación fuerte ni, como muchas veces da a entender la "comunidad educativa", obvia.

14.9.05

España, un país en el que no es muy fácil "hacer negocios"

El Banco Mundial acaba de publicar un informe (via Marginal Revolution) en el que se ordena a 155 países según la facilidad de hacer negocios ("doing business") en cada uno de ellos, teniendo en cuenta un conjunto de aspectos del marco regulador y práctico en el que se desenvuelve la vida empresarial (desde la facilidad de montar una empresa hasta la facilidad para contratar y despedir trabajadores, pasando por la facilidad de acceder a un crédito).

Suponiendo que el estudio esté bien hecho, es muy notable el puesto que ocupa España, nada menos que el 30º, por detrás de bastantes países de la Unión Europea, además de otros del área anglosajona no comunitaria (Nueva Zelanda, EEUU, Australia) y de las ciudades-estado asiáticas (Hong Kong, Singapur). Supongo que un puesto (relativamente) tan bajo tiene que ver, especialmente, con su posición en la facilidad para montar una empresa (puesto 86º), la protección de los inversores (94º) y, sobre todo, para despedir/contratar (150º !!!).

A pesar de eso, el crecimiento económico en los últimos diez años ha sido bastante notable y aún más la creación de empleo. Imagínense lo que habría sucedido si, además, hubiéramos contado con un entorno más favorable para los mercados y la vida empresarial. Imagínenselo y demándenlo de los reguladores, porque un entorno favorable de ese tipo (y algunas reformas más) nos va a ser muy necesario si queremos capear con cierto éxito los embates de la globalización.

13.9.05

Para estar informados sobre la Unión Europea

Acabo de descubrir (más vale tarde...) una página web con una pinta muy buena, se llama Euractiv.com y sirve para estar al día en temas europeos. Recoge, poniéndolas en contexto, noticias publicadas en los periódicos, documentos producidos por las instituciones europeas, por los lobbies ante dichas instituciones y por think-tanks que se ocupan de estos temas. Además, produce sus propios, normalmente breves, análisis, útiles sobre todo por la información de trasfondo que les acompaña.

Por ejemplo, a través de esta página, me entero de que, cha chán, el Parlamento "abraza la blogosfera". Entren y averigüen qué significa esto.

12.9.05

Una moralidad común

En este artículo, "Do the right thing. Cognitive science's search for a common morality", en la Boston Review (via politicaltheory.info), se sintetizan el tipo de estudios que los psicólogos cognitivos están haciendo para investigar si en los humanos se da una suerte de "instinto moral", común a todos los miembros de la especie (con las excepciones individuales correspondientes, como los niños o adultos psicópatas). Por ahora, los avances en la investigación son tímidos, pero sugieren que, en analogía a la existencia de una multiplicidad de lenguas pero un único instinto para el lenguaje, podrían existir, a pesar de una gran variedad de convenciones locales, unas disposiciones morales básicas a considerar como malas las violaciones de determinadas reglas, un instinto moral, en suma. Es decir, que el relativismo moral no se sostendría, o, al menos, no se sostendrían sus afirmaciones más tajantes.

9.9.05

Globalización cultural

Si esto no es globalización cultural de primer orden, que venga Dios y lo vea:

La Guardia Civil interceptó el jueves por la tarde una patera con 39 inmigrantes subsaharianos a bordo en Fuerteventura. A su llegada al puerto de Gran Tarajal, algunos de los 'sin papeles', al ver a los fotógrafos y cámaras que les aguardaban, sonrieron y dijeron: "¿Qué pasa, Neng?", en referencia a la frase que pronuncia un personaje del programa de televisión 'Buenafuente'.

Un tratamiento más serio de la cuestión de la globalización y sus efectos en la diversidad cultural, como ya sabrán, en los textos de Tyler Cowen.

Islam: ¿Reforma o Ilustración?

