WonkaPistas

19.10.13

Un recordatorio de que la crisis es más dura para unos "colectivos" que para otros

El culpable de que vuelva por estas páginas es Josu (de Malaprensa), quien, como saben, tiene desde hace unas semanas una sección llamada "El Purgatorio" en Onda Cero. Lleva un par de semanas o tres liado, ahí y en su blog, con el asunto de la pérdida de poder adquisitivo de los empleados públicos, intentando poner un poco de claridad en un tema muy confuso, porque las cifras ni son fáciles de conseguir ni son fáciles de tratar en conjunto. A él no le convence lo que ha dicho algún sindicato, acerca de que la pérdida de poder adquisitivo desde 2009 o 2010 (no está claro) es del 30%. Ayer, el representante del sindicato que ha difundido esa especie (CSIF) intervino en el programa, si bien no aclaró en absoluto de dónde obtenían los datos o cómo los calculaban.

No, no crean que voy a intentar aclarar este asunto. Si no lo ha hecho Josu, que lleva unas cuantas semanas recabando información para hacerse una idea, menos lo haré yo, que ni siquiera me he puesto a ello. El motivo de esta anotación es la sensación molesta de irrealidad que me ha quedado después de escuchar al sindicalista. Escuchándole, parecería que los que de verdad han sufrido la crisis han sido los empleados públicos. No digo que sea esa su intención al (mal)explicarse, pero sí es la sensación que a mí me da, y no solo al escuchar al representante del CSIF, sino al escuchar a representantes de otros sindicatos, o incluso a trabajadores del sector privado que han mantenido su empleo y han empezado a perder poder adquisitivo hace un año, si acaso.

En fin, lo que quiero decir es que las consecuencias de la crisis no han sido igualmente duras para los distintos "colectivos" de trabajadores (no entro en lo que ha ocurrido en otros sectores de la sociedad). Para entenderlo, el argumento de la pérdida de poder adquisitivo de quienes siguen teniendo trabajo es, si me apuran, menor. Lo importante es el haber perdido el trabajo. Aquí las cosas sí están bastante claras. El empleo no ha caído por igual en todos los grupos de trabajadores. Veamos.

Los gráficos siguientes muestran lo que ha ocurrido con la ocupación desde el "pico" del empleo en el 3er trimestre de 2007. 

En el primero comprobamos como la cifra de asalariados privados ha pasado de cerca de 14 millones a algo menos de 11 millones (10,9 millones, por ser algo más precisos). La cifra de ocupados por cuenta propia también ha caído, desde 3,6 a 3 millones. Y también ha caído, bastante menos que en el caso de los asalariados privados, la de asalariados públicos, pasando de 2,9 a 2,8 millones (la caída, en realidad, es de unos 70.000). ¿De dónde salen la caída de 300.000 empleados públicos de la que habla el representante del CSIF en la radio? Probablemente, de comparar no el pico del empleo total, sino el pico del empleo público que se produjo bien avanzada la crisis, en el tercer trimestre de 2011 (3,2 millones). 



Los movimientos se perciben mejor si los planteamos en términos porcentuales, como hago en el segundo gráfico.



En él se ve con bastante claridad la dimensión de la caída relativa en cada uno de los tres grupos. El número de los ocupados por cuenta propia es hoy (2º trimestre de 2013) un 15% inferior al del 3er trimestre de 2007. El de asalariados privados es un 22% menor (se han "destruido" uno de cada cinco empleos...). El desplome de la construcción explica buena parte de todo ello, pero no todo, ni mucho menos.

El número de asalariados públicos es un 2% inferior ("destrucción" de uno de cada cincuenta empleos desde 2007). 

Obviamente, no cabe esperar que en una crisis, ni siquiera en una como esta, el empleo público caiga tanto como el privado, pero, puestos a comparar sufrimientos, está clara la comparación.

Por completar la comparación en el sufrimiento, acabo la anotación con un último gráfico, en el que distingo a los asalariados, tanto privados como públicos, según el tipo de contrato (indefinido o temporal, sabiendo que "indefinido" en el caso del sector público quiere decir casi siempre "funcionario inamovible"). 




