WonkaPistas

31.8.05

Los criterios de belleza no son sólo culturales, sino naturales

En un reciente estudio dirigido por Alan Slater, de la Universidad de Exeter, parece haberse comprobado que nacemos con una predisposición genética favorable a las caras bellas frente a las caras feas (via Politicaltheory.info). El estudio está basado en un experimento en el que a niños casi recién nacidos se les enseñaban fotos de caras (de mujer) más bellas y caras más feas. Se ha comprobado que los niños mantienen su mirada más tiempo en las caras bonitas que en las otras. Es decir, que les gustan más las primeras.

También se observó cuánto tiempo fijaban su atención en las fotografías según si presentaban la cara en su posición natural o boca abajo. Lo sorprendente es que dedicaban más tiempo a las caras en su posición natural, lo cual interpretan los autores como que "el bebé nace con una representación innata ... de la cara humana que está orientada en la posición correcta". Lo cual tendría su correspondiente interpretación en términos de psicología evolucionista: "desde un punto de vista evolutivo es importante que el bebé reconozca que se trata de una cara y que es parte de un ser humano. Le ayuda a desarrollar relaciones humanas".

Ya decía yo que mis chicas, cuando eran bebés, pasaban totalmente de mí, dedicando sus más tiernas miradas a su madre. Qué cruel es la naturaleza.

29.8.05

Desigualdades

Desigualdades varias de noticia reciente:

--Tendemos a asociarnos (casarnos, tener relaciones de amistad) con gente similar a nosotros, y parece que ello se debe, en buena parte, a razones genéticas.

--Los chinos y los norteamericanos ven las cosas de manera diferente: cuando les muestran una imagen, los primeros tienden a fijarse más en el contexto que en la figura central; los segundos centran más el foco en esa figura. Según los investigadores, es pronto para decir si se trata de una diferencia cultural o si tiene una base genética.

--[Increíblemente,] los hombres parecen ser más inteligentes que las mujeres. Al menos eso es lo que muestra un estudio del que acabamos de conocer sus resultados principales. Dicha diferencia, medida a través de tests de Cociente Intelectual, es pequeña, se manifiesta, casi exclusivamente, en las habilidades de manipulación de objetos en el espacio (orientación espacial) y no se percibe hasta una cierta edad (hacia los catorce). Habrá que ver el estudio cuando se publique.

Claro que, puestos a leer un artículo interesante (y, como tantos suyos, provocativo) sobre diferencias (entre hombres y mujeres; entre distintas razas), lean el último de Charles Murray, autor de la controvertida obra The Bell Curve. Se titula "The inequality taboo" y representa la reacción del autor a la polémica que despertó Larry Summers, el presidente de Harvard, al proponer una explicación natural al hecho de que muy pocas mujeres ocupasen lugares de máxima relevancia en el mundo de las ciencias. Recomiendo su lectura, pero no se olviden de aplicar a la interpretación de los hallazgos que el autor comenta las cautelas que él mismo señala al comienzo.

28.8.05

Una web excelente: Political Theory Daily Review

Llego un poco tarde a conocerla, pero de tanto citarla Tyler Cowen en su Marginal Revolution, me he estado dando un paseo por la Political Theory Daily Review o politicaltheory.info, como también la llaman. Probablemente ya la conozcan (y quizá ya hayan leído alguna recomendación en la blogosfera hispana), pero no me resisto a recomendársela encarecidamente.

Es muy buena, un poco difícil de leer, pero buenísima. Tiene un montón de vínculos de interés tanto para el ciudadano deseoso de estar al tanto de los principales asuntos de la discusión pública (más bien americana) como para académicos interesados en Ciencia Política, Sociología o Filosofía, generalmente con una orientación hacia lo relevante en la discusión pública. A partir de ahora será, para mí, de visita diaria obligada.

Aquí
pueden leer un artículo en el que se analiza la web y su (increíblemente) único autor, un tal Alfredo Pérez (no, no es ése que están pensando los lectores españoles). Que la disfruten.