Stephen Davies, del magnífico blog colectivo Liberty & Power, cree que, en contra de la analogía que suele hacerse, lo que necesita el mundo islámico es una Ilustración, y no una Reforma como la Protestante (1):

The notion of contemporary Islam standing in need of a Reformation reflects a particular view of both Protestantism and pre-Reformation Catholicism that has become part of the folk memory of the educated in most of the historically Protestant nations, particularly the US and UK.

In this perspective the late medieval Church was backward, obscurantist and dogmatic. The Reformers burst open this closed system of thought and opened up dogma to individual judgment and criticism. The Reformation is thus connected with freethought, individualism, and the decline of religious authority in the secular sphere. To this way of thinking there is a direct connection between Protestantism and the later emergence of modern liberalism.

In fact this radically misunderstands the nature of mainstream Protestantism and the motives and ideas of the majority of Reformers. It also caricatures the actual condition and quality of late medieval Catholicism. It makes more sense to see the Reformation, not as a 'progressive' movement but as a conservative reaction to the humanism, rationalism and scepticism of the Renaissance, and also as a response to the increased contact between Europe and other parts of the world. The Reformers saw the Church as too worldly, contaminated by pagan survivals and philosophy, and too interested in abstract reason rather than faith. They wanted literally a Re-Formation, a restoration of the church to its original pristine and apostolic condition. They also wanted to purify society and to use the secular power to enforce Christian practices and ethics upon the general population. Where they had power, as in Geneva, the result was a theocracy. They did argue against the need for a distinct clergy, but this did not mean support for unrestrained individual judgement. Rather it meant submission to the consensus of the learned and the rule of the 'Elect'.

In fact, far from contemporary Islam being like the late medieval Church and in need of a Reformation, it makes more sense to apply the analogy in a different way. Islam, we may say, is having a reformation right now. (...) Like the Reformers, they wish to restore an imagined pristine and uncorrupted original version of their faith. There are other similarities as well, such as the fervent iconoclasm, the stringent personal morality and the demand that it be imposed by the civil power, and the declaration that many nominal believers are in fact infidels. If we apply this kind of analogy, what conclusions might it lead us to?

Lean las conclusiones en su anotación. Yo creo que tiene un punto de razón. Por cierto, no creo que haya que entenderlo en el sentido de que el mundo islámico tenga que adoptar la Ilustración occidental. Tampoco es que hubiera sólo una Ilustración occidental, muy al contrario.

Arthur Chrenkoff se ocupó del tema hace ya tiempo en términos parecidos. Este artículo de Salman Rushdie también desarrolla una idea afín.


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(1) Por cierto, acabo de descubrir el Dictionary of the History of Ideas y tiene una pinta estupenda.

8.9.05

Más sobre afiliación sindical en España

Lo prometido es deuda. Aquí están los datos de afiliación sindical por sectores de actividad.

Como se ve (1), hay bastante disparidad, con sectores bastante sindicalizados (el del "metal", las fábricas de maquinaria y coches, el bancario) y otros con muy poca presencia sindical (la agricultura, el textil, la construcción, el comercio, la hostelería). Lo que distingue a los primeros sectores de los segundos es, aparte de que los sindicatos surgieron, sobre todo, en la industria, el tamaño medio de las empresas: relativamente grande en la industria o en la banca, bastante pequeño en el comercio o la hostelería. Es más efectiva la acción sindical en una empresa grande que en una pequeña, como pueden imaginar.

También se puede resaltar la diferencia entre lo público y lo privado en aquellos sectores con presencia de ambos tipos de propiedad: la afiliación sindical en el transporte, la educación o la sanidad públicas es (o parece) superior a esos mismos sectores en la economía privada.




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(1) Ojo: al comparar, tengan en cuenta que las submuestras de cada sector tienen tamaños relativamente pequeños y que, por tanto, el error muestral (si es que podemos aplicarles este término) es relativamente grande.

