WonkaPistas

31.10.05

Otro indicio más del bajo nivel de nuestro alumnado de secundaria

A través de La Vanguardia me entero de una publicación (no muy reciente, la verdad) del Consell Superior d'Avaluació del Sistema Educatiu catalán en la que se analizan los resultados de una prueba de inglés a alumnos de 2º de Bachillerato (síntesis de resultados aquí). Desde el año 2000 se habría empeorado algo, pasando de una media de aciertos del 56,2% al 54,6% (ni idea de si la diferencia es significativa, probablemente sí), notándose un mayor empeoramiento en expresión escrita (del 53,9 al 46,7%). Del estudio se han extraido, aparentemente, conclusiones acerca de cómo hay que enseñar inglés (con más medios audiovisuales, más participativamente, etc., etc.), pero, a la vista de este párrafo de la noticia de La Vanguardia, yo creo que las conclusiones habría que extraerlas acerca de la expresión escrita de los estudiantes en cualquier lengua (incluyendo a los estudiantes de periodismo, claro). Vean:

En expresión escrita, un 60% del alumnado produce un texto que se ajusta a lo que se pide en la prueba, aunque presenta problemas de cohesión, corrección lingüística y vocabulario. Sólo un 10% lo hace correctamente, un 16,6% se sitúa entre una puntuación de 3 a 5 (la máxima es de 15 [sic]); un 32,2% escribe lo que se le pregunta pero el texto, en algunos momentos, resulta incomprensible o incoherente; un 18,9% está entre los 3 y 1 [sic] punto; un 10,6% no escribe lo que se le pide y un 11,8% no hace lo que se le pide. Este porcentaje crece de forma considerable respecto al 2000, cuando los alumnos que no hacían nada o no se ajustaban a lo que se les pedía eran sólo un 2,1%.


Lo cual no deja de ser una confusa descripción de lo que se dice en la tabla siguiente:





En realidad, lo que yo creo que refleja esa tabla, más que problemas de expresión escrita en inglés, son problemas de expresión escrita en cualquier lengua, castellana, catalana o inglesa. Una de las razones por las que prefiero los exámenes tipo test es no tener que corregir textos largos que estarían situados, en su gran mayoría, entre el nivel 1 y el 3, es decir, textos que responden algo que tiene que ver con lo que se pregunta, pero tienen bastantes problemas de orden, coherencia, estilo, organización (sobre todo), errores gramaticales, errores ortográficos y requieren demasiadas veces no ya una segunda lectura sino que el que corrige el examen (es decir, el menda) supla una parte importante del contenido del que supuestamente quiere dar razón el estudiante. Estos males no son nuevos, desde luego, pero me temo que hoy son más evidentes. Hace ya casi dos décadas, la investigación más seria que yo he visto sobre la expresión escrita de los universitarios, que analizó una muestra de exámenes en carreras, digamos, de Letras, concluyó que, además de otros muchos errores, en muchísimos textos se producía lo que ellos llamaban "amnesia lingüística transitoria" o "colapso total del código", es decir, situaciones en las que las intenciones expresivas del autor del texto fracasaban del todo.

Pues eso, que los resultados de la prueba catalana a mí me sugieren, más que mejorar la enseñanza del inglés, la necesidad de mejorar la enseñanza de la lengua propia, sobre todo de la escrita. Si no, va a volver a hacer exámenes "de desarrollar" Rita.

30.10.05

El patrimonialismo de nuestras administraciones

La Consejera de Educación de la Junta de Andalucía negó varias veces que hubiera solicitado una muestra especial en el último estudio PISA de la OCDE, el de 2003 (una prueba de conocimientos a los adolescentes de 15 años). Con esas muestras se pueden tener datos desagregados por comunidades autónomas con garantía de fiabilidad. Lo negó varias veces, incluso a preguntas en el Parlamento de Andalucía. Pero la verdad era otra. José Manuel Lacasa, editor de la revista Magisterio y director del recién creado Instituto Forma, lo averiguó y, lo peor para la consejera, consiguió conocer los códigos en la base de datos de la OCDE correspondientes a la muestra andaluza (la historia: aquí).

Hace unos días el Instituto Forma publicó los resultados del PISA 2003 para Andalucía, con gran escándalo del gobierno andaluz, que intentó escurrir el bulto de nuevo. Desafortunadamente para ellos, los datos son buenos, la empresa que hace el campo del PISA en España ha confirmado la existencia de esa muestra ampliada y el propio Ministerio de Educación ha confirmado que los datos utilizados son los correctos. Los partidos de oposición ya han pedido la dimisión de la consejera, aunque ésta, por ahora, sigue en su puesto.

A mí lo que me llama la atención es el empecinamiento en sostenella en un caso como éste, en el que los datos están a disposición de quien quiera utilizarlos, y, por tanto, se corre el riesgo de que alguien avispado--y/o perseverante--averigüe los códigos correspondientes y publique los resultados. Total, ya sabíamos que los resultados de Andalucía están por debajo de la media de España. Otros indicadores de resultados escolares en España tampoco dejan muy bien a Andalucía. En cierta medida, ello, simplemente, se explica porque el nivel socioeconómico de los andaluces es inferior a la media. Quizá no sea una excusa, pero sí una explicación de parte de la diferencia.

Quizá es que nuestros políticos, como los de otros países, consideran que esos datos son suyos, reflejando una concepción de la administración pública más propia de las burocracias patrimonialistas, en las que los "servidores" públicos pueden apropiarse de los cargos (y de los recursos inherentes a éste) que de las burocracias modernas, en las que se produce una separación radical entre el cargo y quien lo ocupaEn realidad, no sé por qué me extraño. Que yo sepa (en esto puedo estar equivocado), el instituto que lleva a cabo las evaluaciones del conocimiento de los estudiantes españoles (el INECSE, antes INCE) tampoco permite a los investigadores el acceso a los datos brutos. Nos tenemos que conformar con sus publicaciones, en las que, por cierto, desde hace tiempo, no se recogen los resultados por comunidades autónomas. No vaya a ser que nos dé por comparar y pedir cuentas a los responsables.

28.10.05

Los barómetros del CIS y sus preguntas sobre situación política (gráficos curiosos XIX)

Junto con las encuestas sobre intención de voto (tan poco falibles ellas), los ciudadanos de a pie podemos tener una cierta idea de las tendencias de la opinión pública española consultando las series de indicadores políticos que publica el CIS. Estas series están basadas en preguntas que se llevan repitiendo, al menos, diez años en cada barómetro mensual (se hace todos los meses menos agosto) y parecen medir esas corrientes subyacentes tan difíciles de "extraer" con preguntas sobre intención de voto (1).

En el gráfico siguiente (hagan click para ampliar, por favor) recojo dos de las series que pueden construirse con esos datos. Una es una medida del juicio que hacen los encuestados sobre la situación política española: sumo los que dicen "mala" o "muy mala", les resto los que dicen "buena" o "muy buena". La otra es la media de autoubicación ideológica de los encuestados en una escala izquierda-derecha que va del 1 al 10. Esta "autoubicación" es más coyuntural de lo que pudiera pensarse, como veremos, y, aunque no varía mucho, esa mínima variación se asocia con vaivenes de opinión significativos.


Como se observa, en 1995 la gente percibía como bastante mala la situación política en España, con niveles mínimos que no se han vuelto a dar. Eran los años de los escándalos políticos del PSOE y del aparentemente enorme desgaste político de Felipe González. La percepción empieza a mejorar con el año 1996, cuando se sabe que pronto se van a tener que convocar nuevas elecciones y, quizá, se imaginan muchos que esas elecciones pueden aclarar algo el panorama. Efectivamente, el panorama se aclara y, tras dudas iniciales, empieza a gobernar el PP con una mayoría parlamentaria a la que contribuyeron, sobre todo, CiU y CC. Con los altibajos inevitables, la percepción sobre la situación política mejoró hasta un máximo "histórico" que coincidió con la victoria del PP por mayoría absoluta en marzo del año 2000.

Casi desde entonces, esa percepción fue empeorando, aunque el ritmo de empeoramiento se aceleró en el año 2002 y la percepción llegó a un mínimo coincidiendo con el inicio de la guerra de Irak (marzo 2003). La recuperación posterior nunca llegó a los niveles relativamente altos de la segunda mitad de la primera legislatura del PP, ni a los que pudo haber entre 2000 y 2002. En febrero de 2004, el indicador estaba en los niveles que había tenido a finales de 1996 (alrededor de -10 ó -15), con un PP todavía no del todo consolidado en el poder. Lo cual era una pista de que, aunque pudiera haber ganado las elecciones, lo habría hecho por un margen no muy amplio, como sí lo hizo en el año 2000 (por entonces el indicador se movía en torno a + 15).

