WonkaPistas

30.3.06

Los adolescentes americanos se caen de sueño

Supongo que los españoles también, pero aquí no solemos hacer las estupendas encuestas que se llevan a cabo en Estados Unidos (1). A la que me refiero se llama 2006 Sleep in America poll y está hecha a adolescentes de 11 a 17 años y a uno de sus padres (o cuidadores, caregivers).

Según cuentan en la página antes mencionada de la National Sleep Foundation, pocos adolescentes duermen las nueve horas de media recomendadas por los expertos. Al parecer, los ciclos circadianos de los adolescentes son distintos de los de los niños, lo que les lleva a tener sueño más tarde y, por tanto, les llevaría a despertarse, también más tarde. Digamos que se acostarían, por inclinación natural, a las 11 pm y se levantarían (o deberían levantarse, esto no me queda claro) a las 8 am. El problema es que, por una parte, no pueden levantarse a una hora tan tardía como las 8 porque tienen que ir al instituto y para llegar a tiempo se levantan, más o menos, a las 6.30 am. Por otra parte, tampoco se acuestan cuando se lo pide (naturalmente) el cuerpo, sino más tarde, en parte, según los que elaboran el informe, porque tienen la habitación llena de cachivaches electrónicos (televisor, consola, ordenador, equipo de música, etc.) que les distraen, les llevan a prolongar la actividad más allá de lo debido y les disuaden de las actividades relajantes pre-sueño que recomiendan los expertos.

Lo que más hacen los adolescentes antes de acostarse es, como pueden suponer, ver la televisión. En eso no hay grandes diferencias entre chicos y chicas, pero sí las hay en otras actividades, que recojo como curiosidad:

Vaya, las chicas, antes de acostarse, hacen más que los chicos las siguientes actividades: los deberes o estudiar, lectura por entretenimiento y, ejem, hablar por teléfono. Nada sorprendente. Y los chicos hacen más que las chicas: jugar con la consola (o equivalente) y ejercicio físico. Tampoco muy sorprendente. Distintos hasta a la hora de acostarse.

No dejen de echar un vistazo al resto de las averiguaciones de la encuesta. Son muy interesantes.

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(1) Reconozco que, en este caso, no me he puesto a buscar si hay una encuesta parecida en España. Doy por supuesto que no la hay. Ahora, sí que sería muy interesante hacerla, tanto por la materia como por la técnica: encuesta telefónica a chicos y a sus padres. Supongo que algo así nunca se ha hecho en España.

29.3.06

El espejismo del "proceso de Bolonia"

Revisando revistas atrasadas, me he topado con un artículo muy bueno de Julio Carabaña. Se titula "Bolonia: ¿otro espejismo europeo?". Ha salido publicado en el número de marzo de Cuadernos de Información Económica, de Funcas. Es un artículo lúcido y crítico acerca del proceso de Bolonia y de lo que está implicando para la universidad española. Llega a tres conclusiones principales, que yo comparto al cien por cien:

Anticipo las tres conclusiones más importantes a que he llegado tras mi modesto estudio. La primera es que, en efecto, la única cuestión sustantiva es la de las competencias profesionales que se concedan a los estudios cortos y a los largos. La segunda es que el programa de Bolonia no conduce ni siquiera lógicamente a los objetivos que dice pretender. La tercera es que en cualquier caso nuestra ordenación universitaria actual está ya tan adaptada al Espacio Europeo de Educación Superior (en adelante EEES) como cualquier otro país y que estamos haciendo otro ejercicio de hipereuropeismo.

Si caben adaptaciones nominales, flexibles o drásticas a los compromisos adquiridos en el proceso de Bolonia, los españoles, más europeístas que Zeus, hemos optado, sin que nadie nos obligara, por una drástica, a pesar (un gran pesar, en realidad) de que nuestra estructura de títulos, pues de esto se trata, fuera de las más similares a la propuesta en Bolonia. Dice Carabaña que esto es así, ejem, nada menos que desde la Ley General de Educación de 1970, y tiene razón. Así lo dice:

Resultado en parte de la inercia de la tradición y en parte de los impulsos de reforma y renovación, nuestro sistema universitario está actualmente formado por primeros ciclos de tres años, segundos ciclos de dos años y títulos integrados de cuatro o cinco años muchos de ellos con dos ciclos. Esta estructura cumple ya con el programa de Bolonia mucho más que la adoptada en Alemania en 1998, que se limita a establecer títulos cortos sin prácticamente estructura cíclica. Podríamos incluso describir los acuerdos de Bolonia diciendo que consisten en que todos los países europeos adopten el modelo español de ordenación universitaria. Quizás sea esto un poco exagerado, pero no es mala manera de decir que podíamos habernos quedado quietos.

Josu, de Malaprensa, advirtió hace tiempo acerca de algo parecido:

Primero, el proceso de Bolonia no tiene ninguna fuerza legal. No hay directivas, ni tratados internacionales, ni nada. La declaración de Bolonia es un acuerdo informal de ministros de educación [...] al que se han ido adhiriendo países, que sólo les "obliga" en la medida en la que ellos mismos lo vayan determinando, y hasta donde, con su buen juicio les parezca oportuno.