6.9.05

Afiliación sindical en España (datos recientes)

No hace mucho se han publicado los resultados principales de la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo (ECVT) correspondiente a 2004. Se trata de una encuesta muy útil, con una muestra amplia (más de 6.000 ocupados), que cubre aspectos variados de la experiencia laboral de los ocupados en España. Yo la uso bastante en mis investigaciones, y también en mis clases. Les animo a consultar esos resultados.

Uno de los datos que no aparecen en la publicación de resultados principales es el de la pertenencia de los trabajadores a organizaciones sindicales. Para esto, la ECVT es una fuente casi única en la actualidad, con varias preguntas. Lo que sigue es un cuadro muy sencillo (ahora mismo no tengo el programa estadístico para hacerlo más complejo) que refleja el nivel actual (2004) de afiliación sindical entre los asalariados en España.












Como pueden ver, apenas uno de cada seis asalariados dice pertenecer a un sindicato, una cifra que (si no recuerdo mal) es algo más baja que en años anteriores (lo tendría que confirmar), aunque es algo más alta que el mínimo de principios de los noventa (cerca del 11/13%). En cualquier caso, es una cifra muy baja en términos comparados. Con los datos disponibles aquí, España se situaría, quizás, algo por encima de Estados Unidos (13%) y algo por debajo de Japón, Suiza o Nueva Zelanda (todos con un 22%). Las cifras más altas corresponden, cómo no, a países escandinavos.

Lo que sí deja relativamente claro el cuadro es la diferencia entre el empleo asalariado público y el privado. Algo más de uno de cada siete asalariados en el sector privado pertenece a un sindicato, mientras que la proporción en el sector público (administración pública, sanidad y educación públicas, sobre todo) es de uno de cada cuatro, casi el doble.

Otro día vemos los datos por sexo y sector económico, que son también muy interesantes.

5.9.05

La letanía ecologista: un ejemplo español

Algunos han criticado a Bjorn Lomborg el haberse inventado un hombre de paja contra el que cargar en su libro "El ecologista escéptico" (un extracto del primer capítulo, en castellano, aquí), argumentando que la "letanía" ecologista de la que él habla o es cosa del pasado o es una exageración y una simplificación. Nada de eso, se pueden encontrar textos que la reflejan perfectamente.

Uno de esos textos en los que la descripción del estado del medio ambiente implica que todo va mal es este artículo en el ABC, "El planeta, a examen" de Joaquín Araújo. No tiene desperdicio en su catastrofismo. Aunque quizá lo peor sea que, en su intento de hacer pedagogía para que los legos le entendamos, el autor se nos llena de metáforas cursis y baratuchas. Vean.

Mi preferida es la de que somos un "charquito que piensa":
El agua nunca nos abandona. Entre otros muchos motivos, porque somos poco más que agua en cuanto a nuestra composición básica. Y aunque olvidemos que somos un charquito que piensa, al menos deberíamos recordar que también la mayor parte de lo que nos sirve, protege, alimenta y, en suma, completa está o estuvo tan mojado, por dentro o por fuera, como nosotros mismos.
Pero no se pierdan esta alegoría:
Por la atmósfera van y vienen los climas, que son casi siempre preludio de la sinfonía vital.
Por supuesto, no entro en los absolutos desconocimientos de economía que implican afirmaciones como ésta (recuérdese que en estimaciones medio oficiales de la UE de hace unos años, la producción del Kwh solar costaba catorce veces más que la del Kwh en una central de ciclo combinado) (1):
En estos momentos menos del 10 por ciento de la energía que usamos para llevar a cabo nuestras actividades de todo tipo proviene de la que gratuitamente y en tan ingentes cantidades nos proporciona ese otro ambiente más amplio que es nuestro sistema solar. Por tanto, la curación comenzará cuando aceptemos el excepcional regalo que supone el hecho de que las sombras sean posibles.
Léanlo entero y luego díganme si no refleja in toto la letanía de la que habla Lomborg.