Lo interesante es que la autoubicación ideológica ha caminado relativamente en paralelo al juicio sobre la situación política, de manera que, a medida que avanzaba la primera legislatura del PP, sobre todo en su segunda mitad, parecía que los españoles nos escorábamos algo más a la derecha. De hecho, la media alcanzó los máximos niveles registrados al acercarse la primavera del 2000 (máximo de 5,1 en enero de 2000). Posteriormente, con altibajos, esa "ideología" media de los españoles ha caminado hacia la izquierda a la par que empeoraba el juicio sobre la situación política, hasta llegar a un primer "máximo" de izquierdismo (4,7), de nuevo, en marzo de 2003. La "derechización" posterior nunca llegó a los máximos de la primavera del 2000, lo cual, de nuevo, sugería una mayor distancia respecto del partido en el gobierno.

Con los atentados y las elecciones de marzo de 2004, se produjo un nuevo vuelco en ambos indicadores, en la línea de acogida favorable al nuevo gobierno de izquierdas. En abril de 2004, se alcanzó un nuevo máximo en el juicio sobre la situación política (+29,4, apenas inferior al máximo de marzo de 2000, 31,4) y, en la misma línea, el grado de izquierdismo alcanzó otro máximo hasta situarse la media ideológica en 4,52 en julio de 2004.

Desde entonces, la historia es mucho más cercana. La percepción de la situación política ha empeorado, como, en principio, es normal tras la euforia electoral (algo parecido se vio en el año 2000) y, con sus altibajos, parece seguir una línea descendente, lo cual no es de extrañar a la vista del panorama político español. Por su parte, la autoubicación ideológica, en consonancia con un distanciamiento del partido en el gobierno, que ahora es de izquierdas, se "derechiza" paulatinamente. Lo lógico es que en el barómetro de octubre se acentúen algo esas tendencias.

¿Qué nos dicen en términos de pronóstico electoral las tendencias actuales? La situación política se ve como mala, pero no tanto como en marzo de 2003 ni, por supuesto, en el año 1995. Ello va en contra de las fortunas electorales del PSOE, pero no mucho. Más interesante me parecen los niveles actuales de "ideología" media, que están más a la izquierda que lo estuvieron en casi cualquier momento de gobierno del PP, lo que sugiere que, aunque la tendencia le favorezca, si acaso se estará aproximando a los niveles de voto que le permitieron una victoria por la mínima en el año 1996.

Hasta ahí, como decía Mayra, puedo leer, lo demás es (aún más si cabe) futurología.


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(1) Si prefieren series de intención de voto, las más completas están aquí.

26.10.05

La universidad española en su salsa (boloñesa)

No se pierdan este artículo, de título ocurrente, de un buen estudioso del sistema universitario español, José-Ginés Mora: "Bolonia y la salsa boloñesa", en el suplemento de universidad de El Mundo. Sólo a alguien como él, o a gente como Josu (aquí), les he leído recientemente verdades tan evidentes, al menos para quienes vivimos de cerca esa universidad.

Vean de lo que les hablo (mis negritas):

El proceso tenía un objetivo inicial muy ambicioso: un profundo cambio para revalorizar las universidades europeas. Sin embargo, lleva un camino alarmante de pérdida de objetivos, de confusión generalizada que hacen difícil reconocer que la meta era convertir las universidades europeas en una referencia mundial de calidad.

Y eso que es generoso, suponiéndole al "proceso de Bolonia" unos orígenes no contaminados.

Un proceso tan complejo ... sólo es posible llevarlo a cabo de dos maneras. Una es dejar libertad a las instituciones para que se vayan adaptando paulatinamente, para que vayan experimentando, aprendiendo como llevar adelante un cambio tan profundo.

Es decir, algo así como el modelo liberal, de orden semiespontáneo.

La otra alternativa posible es la del fuerte liderazgo. Algún país, como Holanda, adoptó esta vía y posiblemente le irá bien. Esta alternativa exige que los que dirigen el proceso tengan liderazgo y que se den las condiciones para ejercerlo.

De nuevo, espera demasiado de los líderes, pero es posible que en algún sistema universitario que funcione relativamente bien, con sus distintos participantes empeñados (por la razón que fuere) en actuar con un mínimo de calidad, quepa "conducirles" con la adecuada persuasión hacia un sistema mejor, en el que los estímulos para la calidad sean aún mayores. No parece que sea el caso de España, claro:

Ninguna de esas condiciones se da en España. Nuestro sistema universitario tiene demasiados actores divergentes. Tenemos unas universidades autónomas, bajo la responsabilidad directa de unas comunidades autónomas, pero sobre las que el gobierno central interviene sistemáticamente en temas esenciales como son la regulación del personal y de los planes de estudios ... [Además,] el sistema funcionarial del profesorado (para entendernos, de aquí no me quita nadie), combinado con la llamada libertad de cátedra (también para entendernos, puedo hacer lo que me da la gana) convierte al sistema universitario español en una combinación de 17 comunidades autónomas, con 70 universidades autónomas y con 60.000 profesores también autónomos. ¿Alguien, en su sano juicio, piensa que se puede dirigir en cualquier dirección ese sistema a base de decretos?

Es decir, autonomías múltiples, pero (esto no lo acaba de decir Mora) casi sin responsabilidad ni ante quien pone los dineros (los contribuyentes, o la administración pública), ni ante los "usuarios" de la educación (los estudiantes o sus familias; a fin de cuentas, sólo pagan una parte pequeña de sus estudios). Ni responsabilidad jerárquica, ni responsabilidad en un mercado: la dulce irresponsabilidad de los universitarios. Mora tiene la ventaja de llamar a las cosas por su nombre: "de aquí no me quita nadie", "puedo hacer lo que me da la gana". Pero si ni siquiera hace falta ser funcionario en la universidad para lo segundo (y lo primero, no crean, tampoco es tan fácil que te echen por dar mal las clases).

Pero hay un remedio, tipo paños calientes, pero remedio:

En la actual situación, sólo hay una salida para no empeorar aún más las cosas: [d]ejar a las comunidades autónomas y a las universidades que pongan en marcha al ritmo que quieran y cómo quieran las reformas. [E]sta solución tampoco nos llevará a ser referencia mundial de calidad, pero, al menos, no lo estropearemos más. Seguiremos teniendo un sistema universitario mediocre...


Así, con todas las letras, sin que le duelan prendas, m-e-d-i-o-c-r-e.

Sólo se deja una cosa de relieve en su artículo: que a los profesores de la universidad, en principio, no nos gusta que nos estén toqueteando cada dos por tres el plan de estudios por las razones más peregrinas, pero, una vez que toca hacerlo, no son pocos los que disfrutan politiqueando, defendiendo su predio (y el de los suyos), procurando ganar terreno a costa de los demás, promocionando su asignatura, etc. etc., en las comisiones y comités de reforma. Sobre todo si la reforma está desorientada ("a río revuelto...").

Vamos, que muchos, en un proceso de estas características, se encuentran en su salsa.

25.10.05

Nuevo documento del Foro Calidad y Libertad de Enseñanza

El debate público sobre la enseñanza en España está que arde (y este blog amenaza con volverse monotemático, pero la actualidad manda). Si hace unos días me hacía eco de la última encuesta del instituto IDEA, hoy reseño la última publicación del Foro Calidad y Libertad de Enseñanza, un grupo de personas interesadas en estimular el debate educativo, auspiciado por la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), esto es, la asociación de centros de enseñanza católicos.

La publicación se denomina "Libertad y financiación de la enseñanza. Condiciones y exigencias" (disponible aquí). En lo fundamental, se dedica a defender, con cifras y razones, la necesidad de la enseñanza concertada en España y, claro, la de una mejora de los conciertos, esto es, el régimen de subvenciones a dicha enseñanza, pues su montante se habría quedado desfasado, sobre todo, porque sus aumentos anuales han ido por debajo de la inflación. Probablemente, tienen razón en esto.

Aquí sólo quiero resaltar dos cosas del informe. Una "de cal" y otra "de arena".

La de cal. Ofrecen un dato interesante, el del gasto público por alumno en enseñanzas no universitarias, tanto para la enseñanza pública como para la concertada. Creo que no es el total, sino sólo el corriente, pero sirve para hacernos una idea: en la pública, para el curso 2001-02, dicho gasto ascendió a 3.518 euros, frente a 1.841 para la concertada (un 48% menos) (1). Obviamente, con esa financiación los centros concertados no cubren todos los costes. De ahí que tengan que contar con las aportaciones de personal no/poco remunerado (religiosos) y con las de los padres (en principio para actividades extraescolares, no para la enseñanza; en la práctica, ayudan a financiar la enseñanza). Con todo, el coste por alumno, no sólo el gasto público, es notoriamente más bajo, por término medio, en la enseñanza concertada que en la pública. En el curso 1999-2000, según la Encuesta de Financiación y Gastos de la Enseñanza Privada del INE, el gasto por alumno en enseñanza privada (no sólo la concertada) se situaba en el entorno de los 2.600 euros (esto incluye, creo, todos los gastos, incluso los no dedicados específicamente a la enseñanza). El alumno público costó, según mi estimación (algo gruesa: [gasto público en enseñanzas no universitarias - conciertos o subvenciones] / número de alumnos en esas enseñanzas en centros públicos), unos 3.200 euros, esto es, 600 euros más. Es decir, así medido, el coste por alumno en la privada era el 80% del coste de la pública. En el caso de la concertada, ese porcentaje se reduciría, fácilmente, hasta el 70%.

