¿1.500 muertes menos por la Ley antitabaco de 2005?
Para comprobarlo, disponemos del texto completo del estudio, que gentilmente proporciona la SEE en su página web. Busquen, busquen en el texto una afirmación tajante como la de la evitación de 1.500 muertes. No la encontrarán. Lo más que encontrarán en las conclusiones del capítulo sobre los efectos de la ley para la salud es:
La entrada en vigor de la Ley 28/2005 parece que ha tenido efectos benefciosos para la salud de la población general, en términos de una reducción de los ingresos hospitalarios por infarto agudo de miocardio y de la morbilidad respiratoria de los trabajadores no fumadores del sector de la hostelería.
Y en las conclusiones del estudio:
5. La ley ha tenido un impacto positivo en la salud, específcamente en la reducción de los síntomas respiratorios en los trabajadores de la hostelería. Además, hay datos preliminares que sugieren una reducción de los casos de infarto de miocardio en la población general.
"Parece", "sugiere que". Y ninguna cifra en las conclusiones. ¿Y en el texto? ¿Cuál es la sustancia en que se basan esas conclusiones y, en particular, la afirmación de las 1.500 muertes evitadas? La siguiente, una sustancia más etérea que el humo del tabaco (mis negritas):
Para complementar esta información sobre morbilidad se presenta una estimación de la mortalidad atribuible al consumo de tabaco, para población general >= 35 años, asumiendo un escenario hipotético con una reducción de la prevalencia debida a la ley. Así, si la actual tendencia decreciente se acelerara gracias a la Ley 28/2005, y si la prevalencia en el año 2010 descendiera aproximadamente un 20% en términos relativos, la mortalidad atribuible al tabaquismo contaría con 1070 defunciones menos en hombres y 289 en mujeres (Tabla 5.1). De manera similar, si la prevalencia de exposición al HAT en los hombres entre 35 y 64 años se mantuviera hipotéticamente en los hogares y disminuyera un 80% en términos relativos en el ámbito laboral, la mortalidad atribuible al HAT descendería en 121 muertes anuales, mientras que en las mujeres de la misma franja de edad, asumiendo un descenso relativo del 25% (ya que parten de una prevalencia de exposición menor), la mortalidad atribuible descendería a 51 muertes (Tabla 5.1). De manera conjunta, la reducción en el consumo de tabaco y en la exposición al HAT tendría un impacto de 1482 muertes menos al año.
Sepan que HAT no es sombrero, sino Humo Ambiental del Tabaco.
Como ven por las negritas, se trata de un escenario hipotético, previsto para 2010, en el caso de que se cumplieran determinados supuestos. O sea, nada referido a lo que ha ocurrido, sino a lo que podría ocurrir. Y, en todo caso, los datos mezclarían dos efectos: el de la caída previa a la ley y el de la hipotética caída extra.
Lo mejor es que el supuesto fundamental (el que implica la caída de un mayor número de muertes), de reducción extra de la prevalencia del consumo de tabaco, no se sostiene ni con los datos del propio estudio. En el capítulo dedicado a los efectos de la ley en la prevalencia del consumo de tabaco se concluye (mis negritas):
Con la información disponible en la actualidad, los resultados no sugieren ningún impacto de la Ley 28/2005 sobre los indicadores de consumo de tabaco. En general, el descenso en la prevalencia de fumadores y en el número de cigarrillos consumidos, así como el aumento del abandono del tabaco, reflejan una continuación de la evolución temporal a corto y medio plazo observada antes de la entrada en vigor de la ley.
Repitan conmigo: "ningún impacto de la Ley 28/2005 sobre los indicadores de consumo de tabaco". La tendencia a la baja es previa a la ley y se ha mantenido después sin cambios discernibles.
Entonces, ¿en qué se basan para partir de la hipótesis de que la ley acelerará la caída en la prevalencia? En nada. Lo suponen y ya está.
Luego quieren que confiemos en los científicos...