WonkaPistas

29.9.06

Textos recientes sobre la libre elección escolar

Para que no se me despisten, ni se les despisten a aquéllos de ustedes que puedan estar interesados en las ventajas de la libre elección de colegio como mejor manera de organizar el sistema de enseñanza, recojo aquí los vínculos a varios textos recientes de interés.

The Economist (via joannejacobs.com) ensalzó la semana pasada las virtudes del sistema escolar de Alberta (Canadá), recogiendo la experiencia de la ciudad de Edmonton, en la que, al parecer, han montado un sistema público de libre elección, y funciona bien:


This is especially true in the province's capital of Edmonton, which is noted for its innovative system stressing choice, accountability and competition. Funding there is based on the number of students in a school. Each school controls its own budget, spending money on its own educational priorities (such as improving aboriginal-student results), while following the provincial curriculum. Students are free to (and 57% do) attend any school in the city, not just in their own neighbourhood. They can seek out schools specialising in the arts, sports, leadership skills, girls-only education, aboriginal culture, Mandarin, and many other alternative programmes—or simply choose the schools with the best academic results. Students in every grade are tested annually and their scores published.
El Cato Institute acaba de publicar "Giving Kids the Chaff: How to Find and Keep the Teachers We Need" (pdf, gratis), un paper acerca de cómo reclutan su profesorado las escuelas en Estados Unidos, en el que se muestra que los administradores de las escuelas se toman más en serio ese reclutamiento si operan en un entorno con mayor competición entre las escuelas. Del resumen:

In districts where school choice fosters competition among schools, public school administrators seek out higher-performing applicants and work harder to retain them. That effect is especially pronounced in low-income districts and can meaningfully improve educational outcomes for poor students. School choice can help improve the quality of the teacher labor force, thereby boosting student achievement and restoring meritocracy to the education system.

Además, el Cato acaba de publicar Liberty & Learning: Milton Friedman's Voucher Idea at Fifty, un libro escrito por varios especialistas sobre el cheque escolar acerca de los avatares de esta idea y su potencial actual y futuro.

Una de las mayores especialistas estadounidenses en estudios sobre los efectos de la libre elección y la competición entre escuelas en el rendimiento escolar, Caroline Hoxby, acaba de publicar un paper titulado "School Choice: The Three Essential Elements and Several Policy Options" (pdf, 1,85 Mb; via Marginal Revolution). Esos tres elementos esenciales son los siguientes:

Supply flexibility, which means that schools should have the ability to open where there is demand for them, expand with increased demand and contract with reduced demand

Money should follow students, which means that funding policies must be designed so that schools that are in demand have the funds to expand and those that are not in demand lose funds and must contract; and

Independent management of schools, which means that schools must be free to innovate in a range of areas, including pedagogy, teacher pay, budget allocation, and the way the school is organised.

El problema es que no suelen darse juntas, ni de lejos. Es improbable que cada una, aisladamente, sirva para mucho. Por ejemplo, un sistema de cheque escolar en el que no haya una mínima capacidad de las escuelas para ajustar su oferta a la demanda o para incitar a ésta, es improbable que pueda ejercer efectos benéficos.

Por último, algo de "droga dura". Nada de parches como el cheque escolar. En su más puro estado, la crítica rothbardiana a la educación pública, republicada por el Mises Institute: Education: Free and Compulsory.

28.9.06

De la edad de los trabajadores en España (gráficos curiosos XXXVIII)

Preparando unos datos para un estudio sobre la tercera edad en España, he caído en la tentación de elaborar este gráfico en el que se muestra la edad media de las personas que trabajan en España según su situación profesional (ya saben: click para ampliar) (1).




En realidad, me picó la curiosidad saber si los empleados de la administración autonómica eran más jóvenes que los de la administración central. En principio, habría pensado que sí, porque han reclutado a buena parte de sus efectivos muy recientemente. Lo cierto es que, a la altura de 1987, efectivamente, sí eran más jóvenes, pero poco a poco han ido reduciendo la distancia con la media de edad de los empleados del estado central hasta superarla en los últimos cinco o seis años. En parte, imagino, se deberá al haber heredado muchos trabajadores de la administración central, ya talluditos ellos. Sin embargo, desde hace unos años (desde 1999 si no me equivoco) no se producen transferencias importantes de funcionarios desde el centro a las autonomías, por lo que esa explicación no vale del todo. En la actualidad, en cualquier caso, la edad media de los empleados de la administración autonómica es escasamente superior: 42,6 vs 42,0 aproximadamente.