Como ya sabíamos, los que de verdad han pagado el pato de la crisis (siempre hablando en términos de trabajadores y según las categorías que consideramos) han sido los contratados temporales. En el sector privado, su número ha caído un 43% (frente a un 11% para los indefinidos; de nuevo, con un importante efecto de la crisis de la construcción), mientras que en el sector público ha acabado haciéndolo un 29% (frente a un crecimiento del 6% para los indefinidos). En el gráfico se ve también bastante bien cuándo han empezado las administraciones públicas a desprenderse de sus temporales (a finales de 2011) y la relativa rapidez con la que lo están haciendo.

4.1.13

Participación en las últimas huelgas generales según las encuestas del CIS

Se acaban de publicar los resultados del último barómetro del CIS, interesantes, entre otras cosas, porque contienen una pregunta sobre la participación en la última huelga general.

Al final, la participación en la huelga general de noviembre de 2012 ha debido de ser muy parecida a la de la huelga de marzo de 2012, al menos según responden los encuestados que trabajan a la correspondiente pregunta del CIS. Y la participación en ambas debió de ser inferior superior a la de septiembre de 2010. Véase (haciendo click si no se ve bien):



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27.10.12

Volver a los años sesenta

No, no se trata de una anotación nostálgico-musical. Se trata de una anotación sobre la evolución del número de ocupados en España.

Normalmente los examinamos en términos absolutos o, como yo prefiero, en términos de la tasa de ocupación sobre la población en las edades "típicas" de estar trabajando (16 a 64, convencionalmente). No solemos vincularlos a la población total, pero deberíamos. A fin de cuentas la ratio ocupados / población total nos da una idea de cuánta carga cae sobre los hombros de los ocupados: cuanto mayor la ratio, menor la carga, y viceversa.

No es demasiado complicado reconstruir dicha ratio para los últimos cincuenta y tantos años. Tenemos datos de la Encuesta de Población Activa, grosso modo comparables, desde 1964, y también contamos con datos de población para ese periodo. Vean la ratio en el gráfico siguiente (hagan click en él para ampliarlo, claro).



Por eso hablaba de volver a los sesenta, porque la ratio actual (del 3er trimestre de 2012) es de 37,4 ocupados por cada 100 habitantes y la de los años sesenta y primeros setenta rondaba esta cifra.

Al menos no hemos caído tanto como en las crisis anteriores. En la que duró desde mediados de los setenta a mediados de los ochenta caímos hasta niveles inferiores al 29%; en la de los noventa, hasta niveles cercanos al 31%.

Se trata, quizá, de la única alegría que nos queda: que, a pesar de la gran caída en el empleo, todavía nos mantenemos en tasas de ocupación, no sólo sobre la población total, sino sobre la población de 16 a 64 años. Magro consuelo. A ver cuánto nos dura.

¿Y en Europa?

En el resto de Europa la ratio ocupados/población suele ser más alta, en casi todos los países. Vean.



En el 2º trimestre de 2012 la ratio española era la segunda más baja de la UE27, sólo por encima de la de Grecia y apenas por debajo de la de Italia. No crean que en el pico de la ocupación en el 3er trimestre de 2007 estábamos en cabeza. Una ratio de 45,9 nos dejaba en el puesto 16º. También magro consuelo, que duró poco.

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27.7.12

Cuántos son los que peor lo pasan

Como saben, el INE acaba de publicar los resultados de la última Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al 2º trimestre de 2012.Ya saben que la tasa de paro está en máximos históricos y que la ocupación no se recupera. También habrán leído acerca del número de hogares en que todos sus miembros están en paro. Estos hogares forman parte de los que peor lo están pasando con la crisis. Sin embargo, puede que, aun no trabajando ninguno de sus miembros activos, tengan ingresos: el subsidio de desempleo de alguno o algunos, la pensión de jubilación de otro... Peor están  los hogares que no tienen ingresos.

¿Cuántos son los que peor lo pasan? La EPA nos permite conocer el número de hogares en los que hay algún activo, pero todos los activos están parados. Son 1,7 millones de hogares. ¿Y los hogares que no tienen ingresos? La EPA nos proporciona información del número de perceptores de ingresos de los hogares, entendiendo que uno de los miembros del hogar percibe ingresos si está ocupado, recibe una pensión (de jubilación u otro tipo) o recibe un subsidio de desempleo. No cuenta, por tanto, otro tipo de ingresos, como rentas de activos financieros o inmobiliarios, por ejemplo. Los hogares sin ningún perceptor de ingresos, según ese criterio, son 583.000. 