26.8.05

Corral multicultural

En todos los sitios hay gente curiosa. El más curioso que he conocido en el pueblo de mi mujer es un tal Jesús, que tiene una extraña pasión por criar aves poco frecuentes en el agro toledano, sobre todo en un corral de reducidas dimensiones (unos 70/80 metros cuadrados, diría yo). El año pasado no lo vi, pero este año mis chicas, en la edad de querer ver y trastear continuamente con animales, han insistido en que vaya y les haga unas fotos a los bichos.

La colección del corral es de lo más variado. Las aves más numerosas son, claro, las gallinas.

















Que están comandadas por un estupendo gallo (aunque creo recordar que había otro, maldita competencia).






















En un espacio propio viven, y crían (increíblemente) unas tórtolas.






















Y en otro conviven, o coexisten, un pavo real macho y dos hembras. Por ahora no les toca criar. Prueba de ello es que el macho perdió su espléndida cola hace unas semanas y, la verdad, no es que se pavonee mucho ante sus chicas para persuadirlas de sus virtudes (tampoco tendrá por qué hacerlo: he's the only man in town).




















Dos faisanes estaban ocultos en su escondrijo, por lo que no tengo testimonio gráfico de ellos (tampoco de un par de perdices y unas cuantas palomas), pero sí de unos patos encantados de remojarse en una bañera con agua, digamos, algo estancada. No les hice una encuesta para saber si estaban encantados, no crean: simplemente, observé que, en cuanto el dueño les soltó, se dirigieron raudos a su estanque privado. Si se fijan, el que mira a la cámara no parece muy estresado.





















Mis preferidas, por mor de exóticas, eran un par de gallinas de Guinea, macho y hembra, al parecer. No me digan que no resultan graciosas, sobre todo en un medio tan ajeno como el que estoy describiendo (son las que parecen unos pavos, no los pollos jovencitos). La hembra ha puesto varios huevos, pero pasa mucho de incubarlos (para que luego digan del instinto materno). El dueño del corral multicultural, cucamente, intenta que los empolle una gallina clueca autóctona. Por ahora, lo está consiguiendo: puso los huevos de la guinea junto a los de las gallinas de aquí y la clueca se está portando. El problema es que el tiempo de incubación de las guineas es de 29 días y el de las gallinas locales sólo de 21; por ello, el tal Jesús está pensando en colocarle, a su debido tiempo, los huevos de guinea a otra gallina, que, engañada, se sacrificará por una progenie que no es la suya.




















La verdad es que la idea del corral multicultural (el nombre es mío) es un poco salvaje: hace un par de años o tres, al dueño se le ocurrió tener avestruces. A mí no me parecía tan mala idea, pero es que no conocía el tamaño del corral. No es de extrañar que se volvieran extremadamente agresivos, arrojando todo lo que estaba a su alcance contra los inoportunos curiosos del otro lado de la valla, de modo que han tenido que ser piadosamente sacrificados. Nadie dijo que en los pueblos la vida no fuera cruel.

Afortunadamente, en un futuro próximo no cabe esperar reacciones tan violentas de las gallinas de Guinea, tan simpáticas ellas.

25.8.05

Ricos de avena

He pasado buena parte de las vacaciones con mi familia en el pueblo de mi mujer, una localidad pequeñita de Toledo, casi lindando con Extremadura (les dejo varias fotos de sus alrededores). En las sobremesas, sin televisión, radio o internet que disuadan de la conversación, he podido aprender algunas cosas del sistema social tradicional de dicho lugar, común a muchos otros, imagino. Dos características, relacionadas entre sí, me han llamado especialmente la atención.