Segundo, y más importante. La interpretación que se ha hecho en España del acuerdo es en muchos aspectos contraria a la que se hace en otros países, y en mi modesta opinión, opuesta a sus propios principios. Me podría pasar muchas horas escribiendo sobre esto, pero me concentraré (por hoy) en el punto de la reducción de las carreras, de 140 a 77, según la última propuesta que anda circulando [...] Eso, simple y llanamente, no es un mandato de Bolonia, como se puede demostrar por dos vías. Por la lógica y por la empírica.

La lógica: si Bolonia obligara a reducir y armonizar los títulos, para que supuestamente fueran similares u homogéneos ¿no debería esto hacerse coordinadamente entre todos los países participantes? Pero no es así como se está haciendo aquí: la propuesta de reducción de títulos que se está discutiendo ahora es un proceso solamente español. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Proponer a todos los europeos que adopten nuestra lista de 77 carreras? ¿O quizá, dentro de 2 ó 3 años, hacer una segunda ronda de armonización, esta vez sí europea, de modo que las carreras en España cambien dos veces en un lustro? Es absurdo.

También muy crítico con el proceso se mostró un estudioso de nuestro sistema universitario, José-Ginés Mora, de lo que ya nos ocupamos aquí hace varios meses.

En una línea más optimista, algunos, como Juan Freire (quien, por cierto, tiene juicios de lo más razonables sobre educación superior), pensaron que este nuevo proceso de reformas podía ser un buena excusa u oportunidad para mejorar la calidad de la enseñanza universitaria, aunque no parece que esa oportunidad se esté aprovechando, al decir del mismo Freire. Les copio el comentario que puse en su momento en su blog:

He estado revisando últimamente las declaraciones de los ministros del Proceso de Bolonia, así lo llaman. Puro hueso, y un poco de piel. Cuando leo lo de la "comparabilidad", "compatibilidad" y, lo peor, la "legibilidad" (readability) de los sistemas universitarios como medio para conseguir que sean mucho mejores, me quedo mudo. Juan es, claramente, un optimista antropológico. Yo, no tanto. No sé cómo de ahí, a pesar de toda la astucia de la razón hegeliana que queramos, puede salir una mejora. Sobre todo, no veo por qué estudiantes, profesores y demás implicados van a optar por el cambio. ¿Qué ganan haciéndolo? Y ¿qué pierden no haciéndolo?

Pues eso, que me quedo mudo, pero otros, como Julio Carabaña o el mismo Josu (o Juan Freire), no. Léanlos, please.

28.3.06

A qué edad se separan/divorcian más los españoles

"La crisis marital de los cuarenta (¿o es de los veinte?)" es el título de mi contribución de hoy a Malaprensa (Josu está muy liado y no da abasto). Trata de cómo se equivocan unos periodistas al estimar las edades en las que los matrimonios pasan una fase "crítica" que lleva a algunos o bastantes de ellos a romperse. Los periodistas creen que la fase "crítica" se sitúa entre los 35 y los 40. En realidad, es anterior (bastante anterior para las separaciones). Más allá del ejemplo de Malaprensa, puede interesarles un cuadro en el que se contienen las tasas de divorcio (y de separación) por sexos y por edades para el año 2001. No son datos que se manejen habitualmente en la discusión.

27.3.06

Liberen nuestros datos

Gracias a Juan Freire me entero de una iniciativa ciudadana en el Reino Unido denominada "free your data". Aspira a que las autoridades públicas permitan el acceso libre y gratuito a los datos generados con los impuestos de los británicos. Así se acabaría con una situación en la que se "restringe la innovación y se restringe artificialmente el número y variedad de organizaciones que pueden ofrecer servicios basados en datos de mucha utilidad--que [los] impuestos [de los británicos] han contribuido a recoger".

No puedo estar más de acuerdo con una iniciativa así, como ya he manifestado en alguna ocasión. Incluso, me conformaría, por ahora, con que muchos de los datos generados por nuestras administraciones gracias a nuestros impuestos estuvieran, simplemente, disponibles, incluso pagando un precio por ellos. Hay muchísimas bases de datos que pueden anonimizarse (perdón por el palabro) y que pueden ser muy útiles para el conocimiento de nuestra sociedad, nuestra economía, nuestro medio ambiente, etc., y que duermen en el sueño de los justos (burócratas, claro). Podrían comenzar, por ejemplo, por permitir a los estudiosos de la educación en España el acceso a las bases de datos de todos los tests aplicados por el Inecse (antiguo INCE) a alumnos de primaria o secundaria, que ya son unos cuantos.

A ver cuándo montamos en España una iniciativa similar. Yo me apuntaría.

24.3.06

"De siempre", las universitarias se han casado menos (gráficos curiosos XXVIII)

Leyendo hace unos días una noticia (que no encuentro ahora mismo) sobre las dificultades que tienen las mujeres inteligentes, o las que tienen un título universitario, en particular, para encontrar una pareja (masculina, se entiende) adecuada, pensé si esto era un fenómeno reciente o si había sido también en el pasado. En principio, esas dificultades derivan de un mayor nivel de exigencia en esas mujeres, las cuales, por otra parte, plantearán sus vidas como menos centradas en el matrimonio y la formación de una familia, y más en sus propias carreras profesionales. Esto es sabido.