En el gráfico siguiente se ve la evolución de ambos tipos de hogares en los últimos siete años. Hagan click en él para verlo mejor.


Como puede comprobarse, los hogares con todos sus miembros parados han pasado de un mínimo de 379.000 en el tercer trimestre de 2007 a la cifra actual de 1,7 millones. Casi se han quintuplicado.

Los hogares sin ingresos también han crecido mucho, pero no tanto. Partiendo de 343.000 en el tercer trimestre de 2007 no han llegado a duplicarse. 

El gráfico siguiente recoge qué porcentaje representan esos dos tipos de hogares sobre el total de hogares.


Los hogares con todos sus miembros parados han pasado del 2,3 al 10% de todos los hogares. Los hogares sin ingresos han pasado del 2,1 al 3,3%. En el tercer trimestre de 2007 vivían 655.000 personas en los  hogares sin ingresos. Hoy viven 1,27 millones. 

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25.7.12

La dimensión de los problemas

Todos los españoles, supongo, tenemos ya plena conciencia de que la crisis actual es muy grave. Sin embargo, no estoy seguro de que todos la tengamos de lo grave que es. No creo que todos seamos conscientes de la auténtica dimensión de los problemas a los que nos enfrentamos. Independientemente de lo que pensemos sobre sus causas o sus remedios, su magnitud debería ser un dato central en nuestra discusión sobre la crisis.


La dimensión del problema del paro es más aprehensible, tanto por la vivencia cercana en las propias carnes o en la de familiares, amigos o vecinos, como por el bombardeo continuo de las cifras correspondientes en los medios de comunicación. Sin embargo, en mis conversaciones cotidianas sobre la crisis me da la impresión de que no apreciamos en su auténtica medida el problema del déficit público. No sé si ocurre así porque las magnitudes nos son inconmensurables o, más bien, porque no se expresan en términos comprensibles.


Antes de que el cielo caiga sobre nuestras cabezas (Josu Mezo dixit) o de que muramos todos (como gusta de decir Pablo Rodríguez Suanzes), me gustaría, al menos, compartir con ustedes el ejercicio que he hecho para hacerme yo mismo (y los que me rodean) una idea de ese problema en concreto.


Primero, lo básico: a cuánto asciende el total de gastos públicos y de ingresos públicos. Ya saben, hagan click en el gráfico para verlo bien.




Como observarán, está expresado en moneda corriente, sin tener en cuenta la inflación. No me interesa ahora cuánto ha crecido el estado en los últimos cuarenta años, sino la dimensión actual del desequilibrio entre ingresos y gastos, y recordar que nuestro estado ha estado desequilibrado durante gran parte del periodo desde 1970 hasta hoy.


En 2007 los gastos ascendieron a 413.000 millones de euros, por debajo de unos ingresos de 433.000 millones. En 2009 los gastos habían crecido hasta los 485.000 millones (+72.000), pero los ingresos habían caído hasta los 368.000 (-65.000). La brecha se había abierto desde los 20.000 millones de superavit de 2007 hasta los 117.000 millones de déficit de 2009. Desde entonces, las cosas han mejorado muy poco.


Las cifras anteriores siguen siendo difíciles de apreciar. Para ponerlas en términos más comprensibles, se las suele poner en relación con el Producto Interior Bruto, es decir, grosso modo, la riqueza que se crea en España en un año. Así lo he hecho en el gráfico siguiente.






En 2007, nuestro gasto público suponía el 38,4% del PIB, mientras que el ingreso público ascendía al 41,1%. En 2009, el gasto se había disparado (por sí mismo y por la caída del PIB) hasta el 46,3% del PIB. El ingreso público, por el contrario, se desplomó hasta el 35,1% del PIB, la cifra más baja desde 1985.


Visto con perspectiva histórica, el problema no es tanto de crecimiento de gasto (que también lo es) como de caída de ingresos. El gasto no situó en máximos, pues no superó el anterior, del 49,6% del PIB, pero entonces los ingresos apenas cayeron, hasta un 42,6%.


En el tercer gráfico podemos ver la evolución de la diferencia entre ingresos y gastos, de nuevo, en porcentaje del PIB.




