Al revisar las últimas cifras de
Movimiento Natural de la Población publicadas por el INE hace unos días, volví a reparar en lo que sigue creciendo el porcentaje de nacidos vivos de madre no casada, y, abundando en la (errónea) idea (1) que siempre me ronda al verlas pensé: claro, tienden a aumentar a toda velocidad desde la segunda mitad de los noventa porque hay muchas más mujeres extranjeras en España y
es sabido que el porcentaje de éstas que tienen hijos sin estar casadas es mucho más alto que el de las españolas.
Esta vez, de todas formas, intenté contrastar la hipótesis, intentando observar la evolución no del conjunto de nacidos vivos, sino de los nacidos de madre extranjera y los de madre española. Si el gran crecimiento de nacidos de no casada también se da en las españolas, el argumento en el que siempre pienso vale poco. Efectivamente, como se muestra en el siguiente grafico, vale poco:
Como se ve en el gráfico, el incremento desde 1996 no es tan intenso en las españolas, pero no deja de ser muy notable: se pasa de un porcentaje de nacidos de no casada del 11,2% en 1996 al 23,8% en 2005 (en 2006 probablemente se haya superado el 25%).
Siendo las cosas asi, empezó a llamarme la atención un aumento tan brusco en tan pocos años, por lo que empecé a pensar en hipótesis explicativas que no vienen al caso, y que intentaban dar razón de una desviación tan rápida y tan acusada de la suave tendencia al alza de la década anterior. Yo tiendo a pensar que los fenómenos sociales se van desarrollando, más bien, incrementalmente y casi nunca espero cambios rápidos de un lustro para otro. De ahí la búsqueda de explicaciones al cambio. En esas estaba cuando caí en lo primero que debía haber considerado: ¿es el caso español peculiar? Es decir, ¿en otros países se ha dado un patrón parecido o han seguido, más bien, una pauta de incremento paulatino?
Afortunadamente, este tipo de estadísticas las han llevado relativamente bien los distintos estados europeos y
Eurostat las ha compilado para nosotros. Con esos datos, puede comprobarse que el caso español no se destaca de la gran mayoría de los países para los que puede observarse la evolución del indicador desde los años cincuenta o sesenta. No tengo todavía ninguna explicación sobre una evolución del tipo: estabilidad, ascenso moderado, cambio brusco a ascenso rápido, probable alcance de un nuevo techo de estabilidad. Pero los gráficos son curiosos. A continuación se los dejo, con los países agrupados para que los spaghetti no se entrecrucen demasiado.
Los primeros, los más "avanzados" en la evolución, los nórdicos. En Dinamarca, Suecia, Finlandia y Noruega se da ese tipo de evolución, si bien el comienzo varía y los puntos de llegada no son exactamente los mismos. Los datos islandeses también sugieren algo parecido, con menos claridad.
En los siguientes países de Europa central (añadiéndoles Francia) también se observa una abundancia del patrón comentado, con las excepciones de Austria y Alemania. Por cierto, a mí me resulta llamativo el bajísimo porcentaje de nacidos de madre no casada en Suiza, pero será porque no tengo mucha idea de los patrones familiares suizos.
En el Sur de Europa también observamos indicios de una pauta parecida en los casos portugués y, claro, español. La "aceleración" todavía (¿todavía?) no se habría producido ni en Italia ni en Grecia, aunque se insinúa en el primero.
Ni siquiera se libra de una evolución similar la católica Irlanda, aunque parece el indicador parece haberse estabilizado en niveles bastante más bajos que los escandinavos. La evolución, curiosamente, es muy paralela a la del Reino Unido, salvo en el último tramo.
Los datos de los tres países bálticos sugieren, de nuevo, una reiteración de la pauta, con variaciones en el punto de llegada: más bajo en Lituania, claro.
En bastantes países de la antes llamada "Europa del Este" también se observa una evolución similar del fenómeno que comentamos, aunque la pauta parece más bien: estabilidad, aumento rápido. Tan sólo se "escapa" Croacia, pero ni siquiera se escabulle la católica Polonia, aunque su nivel actual es bastante bajo, comparativamente hablando.
En fin, quizá no haya nada de peculiar en este tipo de evolución y haya muchos otros fenómenos que se comportan de manera similar. Quizá los demógrafos ya lo han explicado y, lógicamente, yo no me he enterado, pero me sigue resultado llamativo el que de buenas a primera las cohortes de mujeres en edad de reproducirse cambien "radicalmente" el patrón de sus antecesoras. Seguiré dándole vueltas a esas hipótesis que no les he contado.
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