Para mí, estas cifras tienen un interés principal, el de comparar la eficiencia de la enseñanza pública y la privada concertada. Sabemos que los resultados escolares de la segunda suelen ser mejores que los de la primera, tanto medidos según los filtros de paso del sistema educativo (tasa de aprobados en la ESO, tasa de aprobados en Bachillerato o en Selectividad) como en los tests nacionales (Inecse) e internacionales (PISA). Dicha diferencia se reduce bastante, de todos modos, si tenemos en cuenta la distinta composición social: el status socioeconómico de la enseñanza pública es algo más bajo que el de la concertada (y, además, tiene más estudiantes extranjeros). Sin embargo, aunque el tener en cuenta el nivel social del alumnado igualase los resultados de ambos tipos de centros (en realidad, no es así), los centros concertados seguirían siendo bastante más eficientes que los públicos, al requerir menos recursos por alumno para conseguir los mismos resultados. Lo cual da que pensar.

La de arena. A través de este documento, FERE sigue infravalorando las posibilidades de una figura como la del cheque escolar, cuya aplicación desestima con un razonamiento muy simple, a pesar de las ventajas (grandes) que le reconoce. Veamos su argumentación (con mis anotaciones, bastante a vuela pluma, la verdad).


El cheque escolar, presenta, sin embargo, escollos difícilmente superables.

Dado que es consustancial a dicho sistema que los centros fijen libremente sus precios, y puesto que los fondos públicos son limitados, solo será gratuito el Centro cuyo precio coincida con el importe del bono o cheque escolar que satisfaga la Administración a la familia. Con este sistema, se da carta de naturaleza a la estratificación de la población escolar en los centros de distintos niveles en función de la capacidad económica de los alumnos.

Que la enseñanza no sea "gratuita" no quiere decir que sea especialmente onerosa. Con un cheque escolar equivalente al gasto público por alumno más arriba comentado (unos 3.500 euros, esto es, unas 590.000), cualquier familia podría pagar casi todos los colegios concertados y una buena parte de los centros privados. Incluso, los centros privados puros estarían al alcance de muchas familias de ingresos bajos o medios-bajos: un buen centro privado en Madrid puede costar unos 7.200 euros por alumno. A una familia con dos hijos le costaría 14.400; con un cheque así (2 x 3.500), sólo le costaría 7.400. En todo caso, no olvidemos que con un sistema de cheque escolar y competencia libre entre los centros, éstos tenderían a ser más eficientes (como ocurre en cualquier mercado) y podrían bajar los precios.

Por otro lado, la estratificación por capacidad económica ya se da en el sistema actual. No veo por qué habría de ser mayor con un sistema de cheque escolar. Quizá sea al contrario, pues la capacidad de adquirir servicios de enseñanza mejoraría, sobre todo, para las familias con menores ingresos.


Consiguientemente, la libertad de elección de centro queda absolutamente condicionada por razones económicas. Los centros pueden seleccionar a sus alumnos por razones económicas al fijar sus precios.

La libertad de elección siempre está (mucho o poco) condicionada por razones económicas. En la actualidad ya lo está, y bastante. Y los centros ya seleccionan a sus alumnos por razones económicas. Lo hacen (no todos, ni sistemáticamente) los concertados, al establecer cuotas "voluntarias" para actividades extraescolares. Lo hacen, obviamente, los privados puros. Y lo hacen, no se sorprendan, unos centros públicos frente a otros, aunque de manera más sibilina (recuerden el ejemplo que puse hace unos días: un centro público casi sin inmigrantes al lado de otro con bastantes inmigrantes; esto es, en parte, resultado de la disuasión que ejerce la dirección del primero).


En el ámbito de la educación el módulo de coste no es, primariamente, el puesto escolar, que define el importe del cheque, sino la unidad escolar (aula o clase). El coste de la unidad es el mismo con independencia del número de alumnos por unidad.

La cuestión de los costes fijos por unidad no parece que sea una dificultad difícilmente superable, sobre todo si se les permite una mayor flexibilidad a los centros para "ajustar" el tamaño de sus unidades escolares. De hecho, esto es lo que hacen los centros concertados: una de las razones por las que son menos costosos es porque suelen albergar a más alumnos por unidad que los públicos, por término medio.


Por este motivo, el cheque escolar plantea serias limitaciones para garantizar la gratuidad. El establecimiento del cheque escolar acentúa la discriminación de los alumnos de zonas con escasa densidad de población y de los alumnos con necesidades educativas especiales.
En la actualidad la enseñanza no es gratuita para las familias. No sólo pagan religiosamente sus impuestos, de los que sale la financiación de la enseñanza pública y la concertada, sino que compran a sus hijos libros y demás material escolar, además de sufragar toda una colección de actividades extraescolares. Con un cheque escolar como el mencionado, la enseñanza seguiría siendo "gratuita" para casi todo el mundo (pues cubriría los costes de casi todos los centros), menos para quienes prefirieran suplementar de su bolsillo el cheque escolar y llevar a sus hijos a colegios con precios superiores a dicho cheque. Tampoco hemos de olvidar que la gratuidad no es ninguna bicoca en términos de "igualdad social": puede implicar, perfectamente, una subvención indirecta a familias con un poder adquisitivo relativamente alto.

Por otro lado, para las familias en zonas rurales y con hijos con necesidades especiales, siempre se podría habilitar becas especiales, que suplementasen el cheque escolar.

En última instancia, yo creo que la enseñanza concertada recela, paradójicamente, de la libertad de elección de los padres. No sé por qué, la FERE parece imaginarse que las familias a las que atienden van a huir en desbandada hacia la enseñanza privada pura, con la que, eso sí, entrarían en competición directa–cosa que casi no sucede ahora. Parecen estar más a gusto en su nicho "de mercado" actual, con un tipo de financiación pública que llega directamente a los centros sin pasar por las familias, y que se negocia directamente con la administración. Y, sobre todo, sin competir libremente. Ésa es la impresión que dan.

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(1) Se trata de un cálculo grueso pero con las estadísticas públicas poco más se puede hacer. Yo he pensado que, en parte, esa gran diferencia podría deberse a la diferente composición de cada sector por niveles educativos y a que en la pública abundasen más los más caros. Algo de eso debe de haber, pero la variación es relativamente pequeña: en la concertada hay un porcentaje algo menor de alumnos en secundaria (el nivel más caro), pero también hay un porcentaje menor en educación infantil (el nivel más barato). Con las estadísticas del MEC, se puede comprobar que la diferencia a favor de la enseñanza pública es similar en las dos agrupaciones por niveles que se pueden hacer (infantil+primaria, toda la secundaria).

24.10.05

Concierto para voz e instrumentos de viento ante Ferraz, 70

Uno de los problemas que tiene trabajar cerca de la sede central del PSOE en Madrid, es el de aguantar las protestas de los "colectivos" que demandan soluciones estatales a sus problemas. Hoy toca las de los técnicos de laboratorio (cuya huelga ya hemos sufrido en mi familia con un par de retrasos en análisis de sangre), supongo que perfectamente legítimas (o perfectamente absurdas, vayan ustedes a saber) y, claro, cómo no, merecedoras de alguna intervención estatal (una más, qué más da) que dé solución a sus demandas.

Pero, ¿qué culpa tengo yo? ¿Por qué tengo que escuchar semana sí, semana no, el estridente concierto para voz (consignas y slogans fáciles aparte) e instrumentos horrísonos de viento (pitos de los manifestantes, cláxones de los automovilistas quejosos de ver reducida su movilidad y sirenas de la policía)? Dos o tres horas dura por ahora el concierto.

Externalidades de la necesaria y virtuosa participación pública, me dirán. Ya, de la participación pública tal y como la entendemos en países como España, esto es, en pro de bajar aún más en los ránkings de contaminación acústica.

Desde luego que echo de menos los ocho años de gobierno del PP, interludio de paz y tranquilidad: no sé si las protestas eran mayores o menores; lo que sí sé es que se celebraban en Génova, 13 y no en Ferraz, 70.

22.10.05

Nueva encuesta sobre la enseñanza en España

El instituto IDEA y la CIE-Fuhem acaban de publicar una nueva encuesta sobre la enseñanza en España, esta vez sobre el juicio que tienen de aquélla los padres de alumnos (disponible aquí, y en esta página están disponibles las encuestas anteriores). Tiene su interés. Sin embargo, como en las anteriores encuestas de IDEA, con la ficha técnica (pp. 56-57) que incluyen nos quedamos sin saber de qué población es representativa la encuesta. Desde luego, no lo es del total de padres de niños en educación primaria, ESO y bachillerato, como vemos a continuación.