La primera es que se observa, tanto en el pasado (digamos hace cuarenta o cincuenta años) como en tiempos más recientes, una elevada proporción de matrimonios en los que la mujer se casa ya embarazada (o habiendo dado a luz algún niño). Obviamente, no tengo estadísticas para demostrar que la proporción es más elevada de lo habitual, pero, con todo, es llamativa. Según mi suegra, dicho comportamiento se explica, en parte, como estrategia de los contrayentes para superar los vetos y obstáculos paternos a la correspondiente boda.

En gran medida, esos vetos tenían que ver con consideraciones de status: este chico no se merece a mi hija pues su familia tiene pocas tierras, su padre es un menesteroso, no puede ofrecerle un futuro, etc., etc. Una manera de vencer esos obstáculos era practica una política de hechos consumados: la niña tiene una barriga y, claro, se tiene que casar con el "culpable". Recuerden que estamos hablando de los años cincuenta o sesenta: a casi nadie se le ocurría contemporizar con una situación de madre soltera. Ello era más negativo para la familia que el casarla con un varón de status no deseado. De esta manera, los futuros contrayentes se salían con la suya.

En parte, esa estrategia sigue funcionando (ya saben, las costumbres no cambian tan rápidamente), pero lo más interesante es que el comportamiento (casarse tras quedarse en estado) parece haber perdido bastante de su estigma y no se ve como algo negativo, al menos a la vista de tantos y tantos matrimonios que así se celebran. Por supuesto, se da una suerte de tradición familiar: la hijas de madres casadas ya embarazadas tienen una mayor probabilidad que las demás de repetir el comportamiento.


La segunda característica también tiene que ver con cuestiones de status, o, mejor dicho, con cambios en ese status. Algunos de los que se resistían a que sus hijas se casasen con jóvenes no merecedores no procedían de las familias tradicionalmente "ricas" del pueblo. De éstos se esperaba esa resistencia, además de las correspondientes dosis de desprecio (normalmente no explícito) combinado con paternalismo hacia los inferiores en status. Era el orden "natural" de las cosas. Los otros eran familias que, temporalmente (o, al menos, recientemente) habían ascendido de status, normalmente porque habían tomado una decisión empresarial que les había salido bien. Eran, por ejemplo, gente sin tierras que, gracias a unos ahorros previos, habían alquilado unas tierras, así como la maquinaria correspondiente, y habían conseguido buenas cosechas de cereal durante varios años, de manera que contaban con una renta superior a la media de, digamos, su status de procedencia. Ello les situaba en una posición de nuevos ricos que creían poder permitirse ser más selectivos en sus relaciones sociales, especialmente, en la elección de cónyuge para sus hijos.


Como en tantos sitios, la reacción de sus antiguos "compañeros" de status, recordándoles su proveniencia no se hizo esperar y, en la localidad de la que hablamos, se condensó en una expresión que nunca había oído, la que da título a esta anotación: "ricos de avena". Y así, en los cotilleos en los que el blanco de la crítica eran los comportamientos "impropios" de esos nuevos ricos, se les motejaba de "ricos de avena", por haberse enriquecido rápido con un par de buenas cosechas de este cereal.


No me digan que la expresión no es curiosa. Seguro que en otros pueblos hay expresiones parecidas. No estaría de más conocerlas.

11.8.05

Precocidad sexual y nivel de estudios, datos curiosos de una encuesta del INE

El INE acaba de publicar la "tabulación completa" (1) de su Encuesta de salud y hábitos sexuales 2003, una fuente muy útil para el estudio de este tipo de temas, y, si se fijan en la metodología, está efectuada con mucho cuidado para que las respuestas sean lo más sinceras posible. Los datos son muy interesantes. Cuando se publicó la tabulación parcial ya supimos que, según la encuesta, la mitad de las mujeres de 18 a 49 años sólo había tenido una pareja sexual a lo largo de su vida, un dato que nunca son capaces de imaginar mis alumnos (quienes también yerran cuando les pregunto por las mujeres más jóvenes, para las cuales ese porcentaje cae, pero muy poco). Con los nuevos datos, podemos observar cruces tan curiosos como el del consumo habitual de alcohol y la conducta sexual, comprobándose, por regla general, algo previsible: a mayor consumo habitual de alcohol, mayor "promiscuidad"; es decir, las conductas de riesgo suelen ir juntas (o: las personas arriesgadas lo son en sus distintas facetas).