Afortunadamente, tenemos los datos del Censo del 2001 para hacernos una idea de hasta qué punto estas dificultades (o mayores exigencias) se daban en el pasado. La respuesta es: se daban tanto como ahora, aparentemente. Vean el siguiente gráfico (ya saben, hagan click para ampliar).



Olvidándonos, para esta ocasión, de los datos de las mujeres más jóvenes, que no habrían cubierto por completo su ciclo vital matrimonial, y que, como sabemos, tienden a formar parejas sin casarse más que en el pasado, podemos ver qué el porcentaje de mujeres universitarias (tercer grado) alguna vez casadas, es el más bajo para todas las cohortes de edad incluidas. Incluso parece que para las mujeres que nacieron hace 80 ó 90 años fue más bajo todavía (1).


No ocurre lo mismo con los varones con estudios universitarios. Vean.




La tasa de nupcialidad de los varones universitarios siempre ha sido alta, muy parecida a la de los varones con otros niveles de estudios. Otra diferencia interesante es que, si bien las mujeres sin estudios se casaban como las que más, no ocurre lo mismo con los hombres sin estudios, más o menos desde los que nacieron hace unos 50 años. La diferencia con el resto, de todos modos es pequeña.


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(1) Otro dato aparentemente curioso es la gran caída de la tasa de nupcialidad de las mujeres analfabetas. Yo creo que lo único que ocurre es que en ese grupo van quedando sólo las mujeres (o los hombres en el caso del segundo gráfico) que tienen algún tipo de discapacidad psíquica y no aprenden ni siquiera a leer. Piensen en que el número de mujeres (o de varones), por ejemplo, de 30 a 34 años debe de ser pequeñísimo.

22.3.06

Errores numéricos en una noticia sobre las Matemáticas en España

"El paro se multiplica por siete entre los matemáticos.... ¿seguro?" es mi contribución de hoy a Malaprensa. Échenle un vistazo si no lo han hecho todavía, les resultará entretenida. Es una noticia sobre la situación de las Matemáticas en España, pero el periodista que la escribe parece "analfanumérico". Para él 22,46 : 3,61 son 7 ó 3, según el punto que elijan de la noticia. En ningún lugar, por cierto, aparece el resultado correcto. Además, el periodista muestra el muy limitado alcance de sus conocimientos sobre la realidad económica y social española al titular, sin asomo de duda, que el paro entre los licenciados en Matemáticas se ha multiplicado por siete. Y eso habría ocurrido entre 1999 y 2003. ¿Les suena que haya aumentado el paro en esos años? ¿A que no? Al periodista no le suena nada.

21.3.06

SOS Racismo "ataca" de nuevo

Estoy casi seguro de que organizaciones sociales como SOS Racismo llevan a cabo una labor laudable y necesaria (bueno, a veces no estoy del todo seguro sobre todas sus actividades, pero éste no es el tema). Sin embargo, creo que, por promover un estado de conciencia en la población y, de paso, hacer ver lo necesarias que son, tienden, casi sin querer, a exagerar los problemas de los que se ocupan, en este caso, el de las actitudes y comportamientos racistas de los particulares y trabajadores públicos españoles. No tengo ni idea de si las actitudes y comportamientos racistas están en claro aumento en España. Mi impresión es que, de estarlo, el crecimiento sería paulatino y con idas y venidas que tienen mucho que ver con la presencia de las cuestiones de inmigración en los medios de comunicación.

De lo que sí estoy seguro es de que las cifras que nos ofrece SOS Racismo para convencernos de esa tendencia no sirven para ello. Ya me ocupé de ellas hace casi ocho meses, pero, como la vida de estas organizaciones es tal que el eterno retorno nietzscheiano, a uno no le queda más remedio que retornar también. En su última memoria nos dicen que el número de denuncias presentadas ante ellos (operan en Cataluña) ha aumentado entre 2004 y 2005, de 131 a 151 (datos aquí; conclusiones, en tono bastante exagerado, la verdad, aquí). Nada menos que un 15% de aumento. El problema es, primero, que, como siempre, una golondrina no hace verano, esto es, un año no marca ninguna tendencia, y, segundo, esos datos desnudos dicen bastante poco si no sabemos cuántos extranjeros hay en Cataluña. Lo mejor es que la propia SOS Racisme, en su página web, nos proporciona datos como para ver si hay alguna tendencia desde el año 2000. Véanlos.


"Racismo" en Cataluña
Año Denuncias por "racismo"
presentadas ante SOS
Racisme (A)
Nº de extranjeros
en Cataluña (B)
A/B
x 10.000
2000 129 181.598 7,10
2001 145 257.354 5,63
2002 156 382.067 4,08
2003 116 543.008 2,14
2004 131 642.846 2,04
2005 151 798.904 1,89
Fuente: elaboración propia con datos de SOS Racisme (www.sosracisme.org) e INE (Padrón municipal; www.ine.es).