En primer lugar, no sabemos qué territorio cubre. Esto es lo que nos dice la ficha técnica:

4. Comunidades Autónomas. Se eligieron centros de diferentes Comunidades Autónomas con diferente partido político en su gobierno. No se incluyeron Comunidades Autónomas con lengua propia.

Es decir, lo único que sabemos de cierto es que no incluye las comunidades de Cataluña, Baleares, Valencia, Galicia, País Vasco y, quizás, Navarra. Casi nada. Pero lo peor es que nos quedamos sin saber cuáles incluye. Eso sí, sabemos que, al menos, son dos comunidades autónomas (pues hay distintos partidos en el gobierno).

En segundo lugar, tampoco sabemos si en las comunidades cubiertas, la proporción de alumnos en centros públicos, concertados y privados puros es la que se corresponde con el universo real. Desde luego, el porcentaje total de centros privados (concertados + privados puros) es muy alto, algo que no tiene lógica si estamos hablando del conjunto del territorio "no excluido", pero sí la tiene si la mayor parte de la muestra la componen centros de la Comunidad Autónoma de Madrid, en la que la proporción de alumnos en centros privados es alta.

En tercer lugar, me temo que la muestra tiene poco de aleatoria. Me lo sugiere esto:

1. Contexto sociocultural. Se escogieron teniendo en cuenta el nivel sociocultural de los centros de acuerdo con los estudios previos realizados por IDEA y la ubicación geográfica del centro.

Da la impresión de que han obtenido la muestra a partir de centros con los que previamente ha trabajado IDEA, que es una especie de consultora de centros (les hace evaluaciones). Pero, si es así, entonces la muestra, más que representativa, sería de aquéllas que tanto le gustan a Josu, es decir, autoseleccionada y algo sesgada (pues los centros que trabajan con IDEA no son todos y los que deciden someterse a su evaluación, probablemente, son bastante especiales).

En definitiva, quizá las respuestas obtenidas coincidan con las que se darían a escala nacional, pero quizá no. La verdad es que no lo podemos saber. Lo que sí tenemos claro es que utilizar sus resultados para hablar de lo que piensan los padres de alumnos en España requiere tres o cuatro cautelas previas. Que tomen nota, especialmente, los periodistas.

21.10.05

Reformas institucionales para mejorar la enseñanza

A través de Mahalanobis, me entero de que un economista de la educación alemán, Ludger Wößmann, acaba de publicar en una colección del CesIFO, una muy interesante tercera entrega en una serie de cuatro en la que recoge los principales resultados de sus investigaciones en una forma que sirva para la discusión pública en Alemania. El texto se titula "Leistungsfördernde Anreize für das Schulsystem" y, como el lector avisado habrá notado, está en alemán. Puede traducirse por "Incentivos estimuladores de la eficiencia del sistema escolar". La nota de prensa (en inglés) del CesIFO sintetiza los hallazgos de dichas investigaciones y las propuestas de reforma que hace Wößmann. He aquí un trozo de esa nota, que no tiene desperdicio (mis negritas):

"The German educational system needs extensive institutional reforms to improve its efficiency and ultimately to turn out better trained pupils... The requirements [Wößmann] identified are: external examinations, school autonomy and competition.

His evaluation of the different international pupil tests – PISA, TIMSS and PIRLS – shows that pupils perform better when standards are tested externally, when these external examinations are combined with school autonomy, particularly in process and personnel decisions, and when competition is combined with public school financing through privately administered schools. The current school structures are inefficient, according to Wößmann. He argues against demands for undifferentiated increases in educational spending.

... Such institutional conditions create stimuli for all participants to effect optimum pupil performance by combining performance enhancing and hindering behaviour with the corresponding consequences and thus make the participants themselves responsible for their actions. ... Teacher pay linked to increases in performance means better pupils.

... Even with greater autonomy of the schools there are clear boundaries. The selection of textbooks and teachers is positively correlated with the performance of pupils, but the fixing of the budget is not. From this reason the budget framework and teaching standards should be prescribed.

The third reform step is to introduce more competition between private and public schools. The performance advantage of pupils at privately administered schools is more than half a school year. Privately administered does not necessarily mean privately financed. In the PISA tests countries like the Netherlands that have a high share of privately run schools with a large degree of public financing perform particularly well.

Together with the two preceding articles in the series on the contribution of economics to the educational debate, the international empirical evidence presented suggests that educational policy should concentrate more on a performance-enhancing reform of the institutional structure of the educational system than on a mere expansion of funding for the present system.

Todavía no he tenido tiempo de leer entero el artículo (mi alemán es bastante peor que mi inglés), pero parece sólido y, sobre todo, suena sensato a la luz de lo que se va sabiendo, a trancas y barrancas, gracias a los estudios empíricos que permiten comparar el rendimiento en tests internacionales (como el PISA) de distintos sistemas escolares, y a la luz de lo que durante tanto tiempo llevan diciéndonos los economistas sensatos, tales como los de la escuela austríaca de economía. No creo que Wößmann lo sea, pero miren lo hayekiana que suena esta frase de la publicación que comentamos: "Zum einen [eine Dezentralisierung von Entscheidungsfreiheiten] erlaubt Schulautonomie nämlich die Nutzung besseren lokalen Wissens", o sea "Por una parte, [una descentralización de la libertad de decisión] permite la autonomía de los centros escolares, es decir, el aprovechamiento del mejor conocimiento local". Por supuesto, se trata de mayor autonomía de los centros pero con los correlatos de mayor responsabilidad por sus actos (tanto de ellos como de los profesores, las familias, los estudiantes) y de mayor competición entre centros. La mera autonomía sin responsabilidad (y sin el aliento frío de la competición) lleva a conductas oportunistas.

Algunos de los trabajos de Wößmann (y su habitual coautor Thomas Fuchs) en los que se basa el texto comentado están en inglés:

Thomas Fuchs and Ludger Woessmann, "Computers and Student Learning: Bivariate and Multivariate Evidence on the Availability and Use of Computers at Home and at School", Ifo Working Paper Nr. 8, 2005

Thomas Fuchs and Ludger Woessmann, "What Accounts for International Differences in Student Performance? A Re-Examination Using PISA Data", CESifo Working Paper Nr. 1235, 2004

Ludger Woessmann, "The Effect Heterogeneity of Central Exams: Evidence from TIMSS, TIMSS-Repeat and PISA", CESifo Working Paper Nr. 1330, 2004

Lo fundamental en el argumento de Woessmann es, en última instancia, como se afirma en la introducción de su trabajo, que "ya no puede tratarse de 'más de lo mismo'", esto es, de más dinero, por favor, por lo cual toca hablar de reformas institucionales profundas que mejoren la eficiencia del sistema escolar. Que le escuchen no sólo las autoridades alemanas, sino también las españolas (y el resto de agentes concernidos, claro).

19.10.05

Ránkings escolares

Hace unos días, la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid publicó el listado de los colegios de primaria de la región con las notas obtenidas en una evaluación de los conocimientos de los alumnos de sexto de Primaria llevada a cabo hace unos meses. La prueba no fue nada del otro mundo, pero, a pesar de su sencillez (y, probablemente, excesiva facilidad en alguno de sus apartados) era, a fin de cuentas, una prueba común aplicada a todos los centros, la primera de estas características de la que tenemos noticia. En un principio, se publicaron los resultados conjuntos (mediocres, por cierto); desde hace unos días contamos con las notas de cada centro para cada uno de los apartados de la prueba. A mí me parece estupendo.

A otros no les parece tan bien. Por ejemplo, al columnista de la sección de Madrid del ABC, Pedro Montoliú (ABC, 17-10-2005, p. 36), que argumenta como tantas veces he oído argumentar, y, en última instancia, sin toda la razón. Se queja de que el objetivo de la prueba era "determinar el nivel educativo de 56.000 alumnos, no realizar una liga escolar, que es algo muy diferente", razonando que la nota no significa lo mismo en unos centros que en otros:

Quizás una nota media de un cinco en un colegio de determinados barrios o pueblos... sea equivalente a un ocho en otros en función del esfuerzo realizado por las comunidades educativas para paliar la falta de medios, la masificación, la concentración de escolares con problemas de idioma o la mayor cantidad de niños que viven en familias desestructuradas.

Teniendo esto en cuenta, él ve un problema:

...la publicación de un listado de 1.153 centros situados por calificaciones puede llegar a provocar incluso un desequilibrio no deseado en la elección de centro ya de por sí afectada por la polémica entre públicos y concertados.