La administración local ha resultado ser la más joven, con unos 41,4 años de media. En parte, esto ha de deberse a que en la administración local puede ser mayor la proporción de empleos para los que no se requiere una cualificación formal específica, más allá de, digamos, el graduado en ESO, por lo cual es más fácil que ingresen en ella trabajadores jóvenes.

Esto último probablemente explica una buena parte de la diferencia de edad media entre los asalariados de la administración y los del sector privado, cuya media actual no llega a los 35 años. En la administración pública abundan los empleos que requieren cualificaciones que se obtienen en el sistema formal de enseñanza. Obtenerlas requiere cursar unos estudios que necesitan de tiempo para ser completados. Además, muchas veces requiere pasar unas pruebas (oposiciones, por ejemplo) cuya preparación también consume un cierto tiempo. En el sector privado, por el contrario, abundan más los trabajos que no requieren de esas cualificaciones formales, de modo que apenas cumple un adolescente los dieciséis años, ya puede ingresar en el mercado de trabajo privado.

En cualquier caso, en los últimos veinte años la brecha de edad entre los asalariados del sector público y los del privado se ha ensanchado. Si la diferencia rondaba los 6 años a favor del público hacia 1987, en la actualidad ronda los 7 años y medio. Una posible explicación podría ser la creciente presencia de trabajadores extranjeros en España, que ha de ser mayor en el sector privado que en el público. De hecho (aunque esto no se muestra en el gráfico), el principal aumento de la distancia se produce aproximadamente desde 1997, más o menos cuando empieza a acelerarse la llegada de trabajadores extranjeros.

Es llamativo también que la edad media de los trabajadores por cuenta propia (en su gran mayoría autónomos, algo menos empleadores) sea de las más altas. No es habitual que los más jóvenes ingresen directamente en el mercado de trabajo como autónomos o empresarios, sino que muchos deciden trabajar por su cuenta después de haber pasado por la experiencia del trabajo por cuenta ajena.

Como recompensa por haber leído hasta aquí, puesto que ya tenía los datos bien colocaditos en la hoja de cálculo, aquí tienen un gráfico con la evolución del empleo público entre 1987 y 2006. Que les aproveche.




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(1) He calculado la edad media a partir de los datos públicos de la EPA (en la página del INE), en los que aparecen los ocupados por situación profesional para distintos tramos de edad (16-19, 20-24 y así). Para cada situación profesional, he tomado para cada intervalo de edad el valor medio (17,5 en el caso de 16-19, por ejemplo), con las excepciones (para los sectores de la administración pública) de los intervalos 65-69 y 70 o más, para los cuales he tomado los valores 66 y 71. He multiplicado esos valores medios por el número de trabajadores en cada intervalo, he sumado todos los años-trabajador resultantes y los he dividido por el total de trabajadores en cada situación profesional, obteniendo la edad media.

27.9.06

Conductas homosexuales en varones heterosexuales

Recientemente se ha publicado un artículo con un hallazgo bastante sorprendente, al menos para mí. El artículo se denomina Discordance between Sexual Behavior and Self-Reported Sexual Identity: A Population-Based Survey of New York City Men (texto completo, gratis). Está basado en una encuesta a varones mayores de edad residentes en Nueva York. La encuesta trata sobre diversas cuestiones de salud, e incluye algunas preguntas sobre identidad y conducta sexuales. A los entrevistados se les pregunta por su orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual y así) y si han mantenido relaciones sexuales con varones o mujeres en el último año. Un 19,3% afirmó no haber tenido relaciones sexuales en el último año. No, no crean que éste es el hallazgo sorprendente. Es otro.

De los varones autocalificados como heterosexuales y que habían tenido relaciones en el último año, un 9,4% afirmó haberlas tenido con, al menos, un varón (y ninguna mujer) en ese tiempo.

Parece que en este caso no se aplica el adagio "vuela como un pato, nada como un pato, camina como un pato..., pues habrá de ser un pato".