Uno de los cruces que más me ha llamado la atención es el del nivel de estudios del encuestado y la edad en la que tuvo relaciones sexuales (se entiende completas) por primera vez. En el siguiente cuadro (click para ampliar, ya saben) se contienen los datos principales de dicho cruce (incluyendo la edad y el sexo del encuestado).


Se ve bastante claro que a medida que aumenta el nivel de estudios, tanto en varones como en mujeres y cualquiera que sea el grupo de edad, aumenta la edad de inicio en las relaciones sexuales, diferenciándose muy nítidamente los universitarios del resto. Por ejemplo, en las mujeres de 18 a 29 años, sólo un 15% de las mujeres con un nivel básico de estudios que ya han mantenido relaciones se inició en ellas a partir de los 20 años, porcentaje que se triplica (47%) en el caso de las universitarias; en los varones de la misma edad, esos porcentajes van del 9 al 33%, una diferencia también muy notable.

¿Razones de la diferencia? No tengo mucha idea al respecto, pues de este tema sé más bien poco, pero se me ocurre un mínimo apunte. Lo que sí sabemos es que los no universitarios forman pareja (esto es, se casan como regla general) antes que los universitarios. En parte, esto está vinculado a que acaban antes los estudios, comienzan antes a trabajar y empiezan, por tanto, antes a tener ingresos más o menos estables, lo que permite una "emancipación" más temprana del hogar paterno. Puede ocurrir, entonces, que también se inicien antes en el tipo de relaciones propias de quienes "están en el mercado matrimonial": ligues, sexo ocasional o, con mucha frecuencia en el caso de las mujeres, relaciones sexuales con el joven con el que planean casarse o van a acabar casándose tras los debidos años de noviazgo (que no son tan pocos como podemos pensar a veces).

Mientras, los universitarios están más tiempo fuera del mercado matrimonial y, por tanto, inician más tarde el tipo de relaciones propias de participar en ese mercado.

¿Alguna sugerencia más? Se admiten hipótesis, no excesivamente bromistas, por favor.


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(1) Obviamente, no puede ser completa, es decir, no se pueden cruzar todas las variables, pero sí podrían haber ido un poco más allá de las variables de cabecera elegidas. Una que me habría interesado especialmente es la diferencia entre personas casadas y personas que viven en pareja de hecho. Mi hipótesis es que en el segundo tipo de parejas, el número de parejas sexuales habidas a lo largo de la vida es netamente superior.

3.8.05

Hasta la vuelta

Les dejo por unos diez o doce días, si es que no encuentro un cibercafé cerca de mi lugar de vacaciones desde el que pueda hacer alguna anotación. A los que están de vacaciones, buen descanso; a los que trabajan, ánimo.

Bailen el Bundesdance (o el lado divertido de la política de partidos)

Para que luego digamos que la política sólo saca lo peorcito que llevamos dentro. A algunos, incluso a los alemanes, les estimula el ingenio y producen cosas tan divertidas como el Bundesdance, en sus dos versiones. Si visitan esas páginas pueden pasar un buen rato haciendo bailar a Schröder, Merkel y Stoiber (qué pena que no esté Lafontaine) con los ritmos de moda, con distintos estilos de baile, distintos escenarios y efectos especiales, y, sobre todo, distintos "animadores" (grupos de interés o actores concernidos). No se pierdan al grupo de los managers capitalistas, acompañados por los correspondientes saltamontes ni al de los estados delincuentes (Schurkenstaaten, rogue states) con el dictador norcoreano en primer plano. Claro que el de los americanos obesos tampoco está nada mal.

Via Der Spiegel (English site).