Efectivamente, han aumentado las denuncias, pero, ojo, también ha aumentado el número de extranjeros que viven en Cataluña, y lo ha hecho en más de un 15% (en un 24%, para ser precisos). En realidad, desde que contamos con este tipo de datos, el número de denuncias por cada 10.000 extranjeros que viven en Cataluña no ha hecho más que caer, desde 7,10 por diez mil en el año 2000 a 1,89 por diez mil en 2005. Vistas las cosas en términos relativos, a mí me da la impresión de que si aceptamos que el indicador de las denuncias ante SOS Racisme sirve para algo ("a big if", como dicen los anglos), entonces, los comportamientos racistas estarían, más bien, a la baja. Justo lo contrario de lo que pretende la organización hacernos creer.

18.3.06

¿Los jóvenes madrileños se emborrachan casi 3 veces cada mes?

Con motivo, supongo, del tan traído "macrobotellón" nacional, el gerente de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid nos ha contado las cifras de consumo de alcohol entre escolares de 14 a 18 años. La más llamativa: "se emborrachan una media de 2,7 veces al mes". Palabrita del niño Jesús, que no sólo lo he leído en los periódicos, sino que acabo de ver al tal gerente en la tele diciéndolo. Sin queren quitar gravedad al hecho de que el consumo habitual de alcohol entre los jóvenes pueda ser muy elevado, y preocupante, a mí esa cifra me parece exagerada.

La fuente de dicha información son los datos de la Encuesta Escolar sobre Drogas en Madrid (2004), que forma parte de una que se hace a escala nacional (el informe de ésta, aquí). No he conseguido encontrar los datos de Madrid. De todos modos, no creo que sean muy distintos de la media nacional. Si es así, como no tengo datos de frecuencia de borracheras para el total de la muestra, sino para chicos/chicas, voy a suponer que la media para chicos es de 3 al mes. Resulta que sólo un 37% de los chicos se ha emborrachado en el último mes. De manera que si a 100 chicos les correspondería 300 borracheras (3 de media x 100 chicos), esas 300 las habrían experimentado 37, por lo que su media mensual sería de 8,1. O sea, tendríamos un 37% de los jóvenes españoles (o madrileños, tanto da, creo), emborrachándose dos veces por semana. Me sigue pareciendo mucho.

Buscando, buscando, sí he encontrado los informes de esa encuesta para Aragón y para La Rioja. Aparentemente, los ha redactado el mismo equipo, pues, en lo que toca a las borracheras en el último mes dicen lo siguiente.

El de Aragón:

Restringiendo el análisis a estos últimos 30 días, un 43‚1% de los alumnos declaran haberse emborrachado en este periodo de tiempo, para el cual la media de borracheras alcanza el valor de 2,8: 2,9 para los chicos y 2,6 para las chicas.

El de La Rioja

Restringiendo el análisis a estos últimos 30 días, un 32,2% de los alumnos declaran haberse emborrachado en este periodo de tiempo, para el cual la media de borracheras alcanza el valor de 2,6: 3,0 para los chicos y 2,3 para las chicas.

Si yo no me equivoco en la lectura de estos textos (y si el redactor, a su vez, nos ha contado bien las cosas) (1), las medias de borracheras se refieren a los jóvenes que, efectivamente, se emborrachan, no al total de jóvenes.

Si eso es así, y suponiendo que en Madrid se emborrachase cada mes un 37% de los chicos, igual que en el conjunto de España, y, de nuevo, suponiendo que la media de borracheras de los que se emborrachan es de 3 al mes, entonces, la media para el conjunto de chicos sería de 1,11 (37x3/100). Es decir, no 3 veces al mes (o 3 de cada 4 fines de semana, como han contado los periódicos, y no sé si el mismo gerente antidroga), sino 1 vez al mes.

Sigue siendo mucho, pero mal hacemos en exagerar todavía más problemas cuya dimensión real ya es suficientemente grave.


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(1) Supongo que es así, pero acostumbrado a leer muchos informes mal redactados, no sé qué pensar.

17.3.06

Separaciones, divorcios e incentivos

Ayer hizo público el CGPJ un informe sobre los efectos de la última reforma de la regulación del divorcio en España que entró en vigor en julio de 2005. Los resultados son los esperables, teniendo en cuenta que: a) con la nueva reforma, no hace falta pasar por una separación para conseguir el divorcio, y b) es mucho más fácil para cualquiera de los dos cónyuges plantear el divorcio sin dar razones y es mucho más difícil para la contraparte el oponerse. Según los nuevos incentivos, lo lógico es que el número de separaciones baje y suba el de divorcios (pues muchos de éstos ya no tienen que pasar por el paso previo de la separación), y también es lógico que, en términos netos (descontado el efecto anterior), suba el número de divorcios, pues el "precio" de divorciarse ha caído mucho--y, ya se sabe, no todo en la vida es economía, pero si un comportamiento cuesta mucho menos hacerlo, se hará más, seguro.

El CGPJ, sin embargo, en su informe, interpreta los datos que veremos de la siguiente manera:

A falta de que los datos del 2006 lo confirmen, la entrada en vigor de la Ley 15/2005 ha provocado un importante trasvase de los ingresos desde Separaciones hacia divorcios... El número conjunto de separaciones y divorcios se ha incrementado en el segundo semestre de 2005 (un 21,6% más que en el mismo semestre de 2004).