Pero ahí no acaba todo. De los autocalificados con heterosexuales que tuvieron relaciones con varones, un 70% está casado, obviamente con una mujer, pues el matrimonio entre varones no está permitido en Nueva York (si no estoy equivocado).

En realidad el grupo de heterosexuales con relaciones con varones y el grupo de homosexuales con relaciones con varones son bastante distintos en términos sociodemográficos. En el primero abundan más los niveles de estudios más bajos, las "minorías étnicas" (y no los "blancos"), los extranjeros, los ingresos más bajos, y viven en barrios distintos (si un 56,4% de los gays viven en Manhattan, sólo lo hace un 11,8% de los heteros con relaciones homosexuales).

En fin, yo no sé casi nada de este tema, pero pienso que los resultados--de estar bien hecha la encuesta, y no parece que esté mal hecha--llaman la atención sobre lo complejo que son los temas de la identidad, en este caso la sexual. No siempre a una identidad le corresponde un comportamiento según el "modelo" de esa identidad. Si no lo es en un asunto tan básico como el sexo, mejor no entrar a discutir cuestiones de identidad social, cultural o política...

25.9.06

Un estudio interesante sobre violencia en la pareja

A través de esta noticia de ABC me percato de la existencia de un estudio que había escapado del todo a mi radar (como tantos otros, dirán ustedes, claro), pero que tiene muy buena pinta. Se trata del Estudio internacional sobre género, alcohol y cultura. "Proyecto GENACIS" (pdf del libro completo, 354 pp.). Forma parte de un proyecto auspiciado, entre otros organismos internacionales, por la OMS, el llamado "Proyecto GENACIS" (siglas de Gender, Alcohol and Culture: an International Study). Los participantes (más de 30 países) en este proyecto se comprometen a aplicar el mismo cuestionario sobre fenómenos sociales relacionados con la salud, entre los que se incluyen, por ejemplo, los de la violencia doméstica o el consumo de alcohol.

Este capítulo español de GENACIS está basado en una encuesta a población adulta residente en las comunidades autónomas de Cantabria, Galicia y Comunidad Valenciana llevada a cabo entre abril y mayo de 2002. El informe se publicó en 2004 (ya les digo que se me había pasado del todo).

Hojeándolo, he visto algunos datos interesantes en el apartado de violencia entre miembros de la pareja. Un 2,6% de las mujeres entrevistadas (entiendo: mujeres con pareja) habría sido objeto de agresiones físicas por su pareja en los dos últimos años. Nada novedoso. Lo interesante es que 1,6% de los varones también se habrían encontrado en la misma situación. Un ejemplo más de que la violencia en la pareja es de doble sentido, aunque quienes se llevan de lejos la peor parte son las mujeres, como se ve en el juicio que hacen unos y otros sobre la gravedad de las agresiones sufridas y el grado de temor experimentado. También es interesante que sean las personas que convivían en pareja de hecho las que más han sufrido esas agresiones (5,5% en esos dos años), frente, por ejemplo, a los matrimonios (1,7%), aunque, lógicamente, habría que tener en cuenta que, probablemente en la primera situación hay una proporción mayor de jóvenes, entre los que son algo más frecuentes esas agresiones (1).

También, como se señala en la noticia de ABC, se ve con cierta claridad la relación entre el abuso en el consumo de alcohol y la violencia en la pareja. Con mucha frecuencia, antes de esas agresiones, uno o dos de los enfrentados había consumido alcohol. Y es notable que entre los consumidores "abusivos" de alcohol durante la semana, el porcentaje de víctimas de este tipo de violencia (15,4%) es superior a, por ejemplo, los abstemios (2,1%) o los consumidores "ligeros" (1%); igualmente, entre los bebedores "abusivos", son más los agresores (7,8%) que entre, por ejemplo, los abstinentes (0,9%) (1). También aumenta esa frecuencia entre los consumidores de drogas como el cannabis u otras drogas "ilícitas".

En fin, el estudio no parece estar mal hecho, y tiene informaciones basadas en una evidencia empírica con la que es difícil contar. Échenle un vistazo, si no se les había pasado como a mí.