Vayamos por partes. Es obvio que, sea cual sea la prueba, una misma "nota" no tiene por qué significar lo mismo en un centro y otro, pues las circunstancias de cada uno pueden ser muy distintas. Tómense, por ejemplo, dos centros públicos, uno enfrente del otro, en el mismo barrio de una ciudad dormitorio de Madrid, pero uno con un porcentaje relativamente alto de inmigrantes y el otro con un porcentaje relativamente bajo. Lo más probable es que las dificultades para la enseñanza sean mayores en el primero y que, sólo por eso y teniendo en cuenta que las dotaciones de medios (tanto en cantidad como en calidad) en los centros públicos suelen ser muy similares y que el margen de maniobra que los centros tienen en el manejo de esos recursos es muy pequeño, la calificación del primero será usualmente inferior a la del segundo. No les cuento un caso hipotético; les hablo de dos colegios que conozco de cerca. Efectivamente, la nota media del primero es 6,10; la del segundo es de 6,66. Concedida la matización, por tanto.

Sin embargo, que ello sea así no le quita toda la utilidad a ese tipo de notas, sobre todo si las pruebas se repiten año tras año. Primero, pueden servir para observar la evolución de un centro. Segundo, pueden servir, a pesar de todo, para comparar unos centros con otros. Dirán ustedes que no, que los estudios que intentan este tipo de comparaciones (diacrónicas o sincrónicas) tienen todo tipo de problemas: que si el test no es el mismo cada año, que si la composición social de quienes lo toman varía en el tiempo, que si pueden intervenir circunstancias temporales que no se pueden tener en cuenta en un análisis cuantitativo, que las variables de control (nivel social del alumno, del centro; nivel de conocimientos de los padres, equipamiento cultural de sus hogares, etc., etc.) son demasiado gruesas, que las técnicas de análisis cuantitativo no están del todo depuradas, y así sucesivamente (problemas que son examinados, por ejemplo, aquí). Concedido, también.

Lo que ocurre es que no estamos hablando de un estudio científico sistemático acerca de qué factores influyen en el rendimiento escolar, sino de la elección de centros por parte de las familias. Dejando de lado todas las limitaciones legales y reglamentarias que enmarcan dicha elección, los padres eligen, como se elige en los mercados, según sus preferencias subjetivas y teniendo en cuenta una cantidad razonable de información. ¿Qué quiere decir "razonable"? ¿Toda la información, información perfecta como creen tantos economistas en sus modelos de mercados irreales? No. Se trata de información suficiente. ¿Cuánta es suficiente? En los mercados, y en el pseudomercado educativo, es cada individuo, en este caso los padres, los que consideran cuánto es suficiente, no una instancia superior que vela por que su elección maximice su utilidad. A unos les bastará con lo que le digan sus familiares, amigos o vecinos acerca del colegio de sus hijos, y no necesariamente todos ellos, sino sólo los localizados en una zona muy concreta, cerca de casa (o de la casa de los abuelos). Otros querrán más información, procurando hablar con alguien del equipo directivo del centro. Otros querrán ver in situ el ambiente del centro. Otros, por último, preferirán, además, contar con indicadores cuantitativos (¿cuánta gente aprueba Bachillerato? ¿qué nota media sacan en selectividad?). Unos considerarán varios centros, otros un par de ellos.

Con esas informaciones y con esas preferencias, los padres elegirán según su leal saber y entender, con las limitaciones propias de la racionalidad humana, con las limitaciones con las que operamos en casi todos los ámbitos de nuestra vida. Nada garantiza el acierto en la elección, obviamente, pero no hay manera humana de garantizarlo.Y, desde luego, quien menos puede garantizarlo es una autoridad central, alejada del conocimiento directo de las características individuales de los niños, de sus familias y de los colegios.

Lo que nos está diciendo implícitamente el articulista es que los padres se van a equivocar todavía más si cuentan con la información de un ránking escolar. No sólo van a seguir obnubilados por la "polémica" entre centros públicos y privados, sino que se van a dejar guiar por una nota sin tener en cuenta todo lo que hay detrás de ésta. ¿Y cómo sabe el articulista que los padres, todos los padres, van a interpretar la información que proporciona una nota sin la información que tienen de su contexto? Unos quizá lo hagan así, pero otros probablemente no. Por ejemplo, al comparar los dos colegios antes mencionados, verán una diferencia de medias favorable a uno, pero observarán que este último tiene mejores condiciones de partida para la enseñanza, lo que quizás les lleve a relativizar el valor de la nota. ¿Cuánto? No sé qué decirles, pues, de nuevo, será un juicio subjetivo, basado en las preferencias y conocimientos únicos de esa familia. Por otra parte, aunque sean pocos los padres que mejoren su capacidad de elección, esto puede marcar una diferencia. Esta diferencia sería muy importante si si el sistema escolar funcionase de manera parecida a un mercado (tal como aquí se propone), pero incluso puede ser relevante en un sistema como el nuestro, pues serán esos padres los más "móviles", los más dispuestos a explorar, los que, quizá, supongan un exceso de demanda para unos centros y un defecto para otros.

Lo que teme el articulista es, en el fondo, ese "desequilibrio no deseado en la elección de centro". Es decir, que la gente se ponga a comparar con más y mejor información que antes y dirija todavía más sus pasos a los centros (públicos o privados) que, con toda la homogeneidad y todas las limitaciones de nuestro sistema educativo, mejores resultados ofrecen. Y que, por tanto, se revele lo malos que son algunos de esos centros. Y que, indirectamente, nos demos cuenta de que el sistema de enseñanza, al tratar a todos los centros por igual, no estimula los mejores comportamientos ni disuade de los peores; esto es, que no hace todo lo posible para ofrecernos una enseñanza de calidad. Y que la planificación que tan sabiamente hacen nuestras autoridades de la satisfacción de las necesidades escolares vale para bien poco. Eso es lo que le preocupa al articulista, el desequilibrio "no deseado". No deseado, ¿por quién? ¿Por las autoridades educativas, cómodas y felices en sus políticas de mantenimiento o parcheo del statu quo? ¿Por los profesores malos y mediocres que no quieren oír hablar ni un minuto de exigencia ni de la posibilidad de perder su trabajo por ineptitud y poco esfuerzo? ¿Por las familias poco exigentes que se acomodan con el mínimo esfuerzo al estado de cosas? ¿Por los medios del sector, que, con alguna honrosa excepción, se encuentran también en su salsa con el statu quo?

Lo que el articulista teme, en última instancia, es la libertad de elección por parte de los padres. Y lo que a mí me da miedo es lo extendido que está ese temor.

17.10.05

Las casadas y sus problemas de función sexual: extrayendo conclusiones apresuradas de una encuesta

Vean cómo exagera la periodista titulando: "A la 'superwoman' no le apetece el sexo" a partir de los resultados de un estudio que tiene como base la National Survey of Sexual Attitudes and Lifestyles británica del año 2000. El estudio acaba de ser publicado en el número de octubre de la revista Sexually transmitted infections (abstract aquí, texto completo gratis aquí).

Y sigue exagerando (o malinterpretando esos resultados) en el texto del reportaje:

Una de cada diez mujeres admite haber perdido el interés por el sexo durante al menos 6 meses el año pasado. Según un estudio británico, las casadas o con pareja presentan mayor tendencia a tener problemas sexuales... ¿A quién le extraña? La autoexigencia a la que se somete hoy el sexo femenino puede noquear al peso más pesado. La superwoman o a tener un sueldo del que por lo general no puede prescindir-, pero no puede permitirse descuidar hijos, casa, pareja, padres... y, ojo, su aspecto físico. ¿Apetito sexual, dice? Con semejante agenda, el sexo la encuentra exhausta y a menudo frente a un hombre con un nivel de testosterona diez veces mayor.

Las dos primeras afirmaciones presentan todo tipo de problemas, pero son la base para un artículo explicando por qué las casadas (y las "emparejadas"), con una agenda tan ocupada y tan consumidora de sus energías, tienen más problemas sexuales. Veamos.

Lo primero es que si bien es cierto que "una de cada diez mujeres admite haber perdido el interés por el sexo durante al menos 6 meses el año pasado" (algo que se dice en otro estudio de los mismos autores), también lo es que los investigadores se preguntan "si una falta de interés en el sexo ... puede ser considerado como una 'disfunción', o incluso un problema, dada su relativamente alta prevalencia".

Lo segundo es que, si bien es cierto que es mayor el porcentaje de casadas o emparejadas que dice haber tenido algún problema de función sexual el último año que el porcentaje equivalente para las solteras, la diferencia es tan pequeña que casi sobra toda explicación adicional. Vean los porcentajes (primero para haber tenido un problema de al menos un mes de duración, segundo para problemas de al menos seis meses de duración).