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(1) Los datos son del año 2000 y pueden haber variado, aunque imagino que no mucho. Si alguien tiene datos mejores, que lo indique en los comentarios, por favor.

2.9.05

Mujeres y puestos de alta dirección

Es conocida la relativamente escasa presencia de mujeres en los puestos de alta dirección de las empresas. The Economist publicó hace un mes y pico un artículo bastante interesante al respecto. De lo que no tenía noticia es de investigaciones que intentasen comprobar si, una vez que llegan a esos puestos, su presencia tiene un efecto positivo, neutro o negativo en los resultados de sus empresas. Una de estas investigaciones es este trabajo sobre empresas danesas, "Do women in top management affect firm performance? A panel study of 2500 Danish firms" (pdf). No se esperen grandes descubrimientos. En realidad, según los autores:
Using a sample of the 2500 largest Danish firms over the period 1993-2001, we analyse empirically whether the proportion of female top CEOs or members of boards of directors really affects firm performance. The conclusion is ambiguous and depends both on the measure of performance and the measure of the proportion of women in management. The effect on firm performance of a higher fraction of female top CEOs varies from none to positive. Performance measures which approximate the mark-up, e.g. gross value added, are affected more positively and more significantly than the other performance measures, e.g. net result/assets. Furthermore, the results show that the positive performance effects are mainly related to female managers with a university degree while female CEOs who do not hold a university degree have a much smaller or insignificant effect on firm performance. (Mis negritas.)
Los autores no han encontrado la evidencia positiva que buscaban y que podría, según ellos mismos, servir de base para las políticas públicas de igualdad de géneros en la dirección de las empresas, del tipo de la que propugna en España el gobierno socialista. Otra vez será.

Familia paternalista, estado paternalista

Steven Horwitz se está convirtiendo en una presencia habitual en estas páginas, pero es que sus reflexiones sobre la familia lo merecen, pues cuando no están llenas de interés teórico, al menos rebosan un saludable sentido común. Es el caso de esta anotación, en la que intenta entender lo que Buchanan llama "socialismo paternal" (los individuos piden al estado que se inmiscuya en sus vidas para que les proporcione un máximo de seguridad ante lo cambiante y arriesgado de la vida) a partir de un rasgo no de cultura política, sino de cultura familiar. La familia americana, a la que él parece referirse, estaría criando hijos poco dispuestos a asumir sus propias responsabilidades como adultos y, por tanto, serían proclives a reclamarlas o delegarlas en otros, también en el estado.

Por una parte, los padres han sido muy sobreprotectores:

Parte de la falta de voluntad y de capacidad de muchos adultos (especialmente jóvenes) para asumir la responsabilidad de sus propias vidas deriva de haber sido criados por padres que les protegieron tanto de tener que elegir (eligiendo por ellos) como de aceptar la responsabilidad por los resultados de sus elecciones (al intentar continuamente sacarles de los atolladeros en que esos hijos se habían metido). Además, son demasiados los padres que operan en un clima de miedo, por lo que harán todo lo posible para que nada 'malo' les ocurra nunca a sus hijos.

Por otra parte, se han obsesionado con la idea de que los fracasos, o simplemente fallos, de los hijos reflejan fracasos de los padres.

Mi diagnóstico sobre gran parte de este problema cultural es que demasiados padres quieren niños trofeo y que la sobre-psicologización de las tareas paternales ha dejado paralizados a los padres por el temor mortal de hacer algo 'mal' y provocar un daño de por vida a sus hijos.

Yo creo que la variante de "familia paternalista" española es bastante distinta de la americana (las dos razones que presenta Horwitz serían mucho menos importantes), pero, en el fondo, la idea de ofrecerles a los hijos una protección máxima puede observarse en rasgos evidentes como el (fácil) acomodo con la idea y la experiencia de que los hijos no abandonen el hogar hasta que se hayan provisto de las máximas seguridades para echar a volar por su cuenta. Eso sí, a volar solos, pero no muy lejos.