Yo creo que las dos cosas que dice son ciertas, pero que le falta por resaltar que lo que ha crecido enormemente es el número de divorcios, no el conjunto "separaciones+divorcios". Veamos

Éstos son los datos:


1sem04 2sem04 1sem05 2sem05
Divorcios consensuados 15.513 13.099 15.733 36.035
Divorcios no consensuados 11.284 9.604 11704 23.873
Separaciones consensuadas 26.339 24.176 24861 7.791
Separaciones no consensuadas 13.674 13.084 14197 5.225
Total 66.810 59.963 66.495 72.924

El siguiente cuadro recoge (primera fila) la variación porcentual entre los datos del primer semestre de 2005 y los del primer semestre de 2004. Luego (segunda fila), supone que, de no haberse cambiado la ley, el segundo semestre de 2005 se habría comportado con respecto del segundo semestre de 2004 como el primero de 2005 respecto del primero. A continuación (tercera fila), estima cuál habría sido la variación en números absolutos de haberse mantenido la ley anterior. Luego recuerda (cuarta fila) que la ley ha cambiado y la variación absoluta ha sido otra. Y, por último (quinta fila), muestra la variación explicable por el cambio legal, según la hipótesis que manejo.



Divorcios consensuados Divorcios no consensuados Separaciones consensuadas Separaciones no consensuadas
Variación entre primeros semestres, en porcentaje 1,4 3,7 -5,6 3,8
Si no hubiera cambiado nada, el segundo semestre "habría variado" como el primero, con estos porcentajes 1,4 3,7 -5,6 3,8
Y, en números absolutos: 186 357 -1.357 500
Pero ha cambiado la ley, y la variación del 2º semestre en números absolutos es: 22.936 14.269 -16.385 -7.859
Luego, la ley ha provocado estos "cambios extra" (variación real - variación sin ley): 22.750 13.912 -15.028 -8.359


En conjunto, la variación debida al cambio legal en el número de divorcios habría sido de +36.662 (22.750+13.912).

Si sólo se hubiera producido un trasvase separaciones --> divorcios, entonces, el número total de divorcios habría subido sólo lo que han bajado las separaciones (cifra ajustada): 23.388 (15.028 + 8.359).

Por tanto, más allá del efecto "sustitución", habría un efecto "precio" (los divorcios son más baratos que antes) de: 36.662 - 23.388 = 13.274.

Lo cual supone un incremento (por el efecto "precio") del 58,5% (13.274 : 22.703 x 100).

Si no me he equivocado en la hipótesis y/o en las cifras(1), entonces, el efecto "precio" ha sido bastante tremendo. Habrá que ver qué pasa, como dice con el CGPJ, con los datos del primer semestre de 2006, pero, a poco que se parezcan a los del segundo de 2005, la cosa está bastante clara.


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(1) Me quedo con la mosca detrás de la oreja de que se me escapa algo, pero no sé qué.

13.3.06

Catolicismo y SIDA en España (gráficos curiosos XXVII)

Conversando esta mañana sobre la relación entre catolicismo y SIDA en África, y reconociendo, por mi parte, que no tenía mucha idea, se me ha ocurrido que podría intentar observar esa relación con datos españoles. En principio, en la discusión sobre estos temas se manejan dos hipótesis sencillas, quizá burdas, la verdad. Por una parte, muchos critican a la Iglesia católica porque disuade del uso del preservativo, un método bastante eficaz para evitar el contagio del virus. Por otra, la Iglesia promueve, de un modo u otro, una sexualidad que viene muy bien para evitar conductas de riesgo, esto es, una sexualidad monógama basada en la fidelidad de la pareja. En realidad, esas hipótesis sólo valen para el SIDA que se contagia heterosexualmente, no tanto para el que se contagia entre homosexuales (aunque también entre éstos caben comportamientos más o menos promiscuos, y quizá haya una influencia cultural en ellos) o a través de las jeringuillas compartidas entre heroinómanos. En España, la mayor parte de los casos de SIDA son, precisamente, de este último tipo, de contagio por vía parenteral. En segundo lugar estarían los contagios homosexuales entre varones.

Lo curioso es que una primera aproximación gruesa (ojo: gruesa, con datos poco afinados) a los datos sí sugiere (ojo: sugiere, con todas las cautelas, con todos los matices, a falta de comprobar la influencia de terceras variables, etc., etc.) una relación entre ambas variables.



En este primer gráfico tenemos a las CCAA ordenadas según su grado de catolicismo (% que se declara católico en el último barómetro autonómico del CIS) y una medida gruesa de incidencia del SIDA (número de casos acumulados hasta junio de 2005 dividido por la población a 1-1-2005 multiplicado por 1.000; habría sido mejor tomar la media de la población desde 1985 a 2005, aproximadamente, pero no tengo tiempo para tanto; ambos datos recogidos en la página web del INE). Como puede verse, a medida que aumenta el grado de catolicismo, disminuye la incidencia del SIDA.