La gravedad de la situación actual destaca en la serie de cuarenta años.


A algunos quizá les baste con los gráficos y las cifras anteriores para hacerse idea de la magnitud del problema del déficit público en la actualidad. A mí no. Aunque estoy acostumbrado a manejar este tipo de datos en mi trabajo, en última instancia prefiero (o necesito) reducirlos a medidas comprensibles.


La medida que yo veo más comprensible es la mera diferencia entre gastos e ingresos, expresada en porcentaje de los ingresos. El estado como una familia: con sus ingresos y sus gastos. No el estado como si fuera toda la economía española y pudiera “tirar” de todo el PIB para pagar sus gastos.


Primero, la diferencia de gastos - ingresos en términos absolutos.






Y, por último, la diferencia en términos relativos.




Como ven, en 2007 el estado español gastaba un 4,7% menos de lo que ingresaba. En 2009 gastó un ¡¡¡31,8%!!! más de lo que ingresó. Y en 2011 los gastos todavía superan a los ingresos en un 24,2%.


La diferencia máxima que había podido observarse en la serie histórica se dio en 1995, un 19,3%, unos 12 puntos porcentuales menos que en el máximo actual.


Esa es la auténtica dimensión del problema del déficit público.


Gastamos casi un 25% más de lo que ingresamos.


En una familia, esto sería un problema gravísimo, pero quizá, por lo pronto, esa familia tendrá ahorros con los que sufragar esa diferencia y lo más normal es que haga todo lo posible por aumentar sus ingresos y, si esto no es posible, reducir sus gastos, también en la medida de lo posible. Y si, con todo ello, no puede cubrir la diferencia, tendrá que endeudarse.


Nuestro estado no tenía ahorros (o apenas los tenía). Es decir, mientras no reduce la diferencia entre gastos e ingresos, recortando unos y aumentando los otros, ha de endeudarse..., si es que le prestan, y si es que le prestan a unos tipos de interés que le permitan ir devolviendo lo prestado.


Gastamos casi un 25% más de lo que ingresamos. Si queremos tener unas cuentas públicas equilibradas, o aumentamos los ingresos en un 25% o reducimos los gastos en un 20%, o combinamos ambos tipos de medidas para producir el mismo efecto. Esto es lo que hay.

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15.5.12

España: gasto público en sanidad (1961-2012)

En la línea de mi última anotación (sobre el gasto público en educación), hoy querría aportar algunas cifras de contexto para entender lo que significaría el posible recorte de 7.000 millones de gasto público sanitario que ha propuesto (no sé si es ésta la palabra, la verdad) el gobierno central a las comunidades autónomas. En este caso contamos con una serie elaborada por el Ministerio de Sanidad que cubre desde 1960 a 2005. Podemos completarla hasta 2010 con una de Eurostat con datos muy, muy parecidos. De 2011 no tenemos datos, pero he supuesto que el gasto habría caído en la misma proporción que lo hizo en 2010. Téngase en cuenta que esta estimación puede estar muy equivocada: el gasto puede haberse comportado de modo muy distinto, lo que alteraría, sobre todo, el cálculo del porcentaje de caída.

Así, el gasto en los últimos años (en millones de euros corrientes) habría sido de:

  • 2009 (Eurostat) - 71.439
  • 2010 (Eurostat) - 68.656
  • 2011 (estimación gruesa) - 65.981

En 2012 el gobierno central propone recortar 7.000 millones de euros, en el paquete de 10.000 que incluye los 3.000 millones de recorte en educación.

Si la estimación de 2011 tuviera visos de realidad, el gasto hipotético de 2012 (sin considerar otros posibles recortes y suponiendo que el recorte previsto se lleva a cabo) sería de 58.981 millones de euros y el recorte ascendería a un 10,6% de la cifra estimada (ojo, de manera muy gruesa) para 2011.

En el gráfico siguiente podemos ver cuánto nos retrotrae ese hipotético recorte, tanto en términos corrientes como constantes (deflactando el gasto corriente con el IPC). Hagan click para ampliarlo, por favor.


En términos corrientes, volveríamos, más o menos, al año 2007. En términos de moneda constante, volveríamos a las cifras de 2005.

