No sé qué persigue el Ministerio de Trabajo titulando así la
presentación de un
estudio sobre la dedicación al estudio o al trabajo de los jóvenes inmigrantes de 16 a 25 años:
La tasa de escolarización de los hijos de los inmigrantes entre 16 y 25
años es similar a la de los españoles
¿Quieren decir que tienen las mismas oportunidades de estudiar que los españoles? ¿Quieren decir que tratamos a quienes vienen de fuera también tan bien como tratamos a los españoles? ¿Quieren decir que todo marcha estupendamente? No lo sé. Lo que sí sé es que los datos son erróneos.
Hay que tener en cuenta que la encuesta utilizada para hacer esa afirmación no es representativa ni de las personas extranjeras que había en 2002/03, cuando se hizo, ni de las que podríamos considerar inmigrantes. Por lo pronto, tan sólo se ha entrevistado a marroquíes, peruanos y dominicanos. ¿Y qué fue de ecuatorianos o rumanos, por ejemplo?
De todos modos, aun suponiendo que, grosso modo, lo que les pasaba a los marroquíes, peruanos y dominicanos por entonces fuera representativo de los "inmigrantes", la comparación con los españoles está, simplemente, mal hecha.
Así argumentan los autores del estudio:
Si en la tabla se suman los que "sólo estudian" a los que "estudian y trabajan", aparece que el 52,2% de los hijos de inmigrantes entre los 16 y los 25 años de nuestra muestra siguen escolarizados. Esta proporción es algo superior a la de los españoles en el mismo intervalo de edad que es del 50.8% según datos del Censo 2001 (29).
Suman los que "sólo estudian" (39,7%) y los que "estudian y trabajan" (12,6%) y así les sale que son más que el 50,8% de los españoles según el Censo de 2001.
Con los datos del censo disponibles aquí, puede comprobarse lo siguiente. Había, efectivamente, 2.853.927 estudiantes (entendidos en sentido lato) de un total de 5.615.566 personas de 16 a 25 años, es decir, un 50,8%. Pero, ya puestos, podrían haber comprobado qué porcentaje de estudiantes había entre los extranjeros de esas edades: de un total de 282.016, había 70.235 estudiantes, esto es, un 24,9%. Es decir, menos de la mitad que los españoles. ¿Cómo pueden entonces decir que su tasa de escolarización es parecida?
A lo mejor es que, como en su muestra sólo hay marroquíes, dominicanos y peruanos, los resultados son distintos. Veamos. En el cuadro siguiente se recogen, también según el Censo de 2001, los datos para las personas de 15 a 24 años (lo más próximo al tramo de 16 a 25 que se puede conseguir directamente).
España, 2001. Población de 15 a 24 por status de estudiantes y nacionalidad |
|
| España | Marruecos | R. Dom. | Perú | Total "extr." |
Total |
| 5.385.154 | 51.309 | 6.620 | 5.557 | 63.486 |
Estudiantes |
| 3.096.830 | 12.243 | 2.661 | 2.593 | 17.497 |
En % |
| 57,5 | 23,9 | 40,2 | 46,7 | 27,6 |
Fuente: elaboración propia con datos del Censo de Población de 2001. |
En esas edades, el 57,5% de los españoles era estudiante (repito, en sentido lato), frente a un 27,6% del conjunto de marroquíes, dominicanos y peruanos. De nuevo, no se ve la similitud por ningún sitio. Los datos de peruanos y dominicanos son, de todos modos, más cercanos.
Quizá lo que ocurre es que peruanos y dominicanos estaban muy sobrerrepresentados en su muestra. A ver: entre los de 15 a 24, con los datos del cuadro, los marroquíes eran el 81%, los dominicanos el 10% y los peruanos el 9%. La muestra que se maneja en el estudio tiene un 47% de marroquíes, un 21% de dominicanos, un 25% de peruanos y un 7% de nacionalidad mixta. Es decir, con toda seguridad, están muy infrarrepresentados los marroquíes, y muy sobrerrepresentados las otras dos nacionalidades. Es decir, la muestra ni siquiera representa al conjunto de esas nacionalidades.
Y no se crean que esto era así en 2001 y ya no es así. Con los datos del primer trimestre de 2006 de la EPA podemos saber que el porcentaje de inactivos (sobre todo estudiantes) entre los españoles de 16 a 24 era del 51%, mientras que el del total de extranjeros era del 35%, idéntico al de extranjeros procedentes de América Latina, y el de los del "resto del mundo" era del 45%. Ambos (35 y 45%) más bajos que el porcentaje español, aunque quizá más cercanos de lo que estaban en 2001.
En definitiva, la afirmación (¿interesada?) del MTAS y de los autores del estudio se sostiene en una encuesta no representativa de la situación de los jóvenes extranjeros en España ni de los grupos de nacionalidades reflejados en ella. Para ese viaje, deberían haber utilizado las alforjas del Censo de Población o de la EPA.