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(1) También habría que tener en cuenta el tamaño de las submuestras, para ver si esos porcentajes son "realmente" distintos o no, pero no tengo esa información.

20.9.06

Otro ranking, esta vez de escuelas de negocios (y las españolas quedan bien)

El otro día hablé de dos ránkings mundiales de universidades. Hoy ha publicado el Wall Street Journal su análisis de las principales escuelas de negocios en EEUU y en el resto del mundo (de pago), con sus correspondientes clasificaciones. Si el otro día veíamos que las universidades brillaban por su ausencia en el top, en este caso, las escuelas de negocios españolas salen bastante bien paradas.

El ranking internacional, elaborado con las valoraciones efectuadas por una muestra de personas del mundo empresarial encargadas de reclutar, precisamente, a trabajadores con un MBA, y, ojo, referido a trabajadores fuera de EEUU. En este ranking, dos instituciones españolas han solido ocupar puestos de relieve: ESADE y el Instituto de Empresa. La novedad es que este año, el primer lugar lo ocupa ESADE (aunque un cambio metodológico impide comparar el ranking de este año con los anteriores). Éste es el ranking internacional:





Claro, los de ESADE están encantados, tanto que han puesto aquí en pdf (hagan click en "ver ranking completo") el reportaje de varias páginas que les dedica el WSJ. Échenle un vistazo; a fin de cuentas, no tenemos en España tantas instituciones de ese nivel internacional como para no estar al tanto de ellas.


ACTUALIZACIÓN (21-09-2006). Robe, un comentarista en Malaprensa me advierte de que IESE también es una escuela española. Desde luego que sí. Un despiste mayúsculo del que suscribe, y razón de más para esta anotación.

14.9.06

España, "décima potencia científica" mundial

Sí, como lo oyen, eso es lo que dijo el otro día el vicepresidente del CSIC. No explicó lo que significaba y los periodistas no le preguntaron. De esto va mi anotación de hoy en Malaprensa. A lo mejor quieren echarle un vistazo.

12.9.06

Ciclista: en carretera, ponte una peluca, no un casco

Ése sería el slogan exagerado de una campaña que estuviera basada en los resultados de una curiosa investigación (gracias Josu por la pista) efectuada por el psicólogo Ian Walker.

Él mismo, con los correspondientes gadgets informáticos y electrónicos, se lanzó en bici por esas carreteras de Dios (en el Reino Unido) para comprobar si los automovilistas se le acercaban más o menos en distintas circunstancias. Ha averiguado que se le acercan más cuando lleva puesto el casco (unos 8,5 cm más cerca) que cuando no lo lleva. De hecho, las dos veces que chocó con él un coche llevaba puesto el casco (para que luego digan que la investigación no es arriesgada).

Quizá interpretan los conductores que un ciclista que lleva puesto el caso es un ciclista más experimentado e, inconscientemente, le ofrecen por ello un menor margen de seguridad. Lo cual sería un caso más de un aumento de riesgo derivado de una medida que, paradójicamente, intenta reducirlo, aunque, en este caso, no a través del riesgo extra en que incurre el protagonista de la conducta de riesgo por sentirse más seguro sino del riesgo extra en que incurre un tercero.

En el estudio también ha averiguado que se le acercan más los autobuses y los camiones que los turismos.

Y, por último, también ha descubierto que si se ponía una peluca de pelo largo, como pueden llevarlo algunas mujeres, los coches se le acercaban menos (14 cm menos, de media). El investigador piensa comprobar más adelante si esto se debe a una de dos hipótesis: que los conductores perciban a las ciclistas como menos predecibles que a los ciclistas, o que se deba a la falta de costumbre de ver mujeres ciclistas en las carreteras.

Hombre, también podría pensar que se trata de la galantería de los conductores británicos...

9.9.06

No, esta niña no fuma un paquete al día

La última campaña del Ministerio de Sanidad para "concienciar" a los fumadores de los peligros que provocan en los demás (los llamados "fumadores pasivos"), especialmente en los niños, es totalmente falaz y, peor aún desde sus propios fines, puede ser contraproducente. El cartel de la campaña es muy explícito.