2.8.05

Los españoles y la globalización: no está todo perdido, compañeros

Compañeros liberales, en este caso. A pesar de cómo se empeñan en titular los periódicos españoles, tal y como ha resaltado Barcepundit y ha comentado con más detalle Malaprensa, en los juicios de los españolitos acerca de la liberalización económica internacional y de la globalización, no pesan más los elementos negativos. Teniendo en cuenta, por otra parte, que, probablemente, por nuestra naturaleza nos cuesta mucho ir más allá de una economía de andar por casa (o por tribu) y el bombardeo anticapitalista a que está sometida la opinión pública desde la escuela hasta la mayoría de los medios de comunicación, yo diría, incluso, que puestos a hacer un balance de esos juicios, yo diría que es favorable a la globalización.

Obviamente, la encuesta del CIS a la que nos referimos, está llena de ambigüedades y contradicciones (como lo está la otra que acabo de comentar, sobre educación), pero, al menos para mí, destacan algunas respuestas como sorprendentemente pro-globalización. Las resalto, en esta ocasión, sin ánimo de ecuanimidad.

Por el lado negativo, lo más claro es que los españoles parecen muy reticentes ante los productos que vienen de fuera de la Unión Europea, cuya llegada habría que limitar (p. 8); de hecho, si se les pregunta por los productos de otros países de la Unión, el juicio mayoritario es que también hay que proteger a los productos españoles de la competencia de los competidores europeos (p. 14 aquí). Lo interesante es que luego estos mismos españolitos proteccionistas adquieren los productos que necesitan independientemente de donde vengan y, cuando son muy baratos (como ha ocurrido recientemente con las importaciones del textil chino) se olvidan bastante del país de procedencia y se lanzan a ellos desaforadamente.

También del lado negativo (visto desde la perspectiva liberal, recuerdo) está la mayoría relativa (47%) de encuestados favorable a una intervención del estado en la vida económica, eso sí, respetando la iniciativa privada (si es que cabe aceptar esta contradicción). Ello viene a suponer un juicio central de apoyo al statu quo actual, flanqueado por minorías liberales (cerca de un 25%) y planificadoras (15%).

Por el lado claramente positivo, podría destacarse:

--son tantos los que están a favor de que una empresa puede instalarse donde mejor le convenga como los que están en contra (p. 8);

--mejor todavía, forman una clara mayoría (casi 60%) los que creen que un inversor ha de poder invertir en cualquier país (p. 8);

--mayorías claras creen que el proceso de internacionalización de la economía es bueno para España, la UE, EEUU e, incluso, los países en vías de desarrollo (p. 10);

--mayorías claras o relativamente claras creen que ese proceso va a ser positivo para los consumidores (es decir, supongo, los mismos encuestados), los ciudadanos en general y el encuestado y su familia (p. 11);

--mayorías claras creen que la apertura de los mercados representa una oportunidad para las empresas españolas y que favorece que haya mejores productos aquí procedentes del extranjero (p. 12).

Sobre el tema de la globalización, yo creo que también pesa más lo positivo. Por lo pronto, no son tantos (dos tercios, aproximadamente) los que han oído hablar de la globalización, a pesar de la omnipresencia de la palabrita. Ello es algo lógico, pues no todo el mundo está, afortunadamente, al tanto de la jerga de académicos, políticos, sociólogos y demás jergosos.

Entre los que han oído hablar del término, los posibles efectos positivos (p. 13b) y negativos (p. 13c) son los "sospechosos habituales", nada nuevo. Pero, cuando se le pide al encuestado asociar "globalización" con una palabra, la mitad dice "progreso", claramente más que el 35% que dice "desigualdad". En general, las asociaciones positivas superan a las negativas (p. 13d). Asimismo, una mayoría relativa cree que la globalización nos lleva a un mundo mejor (38% frente a un 26% que dice que "a peor"). Mayorías amplias ven efectos positivos de la globalización en nuestro crecimiento económico, el intercambio cultural entre países, la solidaridad entre países, el progreso científico, etc., etc. (p. 13f). Y sólo hay una, magra, mayoría de efectos negativos en el tema de las "desigualdades".

