La Iglesia española acaba de publicar la última edición de
La Iglesia católica en España. Estadísticas (véase
aquí la nota de prensa de la presentación). Es una fuente muy útil, aunque es una lástima que no esté disponible en Internet. En realidad, la Conferencia Episcopal española tiene en Internet una cantidad ínfima de datos estadísticos, algo manifiestamente mejorable, sobre todo si la Iglesia pretende que la conozcamos mejor, tal como implica su
última campaña, ligada a su financiación.
Creo que en esa labor de darse a conocer, las organizaciones han de ser lo más escrupulosas posibles a la hora de presentar los datos, informando lo más cercanamente posible de la realidad de las cosas. A la Iglesia, como a tantas otras organizaciones, le falta algún camino por recorrer. Si lo recorren, mejor para todos, pues todos sabremos más de esta organización y ella misma ofrecerá a sus miembros, a los fieles, un retrato más ajustado de su realidad.
Me refiero en esta crítica a un par de afirmaciones de la nota y la rueda de prensa. En la nota se dice:
Los bautismos sufren variaciones oscilantes provocadas principalmente por el ritmo de variación de los nacimientos en cada año, aunque se mantienen por encima de los 304.000 bautizados al año, habiéndose producido un incremento en el número de bautizados con edades superiores al año.
Supongo que se refieren a lo que ha ocurrido en los últimos cinco años. Puede que se hayan dado esas oscilaciones, pero lo cierto es que, en el medio plazo, la tasa de bautizados casi no ha dejado de caer. Sin tener la serie completa delante, recogiendo datos aquí y allá en Internet, es probable que bautizaran a algo más del 80% de los nacidos en la primera mitad de los noventa. En la actualidad, el porcentaje debe de rondar un 65%, y, supongo que, dadas las tendencias que veremos a continuación en el porcentaje de matrimonios católicos,debe estar a la baja.
En la misma nota se dice:
En cuanto a matrimonios eclesiásticos, han ido experimentando disminuciones acordes con la de los matrimonios generales.
Esta afirmación es más fácil de comprobar, pues las cifras están fácilmente disponibles en la página del
INE, en las estadística de Movimiento Natural de Población. Con esas cifras puede elaborarse el siguiente gráfico, con datos de número de matrimonios desde 1976 a 2006.
No, los matrimonios en los últimos años no han caído (sí lo ha hecho la
tasa de nupcialidad). Más bien, su número se ha mantenido, con una tendencia al alza. Lo que sí ha caído es el número de matrimonios canónicos, de unos 160.000 en el año 2000 a unos 118.000 en el 2006. Por contra, el número de matrimonios civiles ha crecido mucho desde el año 2000 (desde unos 52.000 a 89.000). Puede influir en esa evolución,
como vimos aquí en tiempos, la creciente presencia de extranjeros en España, pero me da la impresión de que, si sólo tuviéramos en cuenta a los españoles, también veríamos una tendencia parecida, quizá menos pronunciada, de caída de matrimonios católicos y ascenso de los civiles.
También parece que en la rueda de prensa algún portavoz de la Iglesia ha proporcionado cifras de católicos asistentes a misa. El
ABC las refleja diciendo que cada domingo acuden a misa 10 millones y medio de fieles, y así
lo recogen varios periódicos, aunque algunos utilizan la expresión "cada semana". Muchos me parecen. Según el ABC, el portavoz de la Conferencia Episcopal afirma que las cifras de asistencia se construyen a partir de las encuestas del CIS y el Padrón del INE. ¿Salen las cuentas? Por ejemplo, según
el barómetro del CIS de enero de 2007, un 15,3% de los entrevistados iba a misa u otros oficios religiosos varias veces a la semana o casi todos los domingos y festivos. Como el CIS entrevista a población de 18 años o más, si a 1 de enero de 2007 había en España, según el Padrón, unos 37,3 millones de habitantes de esas edades, entonces, los adultos asistentes a oficios religiosos con esa frecuencia serían unos 5,7 millones. Faltarían más de 4 millones para completar la cifra de los 10 millones. ¿Pueden ser menores de edad? También es muy improbable. Según el Padrón (con cifras provisionales, por cierto), a 1 de enero de 2007, había 7,8 millones de habitantes menores de 18 años. De ellos, 3 millones tendrían menos de 7 años, a los que no habría que contar, supongo, a la hora de contar los asistentes a misa. Echen ustedes los cálculos y verán cómo es casi imposible obtener más de 4 millones de niños asistentes semanalmente a misa.
La verdad es que,
en otro documento, la Iglesia cifra la asistencia semanal en 7-8 millones, lo cual parece mucho más ajustado a la realidad.
No creo que la Iglesia gane algo al no reconocer con toda claridad el declive cuantitativo que ha experimentado en los últimos lustros y que, en parte, sigue experimentando, tal como hemos visto en Wonkapistas
en varias anotaciones. Obviamente, sigue siendo una fuerza social y cultural de primer orden, y
sus propias cifras, las ofrecidas con motivo de la campaña de financiación, así lo muestran. Pero si quiere convencernos de que pongamos la "x" en la casilla correspondiente, tendrán que ser más transparentes y realistas. Le toca a la Iglesia una labor de persuasión a la que no estaba tan habituada, y ha de llevarla a cabo en un medio no especialmente favorable, en el marco de presiones secularizadoras muy potentes y en competencia con otros oferentes de guía moral y espiritual también muy poderosos. Tendrá que competir (sí, competir) con, permítaseme la expresión, las mejores armas. Transparencia y realismo son dos de ellas. Al menos para mí.
Etiquetas: cis, españa, Iglesia, matrimonio, religión