WonkaPistas

24.12.09

Wonkapistas les desea Feliz Navidad

Y, claro, siguiendo con una tradición inveterada, también se la desean mis chicas, que este año han elegido como motivo los muñecos de nieve (uno de ellos esquimal ???).





En serio, que tengan unas fiestas llenas de alegría y que el año próximo llegue todo lo colmado de bienes que nos permita la crisis.

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17.12.09

La crisis como "cura" de la "precariedad" laboral en España

Uno de los efectos curiosos de la profunda crisis en que sigue inmersa nuestra economía es que ha reducido muy notablemente uno de los rasgos negativos que habitualmente se achacan a nuestro mercado de trabajo. Unos lo llaman "precarización", otros simplemente hablan de un exceso de contratados temporales en comparación con los países de nuestro entorno europeo. Como ya apunté en otra anotación, allá por abril de este año, como los temporales están siendo los primeros en pagar el pato de la crisis, ese porcentaje (o esa precarización) está cayendo rápido. Sólo al repasar estos días los datos para mis clases me he dado cuenta de lo rápido que está cayendo. Véamoslo, cómo no, con unos cuantos gráficos (ya saben, hagan click en ellos para verlos en todo su esplendor).

En el primero distinguimos asalariados temporales e indefinidos tanto para el sector privado como para el público. En él podemos observar la enorme magnitud de la reducción del número de contratados temporales en el sector privado en los últimos años. Desde el máximo de 4,8 millones en el tercer trimestre de 2006 se ha pasado a la cifra actual de 3,2 millones. Es decir, se ha reducido en 1,5 millones. Por el contrario, el empleo privado indefinido alcanzó su cima en el segundo trimestre de 2008, con 9,7 millones, cifra que ha caído hasta los 9,3 millones en la actualidad.



Recientemente el empleo público ha seguido una tónica muy distinta al privado, tanto el indefinido (básicamente: funcionarios) como el temporal. Puede decirse que en ambos casos ha seguido creciendo durante la crisis.

Si lo vemos en términos porcentuales (gráfico siguiente), el panorama es más nítido. La temporalidad en el sector privado creció enormemente en los años ochenta, a raíz, sobre todo, de las mayores facilidades para esos contratos que se dieron con una nueva legislación en 1984. Se llegó a un primer máximo del 39,2% en el tercer trimestre de 1992 y a un nuevo máximo del 40,9% en el segundo de 1995, tras la crisis de los noventa, en la que la caída del empleo indefinido fue aún más intensa que la del temporal. Desde entonces, la temporalidad en el sector privado cayó paulatinamente hasta el año 2003 (34%), probablemente a causa de la eliminación en 1994 (si no recuerdo mal) de algunas de las facilidades a la contratación temporal y del establecimiento en 1997 de un nuevo tipo de contratos indefinidos, que comportaban una menor indemnización por despido improcedente, y a los que se llegaba a través de la contratación temporal. El último boom de la construcción, de 2004 a 2006/07 quizá es el responsable de que se recuperase la tasa de temporales en esas fechas, volviendo a niveles del 36% en el tercer trimestre de 2006.



Desde entonces, el desplome ha sido estrepitoso, alcanzándose un mínimo del 25,2% en el segundo trimestre de 2009 y del 25,8% en el tercer trimestre. Lo cual nos retrotrae al año 1988, cuatro años después del inicio del despegue de la temporalidad.

En el sector público la historia ha sido distinta, pues en todo el periodo que consideramos nunca ha caído el porcentaje de temporales. Creció rápido en los ochenta, se mantuvo en la primera mitad de los noventa y volvió a crecer, persistentemente, hasta el año 2005, momento en el que se alcanzó, más o menos, un porcentaje similar al actual, de 26,2%, llamativamente superior al privado.

¿La caída reciente de la temporalidad se debe sólo a lo que ha ocurrido en la construcción? Buena parte sí, pero no sólo. Veamos lo que ha ocurrido en los tres sectores más vinculados al ciclo económico: industria, construcción y servicios, sin distinguir en esta ocasión si se trata de asalariados privados o públicos.

En la industria, el nivel absoluto de caída de temporales e indefinidos es muy parecido, aunque una ruptura en la manera de clasificar a los ocupados por ramas impide un cálculo preciso. Si nos fijamos en lo que ha pasado desde el primer trimestre de 2008, los contratados indefinidos han pasado de 2,3 a 2,0 millones (se pierden 263.000 empleos, un 11%) y los temporales lo han hecho de 645.000 a 367.500 (se pierden 278.000 empleos, un 43%). Obviamente, la caída ha sido mucho más intensa entre los temporales.


En la construcción, la cosa está mucho más clara. Si hace tres años eran claramente más los temporales que los indefinidos, ahora se han vuelto las tornas. Desde el primer trimestre de 2008 los indefinidos han pasado de 1,0 a 0,8 millones (se pierden 222.000 empleos, un 21%), mientras que los temporales han caído desde 1,1 a 0,6 millones (perdiéndose 478.000 empleos, un 43%). La caída ha sido mucho más pronunciada entre los segundos.




Por último, veamos lo que ha ocurrido en el sector servicios. Recordemos que aquí la presencia del sector público es notable. Desde el primer trimestre de 2008, el empleo indefinido ha subido desde los 8,2 hasta los 8,6 millones (se ganan 355.000 empleos) y el temporal ha pasado de 3,0 a 2,8 millones (perdiéndose 204.000 empleos). De nuevo, está muy claro que la peor parte la ha llevado el empleo temporal.




Al final, la caída en el porcentaje de temporales se ha dado en los tres sectores considerados, como se ve en el gráfico siguiente. Por tanto, la reducción de la "precariedad" no se debe sólo a la construcción, aunque sí en bastante medida.


En fin, con que la crisis dure algunos trimestres más, a este paso, acabamos con el problema de la temporalidad en España. No porque los temporales se conviertan e indefinidos, sino porque los expulsamos del mercado... Ya saben, el que no se consuela...

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