En definitiva, aún no está todo perdido, hay segmentos de cierto tamaño susceptibles de ser persuadidos de las ventajas de la libertad económica. Si sólo pudiéramos alzar un poquito la voz para que nos escucharan...

Lo dejo aquí, que tengo que beneficiarme de las ventajas de la globalización y adquirir para el apartamento de mis padres en la costa un bonito colchón inflable tamaño cama de matrimonio fabricado por el líder mundial en estas cosas. Pasado mañana me voy de vacaciones y mi sueño reparador depende de ello. Hasta mañana.

Opinión pública sobre educación: ambigüedades, ambiciones desmedidas y algunas cosas claras

El CIS acaba de publicar los principales resultados de su barómetro de julio, dedicado a la situación de la enseñanza escolar (colegios e institutos) en España. Aparte de que, por supuesto, entre las posibles medidas de mejora de la situación no se hace mención alguna a la posibilidad de aumentar las capacidades de elección de las familias,(1) resaltan algunos juicios, supongo que poco fundamentados en la mayoría de los casos, unos por su ambigüedad, otros por la ambición de los fines deseados y los terceros por una inesperada claridad.

Juicios u opiniones ambiguas del conjunto de la población (tomando a ese conjunto, metafóricamente, como un sujeto) serían:

--no tiene claro si la situación de la enseñanza es buena o mala, de modo que el juicio medio parece "regular" (p. 8);

--tampoco está claro que las cosas estén peor que hace diez años (37% dicen que están peor, 34% dicen que están mejor, 19% igual) (p. 9);

--por una parte, parecen creer que la familia ha de compartir la responsabilidad del "desarrollo personal y social" de los jóvenes con la escuela (así lo afirma el 70%) (p. 11), pero parece que esa "familia" no está dando de sí lo suficiente, ni siquiera en esta responsabilidad compartida, pues un 82% considera un problema muy o bastante importante la escasa preocupación de los padres por la educación de sus hijos (p. 15), y un 42% menciona la mayor implicación de las familias como una de las dos medidas de mejora más importantes (p. 18).

Las ambiciones desmedidas suelen reflejarse, en este tipo de encuestas, en la práctica ausencia de jerarquía de prioridades en cuanto a los objetivos que ha de perseguir el sistema de enseñanza:

--porcentajes que rondan el 80/85% consideran muy o bastante importante que los centros educativos fomenten en los jóvenes todo tipo de cualidades, desde la confianza en sí mismos hasta un estilo de vida que promueva la buena salud, pasando por saber convivir con personas de distinta procedencia (p. 12);

--asimismo, todos los problemas del sistema de enseñanza son muy/bastante importantes (p. 15), aunque aquí se apuntan algunas claridades.

Varias claridades relativas emergen a pesar del puré de opiniones propio de una encuesta sobre temas en los que la mayoría de la población no tiene, ahora, un conocimiento directo de las cosas (en la muestra, sólo un 29% tiene hijos en edad escolar, p. 34):

--un 62% cree que el sistema educativo debe garantizar que todos los alumnos alcancen un nivel básico, y sólo un 19% cree que debe garantizar que los mejores alumnos puedan desarrollarse al máximo (p. 13); tal y como estaba formulada la pregunta (había que elegir entre una u otra opción), no se prestaba a que la gente respondiera eligiendo ambas opciones, si bien un 15% espontáneamente ha respondido "ambas", dándose cuenta de que no son incompatibles entre sí;

--un 64% valora bien o muy bien la labor de los profesores (p. 14);

--con dificultad surgen algunos problemas como más relevantes que otros: la conflictividad entre los centros (mencionado por el 19%), la poca preocupación de los padres (17%), la falta de disciplina escolar (13%) y la escasa motivación de los alumnos por aprender (13%) (p. 17);

--y también son preferidas algunas medidas de mejora, coherentes con los problemas: la implicación de las familias (42%), el refuerzo de la disciplina (36%), mayor atención/recursos a la diversidad del alumnado (28%) y menos alumnos por aula cuando hay alumnos con dificultades (24%).