Explícito, pero mentiroso. Ningún fumador pasivo, por muchas horas que se pase en un ambiente con humo secundario de tabaco, puede llegar a introducir en su organismo las sustancias que inhala un fumador habitual (de los de paquete al día). Es, simplemente, imposible. Salvo que creásemos un ambiente con humo absolutamente irreal, con concentraciones que no se dan nunca en la vida cotidiana y pusiéramos ahí al "fumador pasivo" durante horas y horas, un fumador pasivo nunca podrá compararse con uno activo en los términos en los que hablamos.

Pueden ver este argumento desarrollado con hipótesis plausibles y con cifras realistas aquí, en esta anotación del excelente blog de Michael Siegel, un veterano del movimiento antitabaco, pero de los aprovechables, de los que se toman en serio la evidencia científica y procuran utilizar su razón lo mejor posible. En ella se discute una afirmación todavía más exagerada que la que yo critico. Al Departamento de Salud Pública de Massachusetts se le ha ocurrido la peregrina idea de que un fumador pasivo puede inhalar hasta siete veces más nicotina que un fumador. Los americanos, cuando se ponen, son bastante más burros que nosotros, aunque todo se andará.

Vean cómo reduce al absurdo esa afirmación:

Assume that a nonsmoker spends 12 hours a day in the most heavily polluted smoke-filled room imaginable: an enclosed smoking lounge. Based on research I published, the level of nicotine in such a lounge is about 70 ug/m3 (micrograms per cubic meter). These are about the most extreme assumptions one could make about the concentration and duration of a nonsmoker's exposure to secondhand smoke.

Assuming a respiration rate of 1.2 m3/hr (cubic meters per hour), the nonsmoker will inhale 70 x 1.2 x 12, or 1008 ug (micrograms) of nicotine during that day.

Based on the MDPH report, a smoker inhales 1.9 mg, or 1900 ug (micrograms) of nicotine per cigarette.

Thus, the most heavily exposed nonsmoker, under the most extreme conditions, will inhale the same amount of nicotine as a smoker who smokes 1008/1900, or 0.53 cigarettes a day.

Es decir, en circunstancias extremas, bastante irreales, un fumador pasivo inhalaría tanta nicotina (e, imagino, otros productos de la combustión del tabaco) como un fumador de 0,53 cigarrillos al día. De ahí a la afirmación de que puede inhalar hasta 7 veces más va un pequeño trecho.

Traslándenlo a la idea de que la nena de anuncio se fuma un paquete diario. Es una puritita mentira.

No entro en los posibles daños de respirar el humo que expelen los fumadores. Pero, como ciudadano de un país que se quiere libre, prefiero que la discusión pública sobre los asuntos del común sea lo más civilizada y seria posible, y para ello uno de los requisitos principales es no mentir, ni tratarnos los interlocutores como imbéciles. El Ministerio nos miente y nos trata como imbéciles.

La exageración, por último, puede resultar contraproducente. Imaginen que a la gente le da por pensar: o sea que, el daño que yo, fumador de paquete al día, voy a sufrir por fumármelo va a ser parecido al de un niño que en algún momento del día está respirando humo de tabaco; pues mucho daño no voy a sufrir, la verdad: otro pitillito. La gente no es tonta. La gente puede sobreestimar el riesgo de sufrir un cáncer de pulmón o un infarto por ser fumador, pero sabe que el riesgo de un no fumador (aunque sea pasivo) es mucho menor.

Equiparando comportamientos y circunstancias en absoluto equiparables llegamos a ese tipo de absurdos, que hacen muy poco por una discusión sensata de los problemas.

8.9.06

Trabajos

Andan algunos bloggers economistas en EEUU preguntándose por la vida laboral de los académicos, no sólo la propiamente académica. Algunos lo hacen en términos normativos (Cowen acerca de qué experiencia le vendría bien a un economista) y otros aprovechan la ocasión para recordar la multitud de trabajos que han tenido (Boettke, desde obrero en la construcción de piscinas hasta profesor de tenis). Leyendo a Boettke he pensado en los trabajos no académicos (o no del todo académicos) que yo he tenido. Desde luego no son tantos como pueda haber tenido él, que ha vivido en un ambiente, el estadounidense, en el que es normal estar cambiando de trabajo cada dos por tres.