En el gráfico siguiente recojo las mismas cifras expresadas en términos de la población total. Es decir, son cifras de gasto sanitario público per cápita. Sería mejor calcularlas teniendo en cuenta cómo ha ido variando la estructura de edades de la población, pues no se gasta lo mismo en todas las edades, pero ese cálculo es para especialistas. De nuevo, click para ampliar.



En este caso, el hipotético gasto per cápita de 2012 (unos 1.280 euros) nos llevaría a 2006 en moneda corriente y a 2004 en moneda constante.


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9.5.12

El gasto público en educación y el posible recorte

Como todos saben, el gobierno central ha instado a las comunidades autónomas a que recorten 3.000 millones de euros en las partidas dedicadas a financiar el sistema de enseñanza, y ha promulgado algunas medidas para ayudarles a cumplir tal fin. Independientemente de lo que yo piense acerca de la bondad del recorte o del procedimiento elegido para llevarlo a cabo, algo que echo mucho de menos en la discusión sobre el tema es la información de contexto que nos permita saber lo que supone una cifra tal.

Es decir, nos hace falta saber a cuánto asciende el gasto público anual en el sistema de enseñanza y cómo ha evolucionado en los últimos años. No es tan difícil, aunque tenemos el problema de no contar con datos para 2011.

Las cifras de gasto público (ejecutado) en educación las publica el Ministerio en su página web, y tienen datos hasta 2009. Eurostat también nos proporciona una serie de gasto público en educación, casi idéntica a la del Ministerio. Tiene la ventaja de incluir el dato de 2010, por lo que nos sirve para completar la serie del Ministerio. Para 2011 no contamos con cifras, por lo que nos tendrá que valer con una estimación gruesa: yo he supuesto que la caída del gasto en 2011 ha sido la misma, en términos porcentuales, que la que tuvo lugar en 2010.

En definitiva, los datos serían los siguientes:

  • 2009 (Ministerio) - 53.092 millones de euros
  • 2010 (Eurostat) - 51.511 millones de euros
  • 2011 (estimación gruesa) - 50.120 millones de euros

Para 2012, si no he entendido mal la información sobre los Presupuestos Generales del Estado, el Ministerio, del gasto que él efectúa, recortará 833 millones. A ellos habrá que sumar los 3.000 millones que habrán de recortar (si lo hacen) las comunidades autónomas. (Quizá me estoy liando y los 833 millones están incluidos en los 3.000, pero creo que no.)

Es decir, el recorte hipotético sería de 3.833 millones. Eso supondría un 7,6% de recorte. ¿Mucho o poco? Eso depende del punto de vista de quien lo juzga. Por mi parte, aporto el siguiente gráfico, en el que se observa la evolución del gasto público en educación desde 1992, tanto en moneda corriente como en moneda constante (deflactando las cifras con el valor del IPC). Así podremos ver hasta cuándo nos "retrotrae" el posible recorte. Hagan click en él para verlo bien.


En términos corrientes, nos situaríamos, más o menos, en el gasto público en educación de 2007. En términos reales (descontado el IPC), nos situaríamos, más o menos, en el nivel de 2005.

So it goes.

25.11.11

¿Un 60% de asalariados gana 1.000 euros o menos? Va a ser que no

Estos días ha vuelto a correr la especie de que un 60% de los asalariados españoles son mileuristas (o ganan menos). Josu se ha ocupado de mostrar cómo la interpretación habitual de la estadística en que se basa esta afirmación es errónea.

Lo bueno es que hoy mismo el INE ha publicado los últimos datos de una información muy rigurosa sobre la distribución de los asalariados según su salario (salario neto, incluyendo pagas extras y otros ingresos de periodicidad no mensual, prorrateados a 12 meses) (*) que nos permiten cerciorarnos de que, efectivamente, la interpretación del 60% es errónea. Se trata de la estadística llamada "Decil de salarios del trabajo principal", correspondiente, en este caso, al año 2010. Como puede comprobarse en la nota metodológica correspondiente, se basa en la EPA y en una variedad de registros, sobre todo en fuentes fiscales (declaraciones de la renta). Con esos datos, lo que publica el INE es la distribución de los asalariados por deciles de ingresos mensuales, es decir, por grupos del 10% de la población asalariada ordenados de menor a mayor ingreso.