En conjunto, lo que esta encuesta me sugiere, aun teniendo en cuenta la ausencia de algunas opciones, digamos, "liberales" (cheques escolares, mayor capacidad de elección de centro, mayor autonomía de los centros, etc.),(2) es una opinión pública relativamente acomodaticia a una situación que, quizá, no conoce muy directamente, y una opinión que es favorable al mantenimiento del statu quo con pequeñas reformas, encaminadas a resolver el problema de la disciplina y, seguramente, la adaptación a la realidad de la "diversidad" de la inmigración.


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(1) Y de que algunas preguntas me parecen un poco capciosillas, como la p. 21, o la p. 13. Otra ausencia que me parece relevante es que no hay ninguna pregunta clara acerca de si hacen falta más dineros para resolver los problemas de la educación. Debe de ser que el gobierno no quiere pillarse los dedos ni siquiera con una encuesta como ésta.

(2) Quien quiera conocer algo de la opinión de los padres de alumnos acerca de ese tipo de medidas, puede echar un vistazo a esto.

1.8.05

Publicidad, jóvenes y tabaco

Duda Josu de cifras tan precisas como las que maneja el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) acerca de la influencia de la publicidad en el inicio de los jóvenes en el hábito de fumar. Hace bien en dudar, como vemos a continuación.

Tomemos la nota de prensa de Europa Press como la expresión más cercana de los datos ofrecidos por Rodrigo Córdoba, presidente del CNPT, quien parece haber dicho algo así como (no es literal): "El 34 por ciento de los jóvenes adolescentes empieza a fumar estimulados por la publicidad, según diversos estudios que maneja el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)".

No es tan difícil averiguar cuáles son esos estudios. En realidad, quizá no se trate de varios estudios, sino sólo de uno, que ha hecho un seguimiento en el tiempo de una muestra de adolescentes (de 1993 a 1996). En la página web del CNPT se encuentra un texto sobre publicidad del tabaco y adolescentes en el que se menciona la susodicha cifra del 34% de la siguiente manera: "En un artículo publicado en el Journal of the American Medical Association, la proporción de jóvenes que tenían experiencias con el tabaco debido a la promoción del mismo fue del 34% (Pierce, J., 1998)." (1) Por lo pronto, no se trata de empezar a fumar, sino de "tener experiencias con el tabaco". No es lo mismo, como se comprueba si leemos el artículo que ahí se refiere.

Dicho artículo puede conseguirse aquí, pagando claro, pero pueden leer el resumen. En dicho artículo se afirma: "the percentage of experimentation [with tobacco] attributable to tobacco advertising and promotional activities is 34.3%". ¿Cómo se define experimentación en el artículo? Se dice que un "experimenter" es aquél que responde sí a una de estas dos preguntas: ¿Has fumado alguna vez un cigarrillo? o ¿Has intentado o has experimentado con fumar cigarrillos, aunque sólo sean unas caladas? [Have you ever tried or experimented with cigarette smoking, even a few puffs?] Obviamente, no se incluyen a los fumadores (aquellos que ya han fumado al menos 100 cigarrillos). Es decir, no estamos hablando de empezar a fumar, como se dice en la nota de prensa de Europa Press, sino de "experimentar con el tabaco". De hecho, muchos adolescentes "experimentan" con el tabaco y no acaban desarrollando el hábito de fumar, tal y como se indica en Pierce et al. (1998): "[p]revious national data suggest, very conservatively, that 30% of experimenters become established smokers".