Solteras: 50,1% --- 12,8%
Cohabitantes: 56,4% --- 16,3%
Casadas: 55,2% --- 16,5%

Como dicen los anglos, not a big deal, una variación del 50,1 al 55,2%, escasamente fuera del margen de error. Sólo tras "ajustar" los riesgos relativos teniendo en cuenta la edad (1), llegan a afirmar los investigadores que, si decimos que el riesgo de referir problemas de función sexual es 1 para las solteras, sería 1,31 para las casadas. Otro "big deal", claro, pues, para calcularlo, no tienen en cuenta otras variables que pueden influir, incluso más que la edad, en estas cuestiones. Por lo pronto, si hay niños pequeños (5 años o menos) en el hogar, lo cual hace pasar la prevalencia de esos problemas del 50,7% (no hay niños) al 60,7% (sí los hay). Sobra decir, aunque no lo dicen los investigadores, que las mujeres casadas y las cohabitantes se encuentran muchísimo más en esta situación que las solteras. Pensemos que una parte de esos niños pueden ser recién nacidos o muy pequeñitos, requiriendo, por tanto, de muchísima atención (usualmente) por parte (sobre todo) de la madre. Como las energías son limitadas, alguno de los fines a los que se aplican pueden resentirse. Tampoco tienen en cuenta si la entrevistada dice tener buena o mala salud, a pesar de que ello haga pasar la prevalencia del 53,6% (buena salud percibida) al 63,8% (mala salud).

Es decir, la diferencia entre solteras y casadas es pequeña. Sólo parece algo mayor con un artilugio estadístico, pero el artilugio deja fuera variables que podrían alterar todavía más, en un sentido u otro, la relación entre status marital y problemas de función sexual. No parece la mejor base para lanzarse a especulaciones, como hace la periodista y, especialmente, como hacen las psicólogas consultadas para elaborar el artículo.

Además, hay que tener en cuenta que es el problema "falta de interés en el sexo" el que hincha las cifras: si lo excluimos, nos quedaríamos, en lugar de con un 53,8% de mujeres refiriendo problemas, tan sólo con un 29,0%. Me gustaría conocer cómo varía este porcentaje por status marital, pero los investigadores no nos lo dicen.

Sobre todo, tercero, porque si bien puede darse (quizá, con todas las cautelas ya vistas) esa pequeña diferencia entre solteras y casadas, esa diferencia simplemente desaparece en el caso de los problemas persistentes (seis meses o más de duración), tal como afirman los investigadores: "Marital status was not however associated with reporting persistent problems for either gender after adjusting for age". Aun no habiendo ajustado, la diferencia, de nuevo, como hemos visto, era mínima y apenas fuera del margen de error.

Por último, en el estudio no sólo no se habla de que esas mujeres casadas (supuestamente) con más problemas sean superwomen, sino que no se contempla ese tipo de explicación para dar sentido a la correlación observada. En realidad, no se propone ninguna explicación para dicha correlación, quizá porque, como reconocen los autores, con una encuesta así apenas pueden hacerse inferencias causales.

Por cierto, ¿qué relevancia pueda tener que el varón tenga, supuestamente, un nivel de testosterona diez veces mayor en todo esto se me escapa? Se supone que somos varones y que tenemos una presencia mucho mayor de la hormona típicamente masculina que las mujeres, ¿entonces?


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(1) Lo cual resulta del todo llamativo, pues según el estudio, "There was no clear association for either gender between age and reporting sexual problems lasting at least 1 month in the past year".

14.10.05

Precauciones sobre una hipotética epidemia de gripe aviar

A la espera de que Tyler Cowen acabe de escribir su texto sobre cómo cree él que hay que prepararse ante una hipotética epidemia de gripe aviar (1), hace unos días resumía algunos consejos en una anotación de su blog "Avian flu" (no dejen de visitarlo para estar al día sobre este tema), que les traduzco casi por completo. Él habla de EEUU, pero sus ideas valen para España:

[Respondiendo a las previsiones de Bush de tener que utilizar el ejército en el caso de epidemia, dice:]

... francamente, la idea de Bush no se me había pasado por la cabeza. Para empezar, las cuarentenas no suelen funcionar, especialmente en un país extenso, diverso y móvil. El ejército, si acaso, ayudar a extender la gripe. Una lista de ideas mejores incluiría sistemas de salud pública que funcionasen bien en el nivel micro, protocolos de alerta temprana, y unos buenos planes descentralizados y robustos para la comunicación y posiblemente para la distribución de vacunas o medicamentos. ¿Podría ser más importante el servicio de correos que el ejército? ¿Y el departamento de policía, y la preparación de la gente en las salas locales de urgencias?

El almacenamiento de Tamiflu [un medicamento antiviral] merece la pena en términos del valor esperado, pero muchas líneas de gripe aviar están desarrollando resistencias; no deberíamos poner todos los huevos en esa cesta. También deberíamos almacenar máscaras de alta calidad y antibióticos para infecciones secundarias (a menudo más peligrosas que la gripe misma), y, más importante, tener un buen plan para distribuirlos, así como para lidiar con una demanda extraordinariamente en exceso y, posiblemente, el pánico. No ignoremos preguntas obvias como: "Si la sala de urgencias está repleta con pacientes que pueden contagiar la gripe, ¿dónde deberían ir las otras urgencias (las no gripales)?".

...

Son claves [en un buen plan] su robustez y un cierto grado de redundancia. No se pueden planear con antelación desde un centro todos los detalles de la respuesta a un desastre; necesitas buenas instituciones que puedan improvisar sobre la marcha. Mientras, que surjan mercados de apuestas acerca de si se aproxima una pandemia; esto nos proporcionaría información muy útil.

Son recordatorios sensatos, pero que alguien tiene que hacer. Sobra recordar que, en un caso como éste, es de plena aplicación el principio de la precaución ("más vale prevenir...") pues los costes de la prevención son, muy probablemente, mucho más reducidos que los del daño que puede producirse.

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(1) Quizá les parezca extraño que refiera lo que tiene que decir un economista en un asunto de posible crisis de salud pública como éste, pero no deberían extrañarse. No es cualquier economista, es uno de los que entienden cómo funcionan los mercados y otras instituciones, no como modelos, sino como mercados e instituciones realmente existentes. Es de los que saben que, sí, el mercado puede fallar, pero también (como ocurre a menudo) el estado, sobre todo si se empeña en planificar al detalle desde arriba una estrategia que lo que quizá requiera, entre otras cosas, y como afirma Cowen, es bastante flexibilidad y capacidad autónoma de respuesta por parte de una miríada de centros pegados a un terreno local.

13.10.05

Otra entrevista esclarecedora a un jihadista

Lo bueno de los extremistas islamistas es que, a poco que un periodista se lo pregunte, le dicen qué es lo que pretenden, a corto y a largo plazo. Igualito que Hitler, que nos dejó escritos sus planes en su libro Mein Kampf. Leyéndoles, no me extraña casi nada que alguien como Kantor caracterice en su blog de II Guerra Fría el momento actual (aquí, aquí, aquí y aquí). Hace tiempo ya di noticia de las declaraciones de otro jihadista, muy jugosas. Esta vez quien se ha pronunciado con toda claridad es Abu Bakar Bashir, el supuesto líder espiritual de la Jemaah Islamiyah, grupo terrorista al que se supone autor del reciente atentado terrorista en Indonesia. El tal Bashir está encarcelado por su participación en los atentados de Bali en 2002 y ha sido entrevistado por el semanario The First Post (me entero de la entrevista via Melanie Phillips).

La entrevista, una vez más, no tiene desperdicio. Vean un trozo:

Scott Atran: What are the conditions for Islam to be strong?

Abu Bakar Bashir: The infidel country must be visited and spied upon. If we don't come to them, they will persecute Islam. They will prevent non-Muslims converting.

SA: What can the West, especially the US, do to make the world more peaceful?

ABB: They have to stop fighting Islam. That's impossible because t is sunnatullah [destiny, a law of nature], as Allah has said in the Koran. If they want to have peace, they have to accept to be governed by Islam.

SA: What if they persist?

ABB: We'll keep fighting them and they'll lose. The batil [falsehood] will lose sooner or later. ...

...

SA: How can the American regime and its policies change?

ABB: We'll see. As long as there is no intention to fight us and Islam continues to grow there can be peace. This is the doctrine of Islam. Islam can't be ruled by others. Allah's law must stand above human law. There is no [example] of Islam and infidels, the right and the wrong, living together in peace.
Luego no digan que no avisaron.

12.10.05

Ha fallecido Arthur Seldon

Me entero por Marginal Revolution del fallecimiento de Arthur Seldon, una de las personas que más ha hecho por mantener vivo el liberalismo clásico en el siglo XX. Él fue uno de los fundadores del Institute of Economic Affairs en 1955. El IEA ha sido el principal think-tank liberal en el Reino Unido, el que mantuvo viva la llama de una ciencia económica (y política) sensata durante tanto tiempo a contracorriente. Fue también un gran promotor de un muy interesante enfoque en ciencia económica, el del public choice.

De Seldon he podido leer, entre otras cosas, Capitalismo, una gran defensa de éste en tanto que orden de libertad y modo más eficiente de ordenar nuestra vida económica, muy legible para quienes no somos economistas. Sobre su experiencia en el IEA ha dejado escrito IEA, the LSE, and the Influence of Ideas y también se puede leer (pdf gratis, cortesía del IEA) esta conversación entre él y Ralph Harris, otro de los fundadores.