En el segundo gráfico tenemos datos más desagregados, por provincias. Como no tengo datos de autopercepción religiosa por provincias, he utilizado una variable aproximada, el porcentaje de matrimonios católicos sobre el total (también del INE). Siendo una variable que mide peor el catolicismo que la anterior, con todo, se observa la misma relación que en el gráfico anterior, aunque, en este caso, la fuerza de la relación es menor.

No les canso con más gráficos, pero en los juegos que he hecho relacionando (para CCAA) el grado de catolicismo con las tasas de SIDA según los distintos tipos de contagio (homo, hetero-varones, hetero-mujeres, jeringuillas-varones, jeringuillas-mujeres) las relaciones más fuertes se dan con el contagio por jeringuillas.

Lo cual sugiere un tipo de explicación que complemente o sustituya a la hipótesis de la monogamia y la fidelidad. Probablemente sea del tipo de: en un medio más católico, las conductas o formas de vida poco acordes con la moral católica se darán menos; no parece que la vida de un heroinómano, tal como se han desarrollado típicamente esas vidas (y esas muertes prematuras), sobre todo, en los años ochenta, en condiciones de marginalidad, delincuencia, asocialidad, fuera de las normas habituales, sean muy acordes con esa moral católica--o cristiana, en general. Pero, de nuevo, no he pensado casi nada sobre esto; es una hipótesis construida sobre la marcha.

9.3.06

Inmigrantes en el barrio

Hace dos días se presentó el libro Inmigrantes en el barrio (disponible aquí en un pdf un poco pesado), del que son autoras Carmen González-Enríquez y Berta Álvarez-Miranda. Las conozco personalmente. Ambas son muy buenas investigadoras y, además, Berta es amiga mía. Por ambas razones les recomiendo el libro incluso antes de leerlo. Seguro que está bien hecho. La base del libro son una decena de grupos de discusión celebrados, por un lado, con españoles residentes en zonas con bastante presencia de inmigrantes, y, por otro, con inmigrantes.

He aquí un par de extractos de las conclusiones.

Uno con un toque, más bien, negativo.

Las reacciones de los autóctonos hacia la convivencia con los inmigrantes extranjeros en los barrios de estudio se ven condicionadas por su impresión de estar viviendo un proceso muy rápido e intenso de cambio en su vecindario. Los autóctonos se sienten sorprendidos y abrumados por el número de extranjeros que han venido a establecerse en el vecindario en un periodo de tiempo muy reciente y muy corto. Algunos de los participantes en los grupos de discusión se expresan como si se sintiesen aún incapaces de explicarse y asumir los cambios que presencian en su entorno. Definen los autóctonos ese tipo de sentimiento como una “sensación de invasión” de su territorio, de su casa, de su mundo más inmediato tal y como lo conocían hasta el momento. Invasión implica pérdida, y aunque en algunos casos matizan que se trata de una “invasión pacífica”, implica también la suposición de que una voluntad colectiva anima el movimiento de población.

El desasosiego producido por el mero cambio del paisaje humano del barrio, entendido en estos términos de movimiento colectivo, se ve reforzado por un incremento real y/o imaginado de la delincuencia en las calles de algunos de los barrios observados.
Y otro positivo, que no se diga.
Las expectativas de autóctonos e inmigrantes sobre la evolución futura de las relaciones entre sí tienden a converger en algún punto del futuro, en que tanto unos como otros imaginan una sociedad más integrada, en la cual los actuales roces en la convivencia, la relativa escasez de trato, la competencia por el acceso a los servicios públicos y la extrañeza por las normas culturales y costumbres ajenas se hayan difuminado. A corto plazo, los planes de unos y otros son diversos; encontramos vecinos de origen español que planean mudarse de barrio y otros que pretenden quedarse, junto con vecinos de origen extranjero que sueñan con regresar a su país pronto y otros que se imaginan su vida futura en España. A largo plazo, sin embargo, con escasísimas excepciones, los entrevistados coinciden en confiar en una “integración” mejor de los inmigrantes.

Un trabajo anterior de estas autoras, España ante la inmigración, también está disponible en la web.

Que les aproveche.

8.3.06

Más estadísticas paritarias

Estos días el bombardeo sobre las igualdades y desigualdades de género está siendo muy superior a lo habitual por estas fechas. Yo, a lo mío, al "counter-thinking" y al "counter-statisticsing" (como dice Eduard, de Amapolas Trail). Les ofrezco estas discriminaciones femeninas varias. Según la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo de 2004 (cálculos propios), las mujeres representan el 39% del total de ocupados, pero sólo:

-el 31% de los que tardan más de una hora en llegar desde casa al trabajo (con lo que se puede aprovechar este tiempo para leer, escuchar música y demás placeres del alma)
-el 30% de los trabajadores que van a su trabajo en coche (qué lástima que no puedan disfrutar tanto como los varones de la sensación de velocidad)
-el 28% de los trabajos que siempre requieren esfuerzos físicos (body building pagado por la empresa)
-el 24% de los que trabajan 60 horas o más a la semana (no pueden contribuir al PIB todo lo que podrían)
-el 22% de los que van a su trabajo en moto (¿por qué les está vedado el slalom cotidiano por las calles de la gran ciudad?)
-el 21% de los ocupados que desearían dedicar menos tiempo a su familia (socialización patriarcal, claro)
-el 17% de los trabajos que se realizan siempre en condiciones peligrosas (las emociones siempre para los varones, y rima)
-el 15% de los ocupados que tienen que comer en un restaurante a diario (Mmm, disfrutando del humo secundario..., otra rima fácil, perdón).

