¿Los marroquíes están mejor integrados en Barcelona que en Madrid?
Esto es lo que concluyen los autores a partir de sendas encuestas a muestras de distintas nacionalidades de extranjeros en Barcelona y en Madrid:
En términos generales, nuestros datos apuntan a que el colectivo marroquí está mejor integrado en la vida cotidiana de la capital catalana que sus compatriotas en Madrid: se sienten muy identificados con la ciudad, muestran niveles de asociacionismo mucho más elevados ..., y alcanzan niveles de convivencia intercultural en sus redes sociales muy notables. Sin embargo, o precisamente por esta mayor integración social, el colectivo marroquí de Barcelona percibe de manera mucho más clara la discriminación y los prejuicios de que son objeto.
Veamos, primero, si se distinguen tanto por sus sentimientos de identidad y por sus comportamientos asociativos los marroquíes de una u otra ciudad. La identidad con la ciudad (Barcelona o Madrid) se mide pidiendo al encuesta que muestre su nivel de apego con la ciudad en una escala de 0 (ningún apego) a 10 (total apego). La media para Barcelona es de 8,9; la de Madrid es de 7,8. Aunque la diferencia sea significativa, no parece tan importante: 1 punto en una escala de 11 puntos.
Si hay diferencias claras en la pertencia a asociaciones. Pertenece a alguna asociación un 37% de los marroquíes de Barcelona, frente a un 6% de los de Madrid.
Y también hay alguna diferencia en la mezcla entre marroquíes y otras nacionalidades en los hogares en cada ciudad: un 36% vive en hogares con origen nacional mixto en Barcelona, frente a un 5% en Madrid.
Queda demostrada la tesis de los autores del artículo.
¿O no?
Yo tengo mis dudas, sobre todo porque las muestras de marroquíes en Barcelona y Madrid son bastante distintas, y en aspectos que pueden influir en esos sentimientos y comportamientos.
1. El porcentaje de mujeres en Madrid (39%) parece más alto que en Barcelona (29%), lo que podría influir, por la menor proclividad "pública" de las mujeres marroquíes, podría explicar parte de las diferencias en los niveles de asociacionismos, aunque no todas, claro.
2. La muestra de Madrid parece más joven, con un 67% entre los 16 y los 35 años, frente a un 55%, lo que también podría influir en los niveles de asociacionismo: los jóvenes se asocian menos.
3. La muestra barcelonesa parece más educada formalmente, con un 16% de individuos con estudios superiores, frente a un 8% en Madrid. Ocurre, también, que los niveles de asociacionismo suelen ser mayores en los más educados.
4. Lo fundamental son las distintas medias de años transcurridos desde la llegada a España, de 8 en el caso de Madrid y de 12 en el caso de Barcelona, con un 14% de marroquíes en Madrid casi recién llegados (hace dos años o menos) frente a un 2% en Barcelona. No es de extrañar, entonces, que el apego a la ciudad pueda ser algo menor en el caso de Madrid, pues llevan viviendo en la ciudad cuatro años menos que en Barcelona. Y tampoco extraña, entonces, el menor nivel de asociacionismo, pues la pertenencia a asociaciones debe de aumentar con la estancia en una localidad, por la mayor estabilización de lazos de todo tipo que eso conlleva. Tampoco extrañaría la mayor presencia de hogares mixtos en Barcelona, pues, de nuevo, es más probable establecer lazos con gente distinta cuanto más tiempo se lleva en un sitio y más ocasión, por tanto, ha habido de conocer a esa gente.
5. En relación con el tiempo de estancia está la situación legal del entrevistado, que revela una mucho mayor estabilidad en Barcelona, con un 36% que disfruta de un permiso de larga duración (más de 5 años), frente al 10% en el caso de Madrid. De nuevo, cuanta más estabilidad, más integración, ceteris paribus.
Es decir, no estaríamos comparando grupos homogéneos entre sí, precisamente en términos de variables que pueden influir en las actitudes y comportamientos que medimos. Lo lógico habría sido controlar los efectos de estas otras variables y comprobar si el estar en Barcelona (o Madrid) tiene un efecto propio (1). No sé si lo han hecho los autores, pero no hablan de ello.
Es curioso como rematan la discusión de sus hallazgos:
Sin embargo, o precisamente por esta mayor integración social, el colectivo marroquí de Barcelona percibe de manera mucho más clara la discriminación y los prejuicios de que son objeto.
Efectivamente, el sentimiento de discriminación es mayor en Barcelona, con un 52% que se considera discriminado por motivos de raza, nacionalidad, religión u otras características, frente a un 23% en Madrid. A simple vista, sería indicio de mayor discriminación en Barcelona, ¿no? Los autores, sin embargo, parecen pensar que los niveles de discriminación no son mayores en Barcelona, sino que los marroquíes, por estar más integrados, son más conscientes de ellos. Está claro, ¿no? (2)
Me gusta mucho, también, la explicación que dan a las supuestas diferencias entre Madrid y Barcelona:
En cierto sentido, el modelo de integración catalán y barcelonés --que tiene una cierta inspiración en el modelo francés-- produce resultados muy positivos en lo relativo a la incorporación de los inmigrantes en el entramado social (...)
Ni idea de si el modelo catalán es parecido al francés, pero, primero, no lo argumentan de ningún modo, ni aportan una sola referencia al respecto, y, segundo, del éxito del modelo francés sabemos bastante por las revueltas de las banlieues de hace un par de años. Todo un modelo.
Eso sí, si tienen ocasión, echen un vistazo al conjunto del número, centrado en el tema de la inmigración en España, con aportaciones variadas sobre los más distintos aspectos de la cuestión.
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(1) Sí se controlan variables similares en otro de los estudios de la revista, el que tiene por autor a Joachim Brüss.
(2) De nuevo, habría que considerar si algunas de las características sociodemográficas que distinguen ambas muestras no podría estar influyendo en esta percepción.
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