Éste que suscribe sabe lo poquito que sabe de Economía, en gran medida, gracias a las publicaciones del IEA, casi siempre atinadas, sin hojarasca, inteligibles, útiles y sugerentes. De modo que este pequeñísimo recuerdo a uno de los que lo hicieron posible era debido. Descanse en paz.

11.10.05

El juicio de los europeos sobre la energía nuclear y su nivel de información (gráficos curiosos XVIII)

Josu me ha pasado esta mañana el texto de un Eurobarómetro recién publicado y dedicado al tema de la energía nuclear y, en especial, el de los residuos nucleares. Resulta muy interesante comprobar cómo y cuánto varían las opiniones según el país miembro de la Unión Europea del que se trate. Por ejemplo, en términos del grado de oposición al uso de la energía nuclear podemos pasar de niveles de rechazo superiores al 80% en países como Austria, Grecia o Chipre (España, 71%) a niveles inferiores o iguales a un tercio en Suecia o Hungría. Variaciones amplias se dan también en el nivel de conocimientos sobre los residuos nucleares, tanto sobre su peligrosidad o su composición como sobre los medios para disponer de ellos.

Lo primero que se me ha ocurrido tras una lectura rápida de los gráficos y tablas es si hay una relación entre nivel de conocimiento sobre estos temas y el rechazo (o la aceptación) de la energía nuclear. La verdad es que sí la hay: a mayor conocimiento, mayor aceptación. Dicha relación se da con varias de las preguntas de conocimiento incluidas. En el gráfico siguiente pongo como ejemplo la relación entre el acierto en las preguntas sobre qué se hace con los residuos radioactivos (el porcentaje de los que, digamos, "aprueban" en esas preguntas) y el grado de aceptación de la energía nuclear (los muy o algo a favor de ésta). Los puntos se corresponden con los 25 países miembros de la UE.



La verdad es que la correlación tiene su aquél (R2=0,52), lo cual nos hace pensar en que, al menos como pista para echar a andar, la hipótesis de que una mayor información lleva a una mayor aceptación no está mal. También podríamos pensar que una mayor aceptación previa (por razones que se me escapan, aunque quizá podrían ser ¿ideológicas?) puede llevar a informarse más sobre este tema. Mi experiencia en algunas conversaciones en que he participado, con amigos o familiares, iría en la línea siguiente: primero se da una expresión amplia de rechazo, como si fuera la postura "por defecto", pero si en la conversación interviene alguien que tiene alguna idea sobre riesgos relativos de la energía nuclear en comparación con otras o que sabe algo acerca de cómo se produce dicha energía o cómo se dispone de los residuos (es decir, alguien que tendería a acertar en las preguntas de conocimiento del Eurobarómetro), el rechazo inicial se matiza bastante. Pero esto es tan sólo una impresión personal. El gráfico, de todos modos, es bastante aparente, ¿no creen?


ACTUALIZACIÓN (18-10-05): he corregido el gráfico, pues al hacer click sobre él se llegaba a una de esas estupendas páginas de error con las que frecuentemente nos encontramos. Mis disculpas. Espero que ahora vaya bien.

9.10.05

La cuesta de Moyano

Los madrileños saben que uno de los mejores sitios para comprar libros de segunda mano, "viejos" o de saldo es la Cuesta de Moyano. Ahora, por obras, la colección de casetas de libros no está en dicha calle, sino justo al lado, en el Paseo del Prado, entre el final de dicho paseo y el Museo del mismo nombre. Si no la conocen, visítenla con cierta asiduidad. Yo llevo haciéndolo desde los dieciocho años y desde entonces casi no ha perdido nada de su vitalidad, al menos algunos de sus puestos (aclaración: vitalidad = renovación frecuente del material a la venta y precios reducidos). Mi preferido, como el de muchísimos otros, es el número 15, el de Riudavets, el que más "mueve" sus libros, con diferencia, y el que, normalmente, mejores oportunidades ofrece. Pero rebuscando, rebuscando, pueden encontrarlas en otras casetas.

Estos años atrás he tenido un poco descuidado el hábito de visitar la Cuesta de Moyano, aunque lo he recuperado en los últimos meses. Ahora casi todo lo que compro es para mis chicas, para cuando puedan leer cuentos y libros de corrido, aunque, de vez en cuando, todavía saltan a mi mochila gangas como las de hoy. Se las digo para que se les pongan los dientes largos y se animen a hacerme la competencia.

Por el módico precio de un eurito cada uno, han caído hoy, entre otros:

Jazz Age Stories, de F. Scott Fitzgerald

The Aspern Papers and The Turn of the Screw, de Henry James

The (mis)Behavior of Markets, de Benoit Mandelbrot (éste en "advance uncorrected manuscript")

Y (éste para las próximas lecturas de metro y autobús), What If? The World's Foremost Military Historians Imagine What Might Have Been, editado por Robert Cowley.

Ya saben. Y si no encuentran ninguna ganga, al menos pueden pasear por una de las zonas más bonitas y aprovechables "culturalmente" de Madrid.

7.10.05

Fallecidos en accidente de tráfico, 1958-2004 (gráficos curiosos XVII)

La presencia de los anuarios estadísticos del INE en Internet me ha permitido completar una serie de datos que tenía pendiente desde hace tiempo, la de las muertes en accidente de tráfico, que recojo en el siguiente gráfico (ya saben, click para ampliar).



Creo que el gráfico tiene su aquél y sirve, especialmente, para poner en contexto las cifras que nos llegan continuamente a través de los medios de comunicación. Obviamente, España sigue teniendo una tasa de fallecidos en accidentes de tráfico elevada, en términos comparativos. Sin embargo, la evolución del número de fallecidos nos dice algo acerca de cómo (y cuánto) van cambiando las cosas. Veamos.

De 1958 a 1978 se observa un número anual de fallecidos creciente, casi sin solución de continuidad: España crece a un ritmo muy elevado y los españoles aumentan muchísimo su poder adquisitivo, lo que se refleja, entre otras, cosas que cada vez más familias disponen de un "utilitario", como se decía entonces, y cada vez más familias lo usan para sus desplazamientos. Lógicamente, cuantos más coches circulan, más accidentes hay, ceteris paribus. Ni siquiera la primera crisis del petróleo, que en España se hizo notar desde 1974, provoca un menor uso del automóvil.

De 1979 a 1982 se observa una caída en el número de muertos. Yo creo que se debe, sobre todo, a la tremenda crisis económica subsiguiente a la segunda crisis del petróleo, que deprime (sobre todo por el gran aumento del paro) el poder adquisitivo de los españoles (o no le permite crecer tanto como antes), lo cual se ve reflejado, entre otras cosas, en un menor uso del coche y, por tanto, en menos accidentes.

La recuperación económica desde 1985 pone en marcha fuerzas parecidas a las del periodo de 1958 a 1978, lo cual se refleja en un gran incremento del número de accidentes de tráfico y de fallecidos por ello.

Que el número de fallecidos empiece a caer, primero suavemente, desde 1990, y luego bruscamente, desde 1992 a 1994, yo lo asocio, de nuevo a las condiciones económicas. El crecimiento se empieza a ralentizar, justamente en 1990/91 y sólo se mantiene "artificialmente" alto gracias a los fastos de 1992 (i.e.: gasto público). La más grande recesión que vieron los tiempos (en los treinta años anteriores), la de 1993, debió de reducir la adquisición de automóviles y su uso bastante; de ahí la caída en el número de fallecidos.

La recuperación económica desde, más o menos, 1995/96 también parecía irse a reflejar en un aumento del número de fallecidos, pero no ha sido así del todo. Da la impresión de que, esta vez, la cláusula ceteris paribus no se aplica y que, por tanto, algo está cambiando. A pesar de que el número de coches per cápita no ha dejado de subir, de que tampoco lo han hecho las cifras de población y de riqueza, y, probablemente, tampoco el número de kilómetros recorridos, el número de fallecidos sólo creció un poco y comenzó a caer desde el año 2000. Quizá las carreteras han acabado por ser más seguras; quizá los conductores son más prudentes; probablemente, los coches son más seguros; también probablemente, la atención hospitalaria es mejor... Quién sabe qué causa puede explicar esa caída. Quizá (yo no lo creo) se conduce menos en estos últimos años.

El caso es que una visión diacrónica como ésta nos da pistas para entender que las caídas y las subidas del número de fallecidos pueden responder a una variedad de causas y, así, nos permiten juzgar con cierta distancia las informaciones a las que cotidianamente accedemos sobre este tema.

5.10.05

El INE se 'enrolla'

La verdad es que los del INE (Instituto Nacional de Estadística) son cada vez más enrollaos, al menos en Internet. Su página web es de las mejores con contenidos estadísticos que conozco y sigue mejorando. El último añadido, que encontré ayer por casualidad, es un proyecto para digitalizar y 'colgar' en su página web todos los Anuarios Estadísticos publicados por el INE (e instituciones antecesoras) desde 1858. Para los partidarios, como yo, de las series históricas más o menos largas como básicas para analizar los fenómenos sociales, es una gran noticia. Y nos ahorrará a los investigadores, y a nuestros ayudantes de investigación, bastantes horas de fotocopia y transcripción de datos.