Quizá incluya algunas más en otra anotación. Estadísticas tipo reductio ad absurdum podríamos llamarlas.

6.3.06

Estadísticas para el día internacional de la mujer

Toca esta semana celebrar el día internacional de la mujer. El gobierno lo ha hecho con su ley de igualdad. Los periódicos, y las instituciones internacionales, lo hacen a su modo, ilustrándonos con todo tipo de estadísticas en las que se compara la presencia de hombres y de mujeres. Normalmente, como pasó el otro día con el famoso artículo de portada de El País, se trata de mostrar cuán perjudicadas siguen saliendo las mujeres en la división social del trabajo. Por llevar un poco la contraria, aquí van algunas estadísticas en las que se ve que no trae mucha cuenta ser varón, al menos, en España.

El fracaso escolar es más alto entre los varones que entre las mujeres (30 y 22%, respectivamente, en el curso 2002-03, último disponible; véase aquí y aquí).

Los sectores laborales con más riesgo de accidentes, mortales o no, están llenitos de hombres, viceversa los menos "accidentados". Véase aquí.

Un porcentaje mínimo (he visto datos sueltos entre el 5 y el 25%) de las custodias de los hijos se otorgan a los padres.

Un 71 % de las víctimas de homicidio en 2003 fueron varones. Datos aquí.

Un 76% de los que se suicidaron ese mismo año fueron varones. Datos aquí.

Un 77% de los fallecidos en accidentes de tráfico, también en 2003, fueron varones (aquí).

Un 80% de los casos de SIDA hasta mediados de 2005 eran de varones (véase).

Un 83% de las personas sin hogar (2005) son varones. Datos aquí.

Un 92% de los que poblaban nuestras cárceles en 2004 también lo eran (datos aquí). Claro que también son varones la inmensa mayoría de los delincuentes. Por ejemplo, lo son el 89% de los delincuentes juveniles (datos aquí).

La esperanza de vida de los varones era en 1998 de 75,3 años, la de las mujeres de 82,2 (datos aquí). No es de extrañar: nos va más el riesgo...

En fin, hay algunas más, pero casi todas son variaciones de los temas anteriores. Ya les digo, se las recuerdo sólo por llevar la contraria. No pretenden demostrar nada.

3.3.06

Pobreza femenina (o pobreza periodística)

Malaprensa deja hoy por los suelos el artículo de portada de hoy en El País sobre las desigualdades salariales de hombres y mujeres en España. Arcadi Espada también hace unos comentarios pertinentes. Por completar la tarea (esta vez fácil) de demolición, vean los trucos de estas afirmaciones de la periodista.

Las ciudadanas padecen un mayor riesgo de pobreza. De los 4,8 millones de hogares encabezados por mujeres, el 43,3% tienen ingresos inferiores a 14.000 euros anuales (en esta situación está el 28,8% de los hogares donde la persona de referencia es hombres).

No lo dice (para qué van a citar mínimamente bien los periodistas las fuentes estadísticas que usan), pero la referencia del 43,3% con ingresos inferiores a los 14.000 euros anuales procede de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. El dato es cierto, pero, ¿qué significa?

Casi lo único que significa es que entre los hogares encabezados por mujeres están muy sobrerrepresentados los hogares de la tercera edad, que, como es obvio, tienen ingresos relativamente bajos en comparación con el resto, mientras que no sucede lo mismo en el caso de los hogares encabezados por varones. Así puede verse en el cuadro siguiente (construido a partir de la misma fuente).

Hogares por tramos de edad y sexo de la persona de referencia (2003)

Varones Mujeres
De 16 a 29 años 5,0 5,4
De 30 a 44 años 31,9 26,0
De 45 a 64 años 38,7 29,0
65 años ó más 24,4 39,7
Total 100 100


Casi un 40% de los hogares encabezados por mujeres lo están por una mujer mayor de 65 años; lo cual sólo ocurre en el 24% de los encabezados por hombres.


Hogares por sexo de la persona de referencia, edad de la persona de referencia y renta anual neta media por hogar, por persona y por unidad de consumo (2003) (en euros)

Renta media por hogar Renta media por persona Renta media por unidad de consumo
Varones
Total 23.065 7.532 11.828
De 16 a 29 años 18.778 8.225 11.697
De 30 a 44 años 23.235 7.308 12.063
De 45 a 64 años 27.298 7.862 12.424
65 años ó más 17.281 7.063 10.175
Mujeres
Total 18.514 7.743 11.400
De 16 a 29 años 19.396 8.882 12.479
De 30 a 44 años 22.562 7.910 12.514
De 45 a 64 años 23.078 8.006 12.048
65 años ó más 12.652 7.095 9.365


Este otro cuadro permite observar que, efectivamente, los hogares encabezados por personas mayores de 65 años tienen una renta media neta bastante inferior a la media del total de los hogares. En este cuadro resaltan, de todos modos, varias cosas que una periodista más avezada podría haber supuesto y o averiguado. La renta media por hogar es mayor en hogares encabezados por varones que en hogares encabezados por mujeres, pero la renta media por persona es casi idéntica (de hecho, parece algo mayor en los hogares encabezados por mujeres), y la renta media por unidad de consumo (otro día se lo explico) también es casi idéntica. Lo cual sugiere que, medidas las cosas como corresponde (en "renta per cápita", diríamos), la "desigualdad" del 43/28 probablemente será muchísimo menor.