No sé si otros estudios han corroborado los hallazgos de Pierce et al. (1998)--es probable que, al menos parcialmente, --pero, ya puestos, a mí se me ocurren un par de debilidades de su trabajo:

1) Una, que ellos mismos reconocen, es que, al contrario de lo habitual en la literatura científica sobre este tema, no encuentran un efecto significativo en la propensión a fumar de la presencia de fumadores en la familia o en el grupo de amigos (peer group). A mí esto me habría hecho saltar las alarmas. Los autores no ofrecen ninguna explicación al respecto. Por cierto, cuando se le pregunta a la gente por qué piensa que la gente fuma, casi nadie menciona la publicidad y son muchos los que se refieren a la influencia del grupo de amigos, el "parecer mayor" o el probar cosas nuevas (al menos según una encuesta que tuve la oportunidad de hacer tiempo ha, pero que no está publicada).

2) La base de su estimación del 34% es una comparación entre el "progreso hacia el fumar" (progress toward smoking) de quienes tres años no fumaban ni eran susceptibles de hacerlo y habían tenido una exposición mínima a los anuncios o promociones de tabaco y entre aquéllos no fumadores ni susceptibles que la habían tenido máxima. En ese "progreso hacia el fumar" incluyen tanto a los que, efectivamente, son fumadores "establecidos" como a los "experimentadores", pero también a los "susceptibles", es decir, los que, no habiendo probado ni una calada no responden siempre que no a tres preguntas acerca de si podrían probar el tabaco en el futuro.

Lo que a mí me hace dudar algo de esta comparación es que en el artículo no se comparan estos tres grupos por separado. Es decir, el lector no puede saber cuántos fumadores ha acabado por haber entre los mínimamente y los máximamente expuestos a la publicidad. ¿Son significativamente distintos los porcentajes de fumadores en ambos grupos? No se nos dice. (2)

3) Cuando se contrasta el "progreso hacia el fumar" de los distintos grupos según su exposición a la publicidad del tabaco, se controla la posible influencia de otras (pocas) variables sociodemográficas, pero cuando se compara la evolucion de esos grupos hacia el estatus de "experimentadores", no se nos dice si se controla esa influencia. Una omisión curiosa, pero, ya se sabe, el artículo ha sido peer reviewed, y qué va a decir un aficionadillo como yo sobre esto.

4) La objeción más seria a este tipo de trabajos es que, a pesar de intentar observar la evolución de un grupo de personas en el tiempo, no consiguen descartar la hipótesis de una tercera variable que cause las dos conductas entre las que se pretende una relación causal. Es decir, puede ocurrir que haya chicos que, por la misma razón que son más proclives a atender a la publicidad del tabaco (o cualquier publicidad, ojo), también lo sean a encaminarse por la senda del hábito de fumar. Así se argumenta, por ejemplo, aquí, un interesante paper, más o menos del año 2000, sobre "the economics of smoking". En él, por cierto, se recuerda que los estudios econométricos han hallado, si acaso, efectos muy pequeños de la publicidad del tabaco en la evolución de la demanda de éste.

También podría ocurrir que algunas circunstancias hicieran a los adolescentes, por una parte, más proclives a consumir publicidad de tabaco y, por otra, a fumar, por ejemplo, el estar "desenganchado" de los estudios, como se muestra aquí.


En cualquier caso, yo no soy un experto, en absoluto, en este tema y si tuviera que hacer un juicio, temerario, diría que sí que ha de influir algo la publicidad del tabaco en el inicio del hábito de fumar. Para ello, me fiaría de revisiones de la literatura como ésta. Pero de ahí a decir que es decisiva en un tercio de los que empieza a fumar va un trecho largo.

En fin, que hay otro trecho largo desde un único artículo en el que se habla de "experimentar" con el tabaco a una toma de postura pública en la que se habla de empezar a fumar.


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(1) La autora del texto se equivoca después al decir esto: "La influencia de los anuncios fue incluso mayor que la experimentada por quienes habían recibido productos de promoción". Es justo al revés.

(2) Quizá esté siendo injusto con los autores y sí hayan tratado el tema en otro artículo, pero lo lógico habría sido tratarlo en éste.