Los datos fundamentales son los que recojo en el cuadro siguiente (hagan click en él para verlo mejor).


Da la casualidad de que el límite inferior del tercer decil se aproxima mucho a los 1.000 euros (1.034,59), por lo que, sin mucho error, podemos decir que un 20% de los asalariados gana menos de 1.000 euros netos al mes.

En realidad, si nos limitamos a los asalariados con jornada completa, el porcentaje es mucho menor, de un 9,5%, puesto que quienes "engordan" esos deciles inferiores son los asalariados que trabajan con jornada parcial. Como se ve, casi todos los que ganan menos de 716,64 euros al mes son asalariados con jornada parcial (el 87,8%) y representan una porción considerable en el decil inmediatamente superior (30,8%).

Quizá en años anteriores (compruébenlo con la misma fuente) el porcentaje de mileuristas (o menos) haya sido algo mayor, pues el paro ha debido de afectarles especialmente, pero no creo que haya llegado nunca a cifras del 60%.

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ACTUALIZACIÓN (25-11-2011, 23:58)

Me advierte Josu de que hay una cierta discrepancia en cómo informa el INE acerca de los valores de los deciles de salarios. En la nota metodológica hablan siempre de salario mensual neto (es decir, descontadas retenciones de impuestos y cotizaciones sociales). Sin embargo, aquí hablan de salario bruto. Si así fuera, habría que aplicar algunos descuentos a los datos del cuadro, y, probablemente, el porcentaje de mileuristas tal como solemos entenderlo (es decir, pensando en el salario neto) aumentaría, pero en ningún caso hasta el 60%.

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21.11.11

A toro pasado

La verdad es que, a toro pasado (así cualquiera), no había tantas razones para imaginar que el resultado de las elecciones del día 20 no fuera a ser muy negativo para el PSOE. Josu lo argumentó bastante bien hace un par de días.

Los signos estaban escritos en la pared, al menos en la de los barómetros del CIS.

En el siguiente gráfico (hagan click en él para ampliarlo) se observa la evolución de las opiniones medias sobre la situación económica de España (la actual y la prevista para el año siguiente) desde la primavera de 1994 hasta octubre de 2011.


Como se observa fácilmente, el juicio sobre la situación actual estaba en este último octubre en los niveles más bajos de toda la serie, y bastante por debajo de los mínimos anteriores, los correspondientes a la crisis de 1993-1994. Por entonces, además, dicho juicio se movía al alza, mientras que en la actualidad camina hacia niveles todavía más bajos. Las perspectivas sobre el futuro tampoco son muy halagüeñas.

En este otro gráfico (ya saben, click), se observa cómo el juicio sobre la situación política también estaba en mínimos.


En principio, que el juicio sea relativamente negativo redunda en perjuicio del partido en el gobierno. En 1994-1995 alcanzó los mínimos anteriores, lo cual pagó el PSOE perdiendo, por poco, las elecciones de 1996. En marzo de 2003 encontramos un nuevo punto mínimo (no tan bajo como en 1995), coincidente con la guerra de Irak. El mínimo actual es un mínimo de mínimos, por lo que (repito, a toro pasado) era lógico que, como poco, el castigo del gobierno fuera superior al de 1996. La evolución de la autoidentificación ideológica media también apuntaba a un distanciamiento del gobierno, al aumentar desde la primavera de 2008 (cuanto mayor la media, más a la derecha) y llegar hasta niveles cercanos a los de comienzos del 2000, año de la primera mayoría absoluta del PP.

En fin, ahora todo se ve muy fácil :-)

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Encuestas electorales y resultados de las elecciones del día 20

Para completar la anotación del otro día, hoy corresponde comprobar en qué medida han "acertado" las encuestas preelectorales en sus previsiones de voto para el PP y el PSOE. En el cuadro siguiente están los datos correspondientes a las últimas encuestas publicadas por cada medio, además de la del CIS. Tienen que hacer click en él para poder verlo (mis limitaciones con las tablas en Blogger siguen siendo las mismas que hace años, sorry).


Da la impresión de que la empresa de campo que más "acertó" fue el Instituto Noxa, en una encuesta para La Vanguardia. Apenas le añadió una décima al PP y 1,4 puntos al PSOE, lo que supone un error absoluto total de 1,5, inferior incluso al obtenido por TNS Demoscopia en su encuesta a pie de urna (2,4 puntos).