El proyecto avanza a buen ritmo y ya están disponibles en formato PDF (modo texto) bastantes de esos anuarios. El de 1858, sin ir más lejos. En éste, pueden encontrar ustedes tablas tan curiosas como éstas.

En la primera puede verse el número de escuelas de primera enseñanza y el número de alumnos "concurrentes" que había en España en 1853, por provincias y en relación con la población de cada provincia.






















La segunda es parte de una serie de cinco en la que se especifica cuánto personal estaba al servicio de la administración central del estado en 1856, así como sus haberes.






















No se ve la cifra total de funcionarios de la administración estatal, pero se la digo: 8.987, a los que habría que añadir 4.693 empleados de la administración provincial y 62.976 que cobraban de los municipios. En total, 76,656, para una población de unos 15,5 millones de habitantes. Eran, desde luego, otros tiempos.

4.10.05

¿El año más seco de los últimos 120 años o de los últimos 15?

Desde luego, no hemos de hacer caso a las previsiones, especialmente si tienen que ver con el clima o con el tiempo. Vean lo que decía el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, muy a finales de septiembre (mis negritas):

...el actual año hidrológico (octubre-octubre) va a pasar a la historia como el más seco desde que existen registros fiables (120 años)

Pero hoy mismo nos enteramos de que (mis negritas):

Los datos, publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, reflejan que las lluvias del año hidrológico han sido de 403,4 litros por metro cuadrado de media en la Península, la cifra más baja de los últimos 15 años y muy inferior también a las precipitaciones medias registradas en España desde 1930.

¿En qué quedamos?

El Premio Nobel de Medicina a dos "heterodoxos"

Ayer concedieron el Premio Nobel de Medicina a Barry J. Marshall y a J. Robin Warren, "por su descubrimiento de la bacteria Helicobacter pylori y su papel en la gastritis y la úlcera péptica". Como dice la Fundación Alfred Nobel en su nota de prensa (mis negritas):

Este año el Premio Nobel en Fisiología o Medicina se concede a Barry Marshall y Robin Warren, quienes con tenacidad y una mente preparada desafiaron los dogmas predominantes. Con tecnologías generalmente disponibles ..., arguyeron irrefutablemente que la bacteria Helicobacter pylori provoca enfermedades...

En 1982, cuando ... descubrieron esta bacteria, el estrés y el estilo de vida eran considerados como las principales causas de las úlceras pépticas. Hoy está firmemente establecido que la Helicobacter pylori causa más del 90% de las úlceras duodenales y hasta el 80% de las úlceras gástricas.
El descubrimiento de estos investigadores no fue menor, pues contribuyó a aliviar, con un coste económico muchísimo más reducido que los tratamientos anteriores (medicamentos antiácido casi de por vida, intervenciones quirúrgicas), los padecimientos de millones de personas. Antes, a éstas, los médicos, inmersos en el paradigma de los estilos de vida como causantes de enfermedades, les aconsejaban, además de antiácidos, que cambiaran su modo de vida, que vivieran con menos ajetreo, o, entre otras cosas, que dejaran de fumar, pues estupendos estudios epidemiológicos "confirmaban" la asociación entre las úlceras pépticas y el hábito de fumar. Al final, iba a ser que no.

La nota de prensa comentada pone los acentos donde debe y usa palabras duras pero certeras: "desafiaron los dogmas predominantes". La misma nota de prensa pone en contexto el descubrimiento de Marshall y Warren, recordando otras enfermedades asociadas con la bacteria (tal como el cáncer de estómago) y comentando el campo que ayudaron a reabrir con su descubrimiento, esto es, el del posible origen microbiano de otras enfermedades crónicas de tipo inflamatorio:

Many diseases in humans such as Crohn's disease, ulcerative colitis, rheumatoid arthritis and atherosclerosis are due to chronic inflammation. The discovery that one of the most common diseases of mankind, peptic ulcer disease, has a microbial cause, has stimulated the search for microbes as possible causes of other chronic inflammatory conditions.

Muy cierto. Al hilo de esta afirmación cabría recordar que otra enfermedad asociada a "estilos de vida" (al consumo de tabaco, en este caso), el cáncer de útero, ha sido finalmente asociada, en un altísimo porcentaje de casos a la infección por un virus (el papiloma humano). Con menos certidumbre, también se está reconsiderando el papel de infecciones relativamente comunes en las enfermedades cardíacas. Una de ellas es la producida por la Chlamydia pneumoniae, que no sólo se ha asociado a enfermedades cardíacas.

Se preguntarán de dónde saco yo estas últimas informaciones, pues se lo digo. De smokershistory.com, una página deliciosa, por el enorme caudal de información que contiene, por el ordenado desorden con que la presenta y, especialmente, por la descabellada en su vertiente más exagerada teoría de la conspiración que anima la investigación y la argumentación de la autora de la página: Carol A. S. Thompson. Su primer (o segundo) objetivo es recordarnos que en muchos estudios epidemiológicos, a pesar de tener en cuenta una gran (o pequeña, en muchos casos) cantidad de posibles variables confusoras (por ejemplo: el nivel socioeconómico, el sexo, la edad, otras enfermedades) que pueden afectar a la relación estadística entre una enfermedad (los ataques al corazón, por ejemplo) y una posible causa (el hábito de fumar), se les olvida una principal: el papel que pueden desempeñar las infecciones. El ejemplo de la úlcera gástrica y del cáncer de útero es muy claro: si tenemos en cuenta el papel de la Helicobacter y del papiloma humano, la asociación estadística entre consumo de cigarrillos y úlcera / cáncer de útero bien desaparece, bien se reduce muchísimo.Thompson se centra en la relación del hábito de fumar con tantas y tantas enfermedades, pero su idea puede ser válida, al menos, como cautela añadida para el lector de estudios epidemiológicos.

El estilo de Thompson es furibundo, como buena creyente en una cruzada, pues su segundo (o primero) gran objetivo, es desenmascarar la supuesta conspiración que ha llevado a que se privilegien las hipótesis relativas al estilo de vida (fumar, por ejemplo) en la explicación de enfermedades cardíacas y cánceres de todo tipo. Una conspiración que habría dado lugar a la formación de un poderoso establishment de salud pública en EEUU y, desde ahí, en el resto del mundo. Incluso de esta dimensión de su página se puede aprender, pues no es necesario compartir toda su teoría; basta con acudir a las fuentes documentales y las publicaciones científicas que ella aduce y formarnos nuestro propio juicio. A mí, desde luego, me parece una página llena de sugerencias, a tomar, como siempre, cum grano salis, claro.

3.10.05

La crisis del matrimonio en el Reino Unido

Gracias a ifeminist.net, editado por mi escritora feminista preferida, Wendy McElroy, me entero de la publicación de la publicación del último número de Population Trends y de las previsiones de los actuarios del gobierno acerca de la proporción de personas en Inglaterra y Gales que en 25 años no habrán pasado ni por la vicaría ni por el juzgado (o por el ayuntamiento). Son éstas:

• The proportion of the population who are married is expected to fall, with a corresponding increase in the proportion who had not married. Among the male adult population, the proportion who had not married by 2031 is projected to rise to 46 per cent (from 35 per cent in 2003) and among female adults, to 39 per cent (from 28 per cent).

• The number of cohabiting couples, estimated to be 2.0 million in 2003, is projected to almost double to 3.8 million by 2031.

Para muchos, esto es un problema, sobre todo para el bienestar de los niños, pues las investigaciones suelen confirmar que les va mejor (en los estudios, en la vida profesional, en su futura vida familiar) a los hijos de casados que a los hijos de no casados, grosso modo y con todos los matices que ustedes quieran.

Más allá de esa discusión, en la que no entraré ahora (aunque no lo parezca por algunas de mis anotaciones más "conservadoras", no tengo un juicio del todo firme al respecto), la finalidad de esta anotación, además de llamarles la atención sobre los estudios incluidos en Population Trends, es recoger, del artículo del Daily Telegraph en que se refiere esa publicación, la siguiente comparación entre matrimonio y cohabitación (pareja de hecho), que me parece, de nuevo, con las salvedades correspondientes, muy iluminadora, al menos para mi experiencia con amigos y conocidos que conviven de una u otra manera (1):

Phillip Hodson, a fellow of the British Association for Counselling and Psychotherapy, suggested that when couples married they became more interdependent.

"Marriage is when two people become one," he suggested, "and cohabitation is when two people remain two."

Algo de eso hay. Aunque, claro, vistas así las cosas, algunas cohabitaciones son auténticos matrimonios de hecho, y algunos matrimonios, auténticas cohabitaciones de derecho.


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(1) No con todos, claro.