El trabajo que mejor recuerdo es el de ayudar a mi padre en su trabajo de pintor/empapelador en las vacaciones de verano. Debió de ser cuando yo tenía entre 1o/11 y 16/17 años, más o menos. Era un trabajo de aprendiz, pero como el aprendizaje no era continuado, tampoco avancé mucho. Trabajábamos unas 9 horas diarias, incluyendo algunas medias mañanas de sábado, aunque no creo que todos los años trabajase todos los días de la semana (mi madre se apiadaba de mí, y de mi hermano). Lo mejor era ver cómo se iba acabando el trabajo y poder ver claramente tu contribución (bueno, también el dinero que ganaba y cobraba al final de la semana). Lo peor eran los días que había que estar mucho tiempo subidos en una escalera: acababas con los pies molidos.

Cuando estaba acabando el Instituto, cambié las brochas por las clases particulares, una salida bastante normal para los estudiantes, ejem, algo destacados. Tampoco es que diera muchas, pero un verano, un grupo de amigos y conocidos me ofrecieron dar clases de recuperación en una especie de academia informal que funcionó algunos meses. Se ganaba más que pintando y era más descansado. Mi padre lo entendió: además, él, y sus hermanos, tenían otros ayudantes (mi hermano, mis primos). Creo que dí algunas clases particulares más, pero no estoy seguro. Y hasta es probable que volviera algún verano más a ayudar a mi padre y mis tíos.

De lo que sí lo estoy es de haber echado una mano a un amigo mío que estudiaba Derecho en una oficina en la que hacíamos las declaraciones de la Renta a gente de la zona sur de Madrid. Él las hacía por la mañana y yo por las tardes, después de mis clases de Políticas. Qué tiempos. Hoy vas a tu Delegación de Hacienda y te la hacen--o te descargas el programa correspondiente por Internet. Entonces, la gente pagaba por hacer declaraciones bastante fáciles, la verdad. La mayoría eran del estilo: ingresos por trabajo asalariado, un par de cuentas corrientes o cartillas de ahorro, deducción del pago de la hipoteca, y sanseacabó.

Cuando acabé la carrera, hice un máster con una beca bastante suculenta, de modo que ya no tuve que buscar remuneración por otras vías. Y al cabo de unos años comencé mis dos trabajos actuales, de profesor (asociado, no se vayan a creer) en la universidad y de investigador en un gabinete privado (todo combinado con alguna que otra conferencia y, más recientemente, con colaboraciones en una revista). Hace más de trece años de todo ello y, por ahora, no tengo muchas ganas de cambiar de trabajo, aunque siempre he tenido una sensación de seguridad extraña, la de que si estos trabajos fallan, no me importaría nada trabajar de pintor. Mi hermano, que sí ha seguido la tradición familiar, seguro que lo agradecería. Sus aprendices le duran poquísimo: quieren ganar mucho pronto y aprender, no aprenden mucho.

6.9.06

Rankings mundiales de universidades

Al estar medio desconectado en agosto, se me ha pasado la publicación de un par de rankings mundiales de universidades (de este tema ya me ocupé hace bastante tiempo). Por un lado, la Shanghai Jiao Tong University ha publicado su ranking mundial de las 500 mejores universidades para 2006. Por otro, la revista Newsweek publicó un nuevo ranking con las 100 principales universidades globales, combinando criterios de otros rankings con criterios propios.

En la lista de Newsweek no hay ninguna universidad española (salvo que se me haya escapado). En la de la universidad china hay que bajar mucho para encontrar la primera española, la Universidad de Barcelona (con un puesto entre el 151 y el 200). Tambien incluye a la Autónoma y la Complutense, ambas de Madrid (entre el 201 y el 300), la Politécnica de Valencia y la Universidad de Valencia (ambas en el tramo de 301-400), la Autónoma de Barcelona, la Universidad de Granada, la de Sevilla y la de Zaragoza (estas últimas en el tramo de 401-500).

España, pues, cuenta con 9 universidades en un ranking de 500, no muchas, la verdad. Por países con universidades en el ranking, estariamos en el 12º puesto por número total de universidades, ex-aequo con Corea del Sur. El año pasado estábamos también en el 12º, esta vez sin la compañía coreana.