El menor error con respecto al PP le correspondió al Instituto Noxa y el menor respecto al PSOE a unos recién llegados al mundillo de las encuestas preelectorales, la Fundación Ortega, pues "clavaron" su resultado, si bien sobreestimaron bastante el del PP. El menor error respecto de la diferencia entre ambos le correspondió al CIS (+0,8).

La media de las encuestas habría sobreestimado al PP en 1,2 puntos, y al PSOE en 2,1. En general, han tendido a infraestimar a los partidos menores, entre los que destacaría, probablemente, CiU, a quien ninguna encuesta le otorgaba por encima del 4% de los votos desde hace muchos meses.

En definitiva, esta vez las encuestas se han equivocado relativamente poco en los resultados fundamentales (grandísima distancia entre PP y PSOE), aunque habrían sobreestimado algo el voto a los dos grandes partidos.

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13.11.11

Encuestas electorales

Como recordatorio para el público en general y para medios de comunicación, incluyo a continuación las predicciones de las encuestas electorales para las cinco últimas legislaturas. Nos sirven para establecer la distancia necesaria y no ... dejarnos llevar.

En la actualidad, las encuestas publicadas estiman una distancia entre el PP y el PSOE de unos 15 puntos favorables al primero. La distancia parece estable desde principios de 2011, con algunos altibajos y con una mínima tendencia al alza reciente. No hagan demasiado caso, de todos modos, a la curva de ajuste: está puesta para mostrar la tendencia grosso modo, pero no tiene por qué representar el mejor modelo para interpretar los datos. Quince puntos a favor del PP, o de cualquier partido, es una barbaridad, al menos desde 1993.



En 2008 el conjunto de las encuestas preelectorales públicas "acertaron", de nuevo grosso modo. La diferencia real fue de cuatro puntos porcentuales a favor del PSOE. Quitando un caso muy desviado, el rango de las encuestas se situó, aproximadamente, entre +1 puntos y + 7 puntos.




En 2004, las encuestas públicas se equivocaron, aunque hay que recordar el acontecimiento extraordinario del atentado del 11-M. De todos modos, daba la impresión de que la distancia a favor del PP se recortaba. No tanto, y no tan rápido como sugieren los resultados definitivos. Las últimas encuestas apuntaban a un rango favorable al PP de +2 a +6 puntos porcentuales; el resultado fue de -4,9.



En 2000 las encuestas públicas también se equivocaron, y por mucho. El "consenso" se estableció entre los 4/5 puntos a favor del PP, pero éste acabó distanciándose del PSOE en 10,4 puntos. Se trata de la distancia que va de una mayoría simple a una mayoría absoluta muy clara.



Mi legislatura preferida, en términos de encuestas, es la de 1993 a 1996. Es la legislatura del "cuidado, cuidado, todo puede suceder", o la de los "dos telediarios" que le faltaron al PSOE para igualar al PP, o superarlo, como recuerda estos días Felipe González (¿qué querrá decir?). Las encuestas públicas, o, al menos, las del CIS, las únicas de las que es relativamente fácil obtener datos hoy día, marcaban una diferencia favorable al PP de unos 7 puntos. Sin embargo, apenas obtuvo 1,2 puntos porcentuales sobre el PSOE. El gráfico siguiente es interesante porque también incluye una encuesta del CIS llevada a cabo los últimos días de la campaña electoral y, por tanto, no publicada en su momento, y que, aparentemente, apuntaba a una distancia muy reducida, de algo más de 2 puntos.


Hoy la diferencia es, más o menos, del doble de esos 7 puntos, por lo que si el PSOE fuera capaz de recuperar los 6 puntos que, aparentemente (aparentemente: nunca se sabe hasta qué punto las encuestas reflejan de verdad las preferencias de los encuestados, suponiendo que ellos mismos las tengan claras), recuperó el PSOE en 1996, todavía le quedaría al PP una distancia favorable de unos 7 u 8 puntos. Mucha, pero no la distancia abismal que sugieren ahora las encuestas.

Si quieren que les diga lo que yo pienso al respecto..., lo llevan claro. Demasiadas veces he obtenido el premio "ojo de lince" con mis amigos como para ponerme a pronosticar resultados electorales ;-)

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