En realidad, la sobreprotección de los hijos sería bastante mayor aquí que en EEUU, pues allí se "emancipan" bastante antes y su movilidad geográfica es muy superior a la nuestra. Si la hipótesis de Horwitz es cierta, no extraña, entonces, que en España abunde más la mentalidad estatista que en Estados Unidos.

Sólo como ilustración de esa mentalidad en distintos países (y, obviamente, sin ninguna pretensión de comprobar la hipótesis de Horwitz), vean el siguiente gráfico (elaborado con datos del International Social Survey Programme). En él se muestra el grado de acuerdo de los encuestados (mayores de edad) de bastantes países con la intervención del estado para redistribuir la renta. Como ya imaginaban, EEUU se sitúa entre los que están menos de acuerdo y España, entre los que más.

1.9.05

Nacimientos y abortos en Rusia (gráficos curiosos XV)

Días atrás fue noticia que en Rusia se llevan a cabo tantos abortos como niños nacen cada año, lo cual representa una cifra bastante tremenda y, probablemente, sitúa a Rusia a la cabeza del ranking mundial de tasas de aborto. La noticia reflejaba las declaraciones de Vladimir Kulakov, vicepresidente de la Academia Rusa de Ciencias Médicas, que habló de 1,6 millones de abortos (legales, se entiende) en 2004, frente a cerca de 1,5 millones de nacimientos (nacidos vivos).

Una prueba más de la deshecha demografía rusa, dirán ustedes y, en parte, tendrán razón. Como reflejan algunos casos comentados en esta noticia de The Moscow News, "abortion in Russia is no big deal":

Pero sólo tendrán razón en parte, pues lo extraño es que las noticias (y el experto) hayan destacado la elevada ratio abortos/nacimientos y no su evolución, que, por una vez en lo que toca a Rusia, es positiva, tal y como recordaba Marzo en un comentario en esta anotación en Batiburrillo. Si la ratio de 2004 (1,06 abortos por cada nacido vivo) es cierta, estaríamos ante la ratio más baja desde los años sesenta, como puede verse en el siguiente gráfico (1).


Como puede observarse la ratio abortos/nacimientos era elevadísima (2,5) al comenzar los años setenta. Dicha ratio cayó en los años setenta y primera mitad de los ochenta, producto no tanto de la caída suave del número de abortos, como del crecimiento paulatino de la natalidad. En 1987 la ratio se situó en un primer mínimo de 1,5 abortos por nacido vivo, pero a continuación subió súbitamente en la segunda mitad de los ochenta (hasta 2,1), debido a la brusca caída de la natalidad en esos años. La ratio se mantuvo en niveles próximos al 2 hasta finales de los noventa, momento en que empezó a caer, al parecer ininterrumpidamente, hasta los mínimos actuales (2), gracias tanto a una notable caída en el número de abortos como a un suave crecimiento de la natalidad.

En definitiva, lo interesante es que las rusas están, probablemente, acudiendo a métodos mucho más sensatos y humanos (al menos según mi punto de vista) de control de la natalidad que en el pasado. Si las tendencias se mantienen, cabe imaginar que en unos años, el número de abortos sea claramente inferior al de nacimientos y que casos como los reseñados en la mencionada noticia de The Moscow News vayan quedando sólo como un ingrato recuerdo.


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(1) Pongo aquí las fuentes del gráfico para facilitar su acceso: elaboración propia con datos del Demographic Yearbook 2002 del Consejo de Europa, de las Federal State Statistics rusas y las estimaciones sobre abortos del experto Kulakov.

(2) Quizá el mínimo no es tan bajo y se sitúe, más bien, en 1,3 (según las declaraciones del tal Kulakov, recogidas en otro medio, teniendo en cuenta, aparentemente, los abortos en clínicas privadas). En cualquier caso, estaríamos hablando de un mínimo histórico.