Otra cosa: se ve cómo los hogares encabezados por varones de 65 años o más también tienen una renta media superior a los encabezados por mujeres: claro, las pensiones de jubilación son más altas que las de viudedad. La inmensa mayoría de los hogares encabezados por mujeres de 65 años o más son hogares unipersonales de viudas.

En realidad, la periodista nos está hablando del riesgo de pobreza mayor que tienen las mujeres. Independientemente de lo que esto signifique o del sentido político o moral que tenga, da la casualidad de que en la misma publicación del INE tenemos justamente ese dato, el del número de personas en riesgo de pobreza. Lo recojo en el siguiente cuadro.


Personas por sexo, tramos de edad de la persona y tasa de riesgo de pobreza.

Varones Mujeres
Total 19,0 20,8
Menos de 16 25,7 22,7
De 16 a 24 17,8 20,5
De 25 a 49 14,9 16,4
De 50 a 64 16,3 16,8
65 y más años 26,7 31,8


Este..., no puede ser, qué ven mis ojos de sociólogo (liberal) malpensado. El porcentaje de personas en riesgo de pobreza es muy parecido en hombres (19%) y en mujeres (21%). Incluso quizá sea mayor en los varones de menos de 16. De nuevo, entre los mayores, el riesgo de las mujeres es algo superior al de los varones (recuerden: pensión de jubilación > pensión de viudedad).

¿Verdad que es mucho más aparente hablar de una diferencia de 43/28 que de una diferencia de 21/19? ¿A que sí? ¿A que a ustedes también les entra la duda de si la elección de una cifra y no de otra no se ha hecho "neutralmente"?

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Agradezco a Josu la ayuda con los cuadros. A ver si a partir de hoy me apaño yo solito.

2.3.06

La vuelta de la sociedad patriarcal

Algunos pensarán que nunca se fue, pero no vamos a entrar en esa discusión. Phillip Longman, autor de The Empty Cradle: How Falling Birthrates Threaten World Prosperity and What to Do About It, acaba de publicar el artículo "The return of patriarchy" en el último número de Foreign Policy (no parece que esté todavía en la edición en español). La tesis es bastante heterodoxa:

Throughout the broad sweep of human history, there are many examples of people, or classes of people, who chose to avoid the costs of parenthood. Indeed, falling fertility is a recurring tendency of human civilization. Why then did humans not become extinct long ago? The short answer is patriarchy.

Patriarchy does not simply mean that men rule. Indeed, it is a particular value system that not only requires men to marry but to marry a woman of proper station. It competes with many other male visions of the good life, and for that reason alone is prone to come in cycles. Yet before it degenerates, it is a cultural regime that serves to keep birthrates high among the affluent, while also maximizing parents’ investments in their children. No advanced civilization has yet learned how to endure without it.

Through a process of cultural evolution, societies that adopted this particular social system—which involves far more than simple male domination—maximized their population and therefore their power, whereas those that didn’t were either overrun or absorbed. This cycle in human history may be obnoxious to the enlightened, but it is set to make a comeback.


Es decir, vuelve el patriarcado, así entendido. Y el mecanismo de vuelta es biológico o demográfico:

The greatly expanded childless segment of contemporary society, whose members are drawn disproportionately from the feminist and countercultural movements of the 1960s and 70s, will leave no genetic legacy. Nor will their emotional or psychological influence on the next generation compare with that of their parents.

Meanwhile, single-child families are prone to extinction. A single child replaces one of his or her parents, but not both. Nor do single-child families contribute much to future population. The 17.4 percent of baby boomer women who had only one child account for a mere 7.8 percent of children born in the next generation. By contrast, nearly a quarter of the children of baby boomers descend from the mere 11 percent of baby boomer women who had four or more children. These circumstances are leading to the emergence of a new society whose members will disproportionately be descended from parents who rejected the social tendencies that once made childlessness and small families the norm. These values include an adherence to traditional, patriarchal religion, and a strong identification with one’s own folk or nation.


Para los que duden de la idea de que las actitudes morales o políticas se heredan, les recuerdo mi anotación "Del origen genético de las actitudes políticas".

Se supone que en Europa también acabaría pasando algo parecido, aunque aquí los que más se reproducen no son sólo (un suponer) los católicos, sino gentes venidas de fuera, de sociedades, precisamente, patriarcales (quizá en el peor sentido de la palabra).

El artículo está lleno de ejemplos históricos muy sugerentes, como el de la Grecia decadente derrotada por la demográficamente pujante Roma. Léanlo